A principios del siglo XX, el químico y fotógrafo ruso Serguéi Prokudin-Gorski ideó un proceso complejo para conseguir fotografías detalladas y en vívidos colores (véase el cuadro de texto a continuación). Inspirado en el uso de este nuevo método para registrar la diversidad del Imperio ruso, emprendió numerosos viajes, uno de los cuales consistió en fotografiar sitios relacionados con el centenario de la campaña de Napoleón contra Rusia en 1812.
Destaca especialmente la obra de Prokudin-Gorski realizada durante el verano de 1912 en la ciudad de Smolensk, lugar de enfrentamientos titánicos entre las principales fuerzas de Napoleón y el Ejército ruso comandado por Mijaíl Barclay de Tolly. A Prokudin-Gorski le cautivó especialmente la grandiosa fortaleza de la ciudad, cuyas murallas y torres fotografió en detalle. Fotografié aquellos muros un siglo después, en 2006 y 2014.
La Smolensk contemporánea es una agradable capital de provincia (con una población de alrededor de 325.000 habitantes) que cuenta con parques y un exuberante verdor. Sin embargo, tras este aspecto plácido se esconde una de las historias más turbulentas de la Rusia europea. Su posición estratégica, en las principales rutas norte-sur y este-oeste, ha sido tanto una bendición como una maldición. Desde el siglo XVI hasta el XX, la ciudad experimentó varios enfrentamientos con fuerzas procedentes de Occidente.
Smolensk es uno de los lugares históricos más antiguos de Rusia. Mencionado por primera vez en las crónicas medievales del año 862, el primer asentamiento fue un centro de los Krivichi, una tribu eslava oriental. La ubicación de Smolensk en la parte alta del río Dniéper colocó a esta urbe en la lucrativa ruta comercial entre el Mar Báltico y el Mar Negro, desde "los Varegos hasta los Griegos". A finales del siglo IX, la ciudad había sido puesta bajo la influencia de Kiev, centro de poder de los príncipes varegos de la dinastía Rúrikovich,en medio del río Dniéper.
Con la conversión del Gran Príncipe Vladímir de Kiev al cristianismo ortodoxo en el año 988, las formas bizantinas en la arquitectura y el arte llegaron a la cuenca del río Dniéper. En la década de 1050, Smolensk surgió como un principado subordinado que finalmente llegó a rivalizar con el poder de Kiev. Hasta el día de hoy, Smolensk mantiene algunas de las iglesias más antiguas de Rusia.
Smolensk se salvó de la devastación de la invasión mongola que comenzó en el invierno de 1237-38. Durante los cuatro siglos siguientes, el control de Smolensk alternó entre el Gran Ducado de Lituania, Polonia y Moscú. La captura de Smolensk en 1514 por Basilio III de Moscú se considera un acontecimiento importante en la historia de Rusia.
Un proyecto de escala monumental
La importancia estratégica de Smolensk fue confirmada por el zar Borís Godunov (1551-1605), que la consideró un baluarte contra Polonia y emprendió una fundamental reconstrucción de las murallas de la ciudad entre 1595 y 1602. La fortaleza se convirtió en uno de los proyectos de construcción más grandes de Rusia antes del reinado de Pedro el Grande. Tenía 38 torres a lo largo de muros de más de 6’4 kilómetros de largo. En contraste, las murallas del Kremlin de Moscú se extienden por menos de 2,5 kilómetros.
La construcción de la ciudadela, supervisada por el ingeniero Fiódor Kon, requirió una vasta movilización de recursos y mano de obra no voluntaria en un una gran área bajo el control de Moscú, incluyendo el monasterio y ladrilleras privadas alistadas para el servicio estatal. Durante este período, la construcción de mampostería no relacionada con el servicio estatal fue prohibida bajo pena de muerte.
La producción de los 100 millones de ladrillos necesarios para los muros de Smolensk, y la gran cantidad de bloques de piedra caliza utilizados para su base, además de cal, hierro y otros componentes, sólo podría haber ocurrido gracias a la estandarización de los materiales de construcción, en particular los tamaños de los ladrillos. Esta producción y la gran fuerza de trabajo se organizaron bajo un sistema administrativo centralizado bajo la capaz dirección de Godunov. Uno de los principales componentes de ese sistema era la Oficina de Trabajo de Albañilería (Kamenni prikaz) que había sido creada en 1584 y utilizada por Godunov para fomentar la construcción de albañilería en proyectos individuales y estatales.
Las largas murallas tenían pasadizos interiores y estaban coronadas con almenas para proteger las posiciones de fuego de los defensores. Muchas de las torres eran cuadradas, pero los puntos especialmente importantes estaban dominados por enormes torres poligonales como la Torre del Águila (Oriol) en la muralla sur. Tanto Prokudin-Gorski como yo prestamos especial atención a esta torre.
