Así eran las fiestas soviéticas de barbacoa al aire libre (Fotos)

Cultura
ELEONORA GOLDMAN
La carne a la parrilla en una brocheta (llamada shashlik) sigue siendo uno de los platos más apreciados en Rusia y la gente lo prepara sencillamente en todas partes: en el campo, en la orilla de un lago... ¡e incluso en los balcones!

1. El shashlik es un plato tradicional del Cáucaso que se incorporó a la cocina rusa a finales del siglo XIX y, en la época soviética, se convirtió en sinónimo de fines de semana de primavera y verano.

2. Hacer barbacoas al aire libre era algo especialmente popular durante las fiestas de mayo (los soviéticos celebraban el 1 de mayo, Día del Trabajo, y el 9 de mayo, Día de la Victoria. Varios días entre estos dos eran también días festivos estatales). Es imposible imaginar los primeros fines de semana de mayo sin el shashlik al aire libre.

3. Los soviéticos organizaban fiestas de barbacoa con amigos y parientes literalmente en todas partes: en la dacha, en los patios de los bloques de viviendas, a lo largo de las orillas de los ríos y en las costas.

4. Cocinar shashlik se consideraba una “tarea de hombres!: cada soviético tenía su propia receta de adobo y su tipo de carne favorito. El adobo solía consistir en sal, pimienta, limón y vinagre o agua con gas como la Borjomi. Algunos añadían “ingredientes secretos”, como el kéfir, especias orientales o menta.

5. La mayoría de las veces, los soviéticos utilizaban cuello de cerdo, carne de cordero o muslos de pollo para sus shashlik. La carne no debe ser demasiado magra, de lo contrario el plato quedaría seco.

6. Curiosamente, en la época soviética, hacer el shashlik era una especie de creación de equipo: cuando los extranjeros llegaban a la URSS, solían ser invitados a barbacoas y no sólo como invitados, sino también como cocineros.

7. Cocinar shashlik era algo que unía a personas de todas las edades y nacionalidades. Incluso en los círculos sociales más elevados, los políticos y los diplomáticos lo hacían. Y eran ellos mismos los que se divertían haciendo el shashlik.

8. Todo lo que se necesitaba para hacer shashlik se podía comprar en la tienda más cercana: un mangal portátil, unos pinchos y carbones para hacer el fuego.

9. Además de prepararlo uno mismo, el shashlik era una de las comidas callejeras más populares en toda la Unión Soviética: se podía pedir desde el Báltico hasta el Lejano Oriente e incluso en las cafeterías de alta montaña.

10. Para los que no podían salir al aire libre, la industria soviética creó un mangal eléctrico (que no echaba humo). Sin embargo, había gente que cocinaba en sus balcones, y esto estaba tan extendido que este tipo de escenas se representaban incluso en las películas soviéticas. Por cierto, ¡la ley que prohíbe hacer barbacoas en el balcón de un apartamento no se aprobó hasta 2019!

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