El cáliz está decorado con varias águilas bicéfalas, símbolo del Imperio ruso desde el siglo XV. Es obra de Stephan Wakeva del taller de Fabergé.
Iván Jlébnikov provenía de una familia de joyeros y en la década de 1870, después de 40 años de comercio de artículos de plata y oro, abrió una fábrica en Moscú. Empleaba a varios centenares de artesanos y, además de la papelería para la corte imperial, fabricaba cubiertos, artículos para el armario de la emperatriz y detalles de decoración para el Palacio de Invierno.
Desde finales del siglo XIX, la familia imperial adoptó una moda para el estilo tradicional ruso (o, como ellos lo llamaban, neorruso). Los maestros de la joyería comenzaron a utilizar pinturas coloridas, adornos tallados, kokóshniks (un tocado tradicional para mujeres) y gallos en sus creaciones.
La historia de la vida del joyero Pável Ovchínnikov es un ejemplo de una carrera realmente brillante. Nacido como siervo, se convirtió en el mejor aprendiz de un maestro de joyería y compró su libertad con el dinero obtenido de la venta de los artículos que hizo. Luego se convirtió en proveedor de la corte imperial y, durante más de 40 años, su empresa fabricó artículos para los grandes duques, e incluso para el propio zar.
En el centro del plato se representa el edificio de una fábrica de seda en Moscú y a su alrededor una inscripción que dice: "A PIOTR ANTÓNOVICH Y ANNA FRÁNTSOVNA MUSSI DE PARTE DEL GREMIO DE TEJEDORES". Mussi fue un comerciante y el fundador de esta fábrica, una de las más exitosas del Imperio, que empleaba a decenas de miles de personas. Uno puede imaginarse el respeto que le tenían sus empleados por el hecho de que le encargaran un plato así.
El joyero alemán, Feodor Rückert, era famoso por sus esmaltes al estilo neorruso. A finales de la década de 1880, firmó un contrato con Fabergé y comenzó a producir artículos para la corte y regalos para diplomáticos.
Un cenicero en relieve como este era utilizado por los grandes duques. Este pequeño, de 6x8 cm, pesa más de 600 gramos.
Esta obra maestra hecha a base de malaquita se fabricó justo antes de la Revolución y fue una de las últimas obras que salieron de la fábrica de Fabergé en Rusia. En 1918, los bolcheviques nacionalizaron su empresa y se vio obligado a abandonar el país.
Esta jarra barroca con tapa tiene una enredadera que sube por un asa y está decorada con querubines que se vierten vino unos a otros. Por cierto, fue el taller del joyero Fiódor Verjóvtsev el que produjo la vajilla de plata para la catedral de San Isaac en San Petersburgo.
El marco se fabricó en el taller de Henrik Wigström, que fue el encargado de ejecutar los pedidos más importantes recibidos por la Casa del Fabergé en el siglo XX. El retrato de la princesa Zinaída Yusúpova, representante de una de las familias aristocráticas más antiguas y ricas de Rusia, es obra de Vasili Zúiev, un artista de la Casa del Fabergé. (Por cierto, la princesa Yusúpova era la madre de Félix Yusúpov, uno de los conspiradores detrás del asesinato de Grigori Rasputín).
Todos estos objetos pueden verse en la exposición Fabergé y otros joyeros de la corte en el Museo Estatal de Historia de Moscú, que estará abierta hasta el 30 de abril de 2020.
Aquí puedes ver otras obras maestras de Fabergé
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