A pesar de estos muros de coste prohibitivos, Smolensk cayó de nuevo ante los polacos durante la crisis dinástica de Rusia conocida como el Período Tumultuoso. Desde el momento de la muerte de Godunov en 1605 hasta finales de la década de 1610, Rusia fue asolada por la invasión extranjera. En junio de 1611, Smolensk cayó ante los polacos a pesar de la heroica resistencia de la ciudadela en un asedio que duró 20 meses. Un intento de retomar Smolensk durante la Guerra Ruso-Polaca de 1632-34 (también conocida como la Guerra de Smolensk) fracasó ignominiosamente.
Smolensk no regresó al redil moscovita hasta una exitosa campaña llevada a cabo en 1654. Con la tregua de Andrúsovo de 1667, la propiedad de Moscú fue reconocida formalmente por Polonia y confirmada de nuevo por el Tratado de Paz Eterna entre los dos países, firmado en 1686.
Un siglo de caos
El siguiente cataclismo militar en la ciudad se produjo a mediados de agosto de 1812, cuando se libró allí una de las mayores batallas de la invasión napoleónica. Descrita detalladamente por Lev Tolstói en Guerra y Paz, la batalla de Smolensk permitió que el ejército ruso se retirara de forma ordenada, pero con la catastrófica pérdida de la ciudad, que fue quemada. Sólo las iglesias y la mayoría de las murallas permanecieron relativamente intactas.
Importante centro ferroviario de principios del siglo XX, Smolensk sufrió el caos de la Primera Guerra Mundial y de la Guerra Civil Rusa. Durante la década de 1930, mientras las fortificaciones medievales de otras ciudades fueron desmanteladas como material de construcción, los segmentos sobrevivientes de la ciudadela de Smolensk se conservaron en gran parte.
La mayor prueba de la ciudad vino con la invasión alemana de la Unión Soviética, iniciada el 22 de junio de 1941. La batalla de Smolensk, librada a finales del verano de 1941, finalizó con una de las peores derrotas soviéticas, pero los desesperados enfrentamientos llevados a cabo en esa zona dieron al Ejército Rojo un tiempo esencial para formar posiciones defensivas frente a Moscú durante los meses siguientes.
Smolensk fue liberada por el Ejército Rojo a finales de septiembre de 1943, pero la ciudad había sufrido enormes pérdidas materiales y humanas. Afortunadamente, la mayor parte de las murallas de la fortaleza se mantuvieron en pie. En las décadas transcurridas desde la guerra, gran parte de la ciudad histórica sería objeto de una amplia renovación. Porciones colapsadas de las zonas norte, este y sur fueron reconstruidas con sus almenas, y la mayoría de las torres recibieron empinadas cubiertas de madera.
Particularmente impresionante es el muro norte (ver fig. 1) a lo largo del río Dniéper, con la gran Catedral de la Dormición en lo alto de una colina. Las murallas están ahora rodeadas de parques, prados y arboledas que crean una atractiva zona natural, con fácil acceso al centro de la ciudad. Después de las turbulencias del siglo XX, las fotografías de Prokudin-Gorski tienen un profundo valor para documentar una ciudadela que se encuentra entre los mayores monumentos de Rusia.
A principios del siglo XX, el fotógrafo ruso Serguéi Prokudin-Gorski ideó un proceso complejo para realizar fotografías a color. Entre 1903 y 1916 viajó a través del Imperio Ruso y tomó más de 2.000 fotografías con este proceso, que implicaba realizar tres exposiciones en una placa de vidrio. En agosto de 1918, abandonó Rusia y finalmente se instaló en Francia con gran parte de su colección de negativos de vidrio. Tras su muerte en París en 1944, sus herederos vendieron la colección a la Biblioteca del Congreso. A principios del siglo XXI, la Biblioteca digitalizó la Colección Prokudin-Gorski y la puso gratuitamente a disposición del público mundial. Muchas web rusas tienen ahora versiones de la colección. En 1986 el historiador arquitectónico y fotógrafo William Brumfield organizó la primera exposición de fotografías de Prokudin-Gorski en la Biblioteca del Congreso. Durante un período de trabajo en Rusia, a partir de 1970, Brumfield ha fotografiado la mayoría de los sitios visitados por Prokudin-Gorski. Esta serie de artículos comparará las vistas de Prokudin-Gorski de los monumentos arquitectónicos con fotografías tomadas por Brumfield décadas más tarde.
Si te gustó este texto, te recomendamos pinchar aquí para leer sobre la Iglesia de San Juan Crisóstomo en Yaroslavl, una obra maestra de las artes dramáticas.
¿Quieres recibir la información más destacada sobre Rusia en tu correo electrónico? Pincha aquí y recibe cada viernes el material más interesante.