1. Infancia. Adolescencia. Juventud, Lev Tolstói
Si todavía no has leído Guerra y paz vale la pena que lo hagas ya que te dará muchas respuestas acerca de la vida. En el clásico de Tolstói el personaje de Natasha Rostova representa perfectamente la maduración de una joven.
Sin embargo, Tolstói tiene un libro que se centra exclusivamente en el proceso de crecimiento. El protagonista, un joven llamado Nikolenka es en realidad el propio Lev. La trilogía comienza con los primeros pasos del niño fuera de la casa de su infancia. Se traslada a Moscú con su padre para estudiar, supera la muerte de su madre y estos hechos suponen el final de su infancia. Todos los acontecimientos se reflejan profundamente en el protagonista. Tolstói explora los aspectos psicológicos de cómo un joven comprende las reglas de la moralidad, cómo percibe a los adultos y sus propios sentimientos, pensamientos y el despertar sexual.
2. Infancia. Por el mundo. Mis Universidades, Maksim Gorki
Una autobiografía de otro gran autor ruso describe un mundo absolutamente diferente al de la trilogía del noble Tolstói. Un niño llamado Aliosha es de clase baja. Su padre muere y su madre lo lleva a la casa de sus padres, dejándolo solo para organizar su vida personal. El chico, acostumbrado a las relaciones tiernas con sus padres, tiene que enfrentarse a las palizas de su despiadado abuelo y finalmente le obligan a ganar dinero por su cuenta, así que sale al mundo él solo...
Se trata de una historia de vida y muerte, pobreza, trabajo duro y la injusticia de este mundo. Sin embargo, mientras lucha, el chico se da cuenta de que el sentido de su vida es más que su trabajo duro.Viaja por todo el país para conocer gente nueva y conocerse mejor a sí mismo.
3. La vida de Arseniev, Iván Bunin
Alexéi Arséniev abandona Rusia después de la Revolución bolchevique y recuerda con nostalgia su vida anterior. Pasó su infancia en una finca familiar, conoció a sus primeros maestros que influyeron en su visión del mundo, tuvo sus primeras conmociones, como la muerte de su querida abuela y su hermana menor y, por supuesto, vivió el primer amor.
Este libro, en parte autobiográfico, fue una de las razones por las que Ivan Bunin obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1933. El autor reconstruye su juventud en el libro y es un gran ejemplo de la literatura clásica rusa que mezcla reflexiones muy personales con representaciones idílicas de la naturaleza y los antecedentes históricos de Rusia en vísperas de la época más turbulenta de la historia de Rusia.
4. Así se templó el acero, Nikolái Ostrovski
Esta novela autobiográfica fue un ícono en la Unión Soviética y describe el increíble destino de Pável Korchagin. Un chico de orígenes humildes es expulsado de la escuela, y se cría en las calles. En este momento, se produce la Revolución de 1917 y Pável se muestra como un héroe que lucha por los bolcheviques en la Guerra Civil.
La voluntad de Pável de vivir y de ser un hombre mejor es una metáfora del acero que está siendo templado por las dificultades de la vida y las enfermedades. Cuando se paraliza, no pierde el valor ni cae en la desesperación.
5. Las mujeres de Lázaro, Marina Stepnova
La historia sobre un genio matemático llamado Lazar Lindt se cuenta a través del prisma de tres mujeres en su vida. La primera es la esposa de su jefe, que casi se convierte en su segunda madre y lo amaba a pesar de ser 20 años mayor que él. Luego conoce a una joven brutal llamada Galina, de la que se enamora y se casa. Siendo ya un hombre mayor, se convierte en un niño con Galina. Y la tercera mujer es su nieta, a la que nunca conoció, ya que murió antes de que ella naciera. Sin embargo, a lo largo de toda su vida él es como su ángel mítico.
Esta novela contemporánea de la talentosa Marina Stepnova y mantiene las tradiciones de la gran literatura rusa, al tiempo que aporta nuevos tropos e ideas artísticas.
Inédita en español.
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