12 representaciones de Jesús en la pintura rusa que no son iconos

Cultura
ALEXANDRA GÚZEVA
Los temas bíblicos han aparecido en numerosas obras de arte de Rusia.

1. “La aparición de Cristo ante el pueblo”, Alexánder Ivanov, 1837-1857

El artista trabajó en este cuadro durante 20 años. Su gran tamaño (5,4×7,5 m) hizo que fuera demasiado grande para la Galería Tretiakov, por lo que se tuvo que construir un pequeño anexo para albergarlo.

2. “Cristo en la sepultura”, Karl Briullov, década de 1840

Este cuadro tiene su historia de fondo. Briullov recibió el encargo de un conde ruso, que lo llevó a Alemania. Tras la muerte del propietario, la obra sin firmar se trasladó a una iglesia ortodoxa en Europa, donde nadie se percató de que se trataba de una obra maestra. En 2002, la iglesia vendió el cuadro a un grupo de coleccionistas que lo llevaron al Museo Ruso para su análisis. Se identificó la autoría de Briullov y entonces el FSB (los servicios secretos) confiscó la valiosa obra de arte. El Tribunal Supremo de Rusia ordenó posteriormente que se devolviera a sus compradores.

3. “La última cena”, Nikolái Gue, 1863

Nikolái Gue pintó muchos temas religiosos: el ciclo de la Pasión, la crucifixión y resurrección de Cristo. El artista se aleja de la tradición en su representación de la última cena. Los críticos calificaron a Gue de ser poco convincente, pero la pintura fue comprada por el emperador Alejandro II y hoy se encuentra en el Museo Ruso de San Petersburgo.

4. “Cristo en el desierto”, Iván Kramskói, 1872

Se trata de una de las imágenes más famosas de Cristo en el arte ruso y uno de los primeros intentos de retratarlo como una persona real. No aparece como un santo tentado por las fuerzas del mal, sino como un hombre normal lleno de dudas. Los críticos de arte prestan especial atención al centro de la imagen, donde las manos de Cristo se entrelazan pensativamente.

5. “Cristo y el pecador”, Vasili Polénov, 1888

Polénov consideraba que este cuadro era la obra de su vida. Para representar fielmente tanto a Cristo mismo como los paisajes de Judea, el artista viajó por Oriente Medio durante varios años e hizo docenas de estudios y bocetos. Su objetivo principal era mostrar a Cristo como una persona normal.

6. “Llenarse de sabiduría”, Vasili Polénov, 1896-1909

Polénov creó la serie de pinturas conocida como De la vida de Cristo, que traza el camino de Jesús desde la infancia, cuando adquiere sabiduría de los ancianos, hasta el Sermón de la Montaña, cuando él mismo comienza a enseñar.

7. “Epifanía”, Iván Aivazovski, década de 1890

Aivazovski es más famoso por sus monumentales paisajes del mar. Pero también se interesó por los motivos religiosos.

8. “¿Qué es la Verdad?”, Nikolái Gue, 1890

Otra muestra de cómo Gue fue más allá de los cánones establecidos por la pintura religiosa. En esta ocasión trata la conversación de Jesús con Poncio Pilato después de su arresto. Gue le pone una sombra oscura (cuando normalmente brilla) y lo retrata como si fuera alguien palido e, incluso, lastimoso. Mientras que Pilato aparece como un ganador.

9. “Cristo en el huerto de Getsemaní”, Arjip Kuindzhi, 1901

Kuindzhi es más conocido como paisajista y sus obras destacan por su increíble uso de la luz. En esta composición de tema bíblico, ilumina a Cristo con la luz de la luna en marcado contraste con la oscuridad que lo rodea.

10. “Resurrección de la hija de Jairo”, Iliá Repin, 1871

Este fue el proyecto de final de carrera de Repin como estudiante de la Academia Rusa de Bellas Artes. El artista logró transmitir la tensión del momento justo un segundo antes del milagro. Por cierto, Repin recibió una medalla de oro por su trabajo. Más tarde, sus imágenes de Cristo se hicieron más realistas e incluso postimpresionistas.

11. “Cristo en el huerto de Getsemaní”, Mijaíl Vrúbel, 1887–1888

Más conocido por representar demonios oscuros, el modernista Vrúbel también pintó espíritus santos y profetas, e incluso decoró iglesias. Este carboncillo del artista se encuentra en la Galería Tretiakov de Moscú.

12. “Santa Rus”, Mijaíl Nésterov, 1901-1906

Mijaíl Nésterov también pintó numerosas iglesias e hizo gran cantidad de bocetos sobre temas bíblicos. Los arcángeles, la Virgen María, los santos, los monjes y, por supuesto, Cristo. En su obra programática “Santa Rus”, el Salvador bendice a los rusos indigentes y sufrientes.

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