Una mujer independiente y brillantemente educada del siglo XVII (algo poco común para la época) Sofía, regente de Rusia entre 1682 y 1689, era alta, corpulenta y tenía un fuerte temperamento, muy parecido al de Amy Schumer, famosa por su sarcasmo.
Al igual que Pedro el Grande, Sacha es alto, con un bigote generoso y un brillante sentido del humor. A diferencia de Pedro, es judío y (menos mal) no hace la guerra ni gobierna con mano de hierro, excepto cuando interpreta al General Haffaz Aladeen, por supuesto.
A Anna de Rusia le encantaba el teatro y esto es lo que la une con Marina Abramović (sí, ya lo sabemos, no es una estrella de Hollywood, es la única excepción en esta lista). Sin embargo, Anna tenía un gusto artístico terrible, pero estamos dispuestos a pasarlo por alto.
Una famosa fiestera, se jactaba de tener un fabuloso vestuario con 15.000 elegantes vestidos de noche, por lo que Renee encajaría a la perfección a la hora de encarnarla con personaje. Aunque Isabel era más de aceptar su propia complexión física, si entiendes lo que queremos decir.
Catalina sigue siendo una de las más grandes gobernantes que ha tenido Europa, y Meryl es una de las mejores actrices del mundo, por lo que se complementan a la perfección. Altas, resueltas, y notablemente bellas.
Una frente ancha, cejas bien definidas, una mirada penetrante y una estatura notablemente baja. Afortunadamente, Peter, de 49 años, disfruta de un estilo de vida más saludable que el emperador, que fue asesinado a la edad de 46 años.
La época de Alejandro fue de anglofilia, cuando Rusia y Gran Bretaña luchaban juntos contra Napoleón. El inglés por definición, Colin Firth podría lograr un perfecto “Alejandro el Bendito”.
Tanto Nicolás I como John Wayne fueron símbolos sexuales de su tiempo. Altos y masculinos, con rostros inexpresivos y un temperamento aparentemente despiadado, captaban la atención de las mujeres y provocaban envidia y miedo en los hombres.
La imagen de Sam Elliott de vaquero experimentado de la vieja escuela no le iría mal al temperamento tranquilo de “Alejandro el Libertador”. A diferencia de Alejandro, que tuvo muchas amantes y novias, Sam es un marido ejemplar.
La cara algo infantil de Paul Giamatti se vuelve muy seria cuando lleva barba. Alejandro III tampoco fue siempre un emperador ruso de aspecto amenazador; en su juventud, cuando no se le tomaba en serio como heredero (lo era su hermano), vivió un estilo de vida fastuoso, pero se vio obligado a abandonarlo cuando su hermano murió y se convirtió en el heredero del trono.
No, tampoco nos lo habíamos imaginado en un principio, pero después de compararlos esperamos que Ben interpreté a Nicolás II en algún momento. Puede no resultar obvio a primera vista, pero Ben tiene algunos rasgos distintivos similares a los de Nicolás: una nariz recta y larga, cejas anchas… y su pelo y barba no muy son diferentes a los del último monarca ruso.
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