Konstantín Sómov (1869-1939) nació en San Petersburgo en la familia de un guardián del Hermitage. No es de extrañar, por tanto, que el niño pasara su infancia rodeado de arte y que fuera a estudiar a la Academia de Bellas Artes.
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Su maestro fue el gran Iliá Repin, que, a decir verdad, no esperaba mucho de su alumno. A Repin le frustraba la “estupidez infantil en los colores” y la “insolvencia compositiva” de Sómov.
Museo Estatal Ruso
Sin embargo, las tornas cambiaron con el surgimiento del movimiento simbolista en Rusia a principios del siglo XX y la influencia del impresionismo francés. Sómov se estaba moviendo en esa dirección. ¿No te parece que Joven durmiendo sobre la hierba recuerda un poco al Almuerzo sobre la hierba de Édouard Manet?
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Sómov participó en la creación de la revista literaria y artística Mundo del Arte, la principal publicación de simbolistas rusos y precursora de la vanguardia.
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Su estilo y su interés por la ilustración pegaban muy bien con la publicación. Creó ilustraciones para obras literarias, como el poema de Alexánder Pushkin sobre el adulterio, El conde Nulin, y la antigua novela pastoril Dafne y Cloe.
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Sin embargo, la obra más famosa (y escandalosa) de Sómov es el Libro de la marquesa, una colección de textos eróticos franceses del siglo XVIII con sensuales ilustraciones.
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Muchos de los dibujos son tan gráficos que no podemos publicarlos.
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En el círculo social de Sómov había figuras artísticas clave de principios del siglo XX como el artista Alexandre Benois, el empresario Serguéi Diághilev, el ensayista Dmitri Filosófov, el poeta y compositor Mijaíl Kuzmín.
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Por cierto, Kuzmín fue el primero en plantear el tema del homoerotismo en la literatura rusa y Sómov se convirtió en el primer artista en crear obras que celebraban el cuerpo masculino desnudo.
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En 1923 fue a EE UU con su novio, Methodius Lukiánov, para realizar una exposición individual. Nunca regresó a la Rusia bolchevique. Años más tarde se instaló en Francia, donde continuó ilustrando libros.
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Vivió en París hasta su muerte en 1939 y está enterrado en el cementerio de Sainte-Genevieve-des-Bois, junto con muchos emigrantes rusos de diferentes épocas (algunos de los más famosos de ellos son Iván Bunin, los poetas simbolistas Zinaida Gippius y Dmitri Merezhkovski, Rudolf Nuréiev y Andréi Tarkovski).
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Con motivo del 150º aniversario de su nacimiento, se celebrará una exposición con obras suyas en el Museo Ruso de San Petersburgo hasta el 4 de noviembre de 2019.