'El Obrero y la koljosiana', historia y hechos de una mítica escultura soviética

Escultura soviética El Obrero y la koljosiana.

Escultura soviética El Obrero y la koljosiana.

Serguéi Fomín/Global Look Press
Este año se cumplen 80 años de la creación de uno de los símbolos más reconocibles de la URSS. La escultura se creó para hacer frente al pabellón nazi en la Exposición Universal de París en 1937.

El monumento simboliza la unión de la clase trabajadora y campesina en la Rusia soviética.

1. Inspirado en antiguos héroes

La autora de la estatua fue Vera Mújina, maestra de la escultura realista socialista, que la creó para la Exposición Universal de París en 1937. Fue la primera vez que invitaban a los soviéticos a un evento de este tipo así que el Gobierno (es decir, Iósif Stalin) tenía ganas de causar una gran sensación.

Mientras trabajaban en el pabellón soviético, del que El Obrero y la koljosiana iban a ser la joya de la corona, Mújina y el arquitecto Borís Iofán se inspiraron en los tiranicidas Harmodio y Aristogitón, los griegos que mataron al tirano persa y llevaron la democracia a Atenas.

'Harmodio y Aristogitón', copia romana de la estatua ateniense de Kritios y Nesiotes.

El Obrero y la koljosiana tenía que representar el victorioso surgimiento del estado socialista en todo el planeta. Tal y como Iofán escribiera posteriormente, el objetivo era que el propio conjunto arquitectónico fuera la principal muestra soviética en la exposición.

2. Se sospechaba de que la estatua se parecía a Lev Trotski

Mientras Mújina trabajaba en el monumento tuvo lugar un hecho curioso. Un ingeniero que trataba de denunciar a la escultora escribió a Stalin. Le dijo que la autora trataba de representar secretamente la cara de Trotski en los pliegues del vestido de la koljosiana.

Aunque suene absurdo era una cosa seria en la época. En 1937 la Gran Purga de Stalin estaba en pleno auge así que Mújina se enfrentaba a serios problemas en caso de que hubiera sido cierto. Pero no lo fue. Las autoridades examinaron la estatua meticulosamente y no encontraron huella alguna de archienemigo de Stalin. Finalmente, todo salió bien.

3. Rivalizó con el monumento del Tercer Reich

Durante la Exposición Universal de París la principal lucha se dio entre los que serían enemigos en la Segunda Guerra Mundial: la URSS y la Alemania nazi. Los dos pabellones de estos estados autoritarios se colocaron uno frente a otro en el principal paseo para peatones en Trocadéro.

Pabellones soviético y alemán uno frente al otro en la Exposición Universal de París de 1937.

El pabellón alemán, diseñado por el infame arquitecto nazi Albert Speer, recordaba a un gigantesco “III” (del Tercer Reich) coronado con un águila decorado con una esvástica. Los símbolos del socialismo soviético y del nazismo alemán estaba cara a cara, como si hubiera un toque de humor francés por parte de la administración de la Exposición Universal.

Algunos críticos alabaron la monumental obra de Mújina e Iofán, aunque también hubo escépticos que la calificaron de “modernismo despersonalizado”. En cualquier caso, ambos pabellones ganaron el gran premio de la Feria, quedaron empatados.

4. Colocado donde no correspondía

Tras acabar la exposición El Obrero y la koljosiana volvió a casa. Pero hubo un problema porque le quitaron el gigantesco pedestal sobre el que habían estado en Francia. El Gobierno tuvo que encontrar un nuevo sitio para colocar la estatua de 24,5 metros de altura.

En un primer momento consideraron colocarla en la Estación Hidroeléctrica de Rybinsk en el Volga, posteriormente en algún lugar de la Colina de los Gorriones, en Moscú, donde podía admirarse desde casi cualquier lugar de la ciudad. Sin embargo, estas ideas nos prosperaron.

'El Obrero y la koljosiana' en VDNJ, 1959.

En 1939, durante la inauguración del VDNJ (el parque que mostraba los logros de la economía nacional) en Moscú, se colocó la estatua en frente de la entrada principal, en una pedestal que era tres veces más bajo que el de París. Mújina estaba indignada por la decisión y lo llamó “muñón”, afirmó que su belleza se perdía a una altura tan baja.

5. Símbolo del cine y nuevo pedestal

Aunque esto no consoló a Mújina, la escultura se convirtió en el emblema oficial de los estudios de cine de Mosfilm en 1947. Desde entonces, cada película soviética que se realizara en estos estudios aparecía el logotipo de una mujer y un hombre con una hoz y un martillo, respectivamente.

Emblema oficial de Mosfilm.

En 2003 se iniciaron las obras de reparación, que no concluyeron hasta el 2010. La escultura se colocó en un pedestal más alto, de 34,5 metros (10 metros más alto que el anterior) y se elevó hasta una altura de 58 metros. Se trata de la quinta estatua más alta de Rusia. Actualmente cualquiera puede disfrutar de la belleza de esta pareja de acero.

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