En Rusia, el ajedrez siempre ha sido un juego muy popular que se remonta a los tiempos de Catalina la Grande (aquí se explica por qué), y en la Unión Soviética, todos los escolares lo jugaban. Una de las versiones más originales del juego tuvo lugar el 20 de julio de 1924, en la Plaza del Palacio (entonces Plaza Uritski) en San Petersburgo (entonces Leningrado). Fue el día en que se creó oficialmente la Federación Mundial de Ajedrez FIDE (y a partir de 1966, el Día Internacional del Ajedrez también comenzó a celebrarse ese día).
En el tablero de ajedrez gigante estaban los famosos jugadores Iliá Rabínovich (piezas negras) y Piotr Romanovski (piezas blancas) y cada pieza estaba representada por personas reales: los soldados del Ejército Rojo eran las piezas blancas y los de la Flota Roja eran las piezas negras.
Los artilleros se convirtieron en torres, los comandantes con sable en reyes y dos damas en reinas (una de ellas era la esposa de Rabinovich). Los caballos eran reales, sin embargo, no había alfiles (a los que se llamaban “elefantes” en ruso). Las órdenes de los grandes maestros se transmitían por teléfono a los asistentes, quienes, a su vez, las anunciaban a las “piezas” a través de un megáfono.
La épica partida reunió a unos 8.000 espectadores, que rodearon la plaza.
La partida duró 5 horas y terminó en tablas en la jugada 67 a propuesta de las piezas blancas (en realidad, el público y los caballos estaban un poco cansados).
Esta partida de exhibición no fue sólo fue un mero entretenimiento, ya que ayudó a promover el ajedrez entre los soviéticos, así como en el extranjero.
90 años después, San Petersburgo decidió repetir la legendaria partida en la Plaza del Palacio. El 20 de julio de 2014, los maestros Nikita Vitiugov y Valeri Popov disputaron otra partida, con voluntarios haciendo de piezas de ajedrez. También terminó en tablas.
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