Divertida guía que da unas pistas para pasárselo lo mejor posible.
Alexandra Krasnova/TASSEn general, los rusos no son alcohólicos. Todo el mundo sabe que los rusos beben muy poco... En las fiestas, o las ocasiones especiales: un trabajo nuevo, la compra de un coche o el día de la boda al fin. Por lo general, siempre hay tiempo de prepararse para la borrachera. Pero algunas veces, la desgracia te sobreviene de golpe. Sales del trabajo un martes por la tarde y te encuentras en el metro con un amigo al que hace tiempo que no ves. ¿No es esta una ocasión especial? Lo que pasa es que no has tenido tiempo de prepararte. Por esta razón, hay que estar siempre alerta: puede que tengas que beber una tarde entre semana o en medio de la noche. Y los viernes tampoco te librarás. Ni los miércoles, seguramente: todo el mundo en Rusia sabe que el miércoles es el pequeño viernes.
Los rusos no solo beben vodka. No, no es broma. Aunque esta bebida tampoco suele faltar a la cita. Pero el formato ruso de las fiestas es completamente distinto del de otros países. En primer lugar, el alcohol suele comprarlo el anfitrión. Esto resuelve dos problemas a la vez: los invitados no tienen que pensar qué van a beber, y más tarde no lamentarán que cuando se acabó el vino no pudieron pasar a otra cosa porque no la habían traído. La mesa de las bebidas es general, por lo que podrás beber lo que quieras. Pero tampoco te tomes esto demasiado a pecho.
Recomendamos encarecidamente hacer un repaso de todos los acontecimientos clave de la historia mundial, la religión, la política, el deporte y el arte, y después formarte una opinión sobre asuntos de actualidad más o menos importantes. En primer lugar, los rusos cuando beben se sumergen en conversaciones sobre temas elevados. Si no participas en ellas, te arriesgas a dormirte en la mesa. En segundo lugar, la cultura siempre viene bien. Y no tengas miedo, estas conversaciones y discusiones no conllevan ninguna responsabilidad: nadie recordará nada por la mañana.
Hacia las once de la noche en las tiendas de Moscú comienza una agitación inusual para esas horas. Sobre todo en la sección de bebidas alcohólicas. En Rusia existe una ley que prohíbe vender alcohola partir de una hora determinada. La hora cambia según el lugar: en Moscú es a las once de la noche y en San Petersburgo a las diez.
A los rusos les encanta pronunciar brindis larguísimos. Por supuesto, todo depende del evento, pero cuanto más solemne e importante sea, más largos se vuelven los brindis. Es habitual levantar la copa al principio del discurso y no volver a dejarla en la mesa hasta el final. Por esta razón, es conveniente entrenarse levantando peso en la mano durante mucho rato.
Al terminar el brindis es obligatorio chocar la copa con la de todos los demás asistentes. Si eres una chica soltera, ten esto presente: en Rusia se cree que hay que brindar en último lugar con un hombre soltero, de este modo te casarás pronto. Otra cosa que no debes olvidar: en Occidente se puede dejar la copa en la mesa y después volver a tomarla y beber.
En Rusia no lo entenderán y pensarán que no estás de acuerdo con el discurso del que ha pronunciado el brindis. Y esta persona se ha pasado media hora hablando y lleva toda la semana ensayando. Por cierto, el brindis “Na zdorovie!”, que por alguna razón todos los extranjeros consideran como el más extendido en Rusia, en realidad no lo usa nadie, se dice "Za zdorovie" es un brindis que solo se usa de vez en cuando.
Te será muy útil ver la película: Ironía del destino, ¡o goce de su baño! En primer lugar, es la película que siempre se emite en vísperas de Año Nuevo y luego una semana después, de modo que si pasas mucho tiempo en Rusia acabarás viéndola tarde o temprano. En segundo lugar, en la película se explica cómo beber debidamente. Y también lo que te puede pasar en una desafortunada visita a una bania rusa. En tercer lugar, entenderás de golpe el 95 % de las bromas y las citas de tus compañeros de mesa. Y por último, es una buena película.
Beber con rusos es todo un arte. Y como todo, no es algo que se domine desde la primera vez. Lo que sí es cierto es que no te aburrirás. Y si logras aguantar las primeras horas, puede que llegues incluso a disfrutar del proceso. Cuando vuelvas a tu país, verás las fiestas que organizan tus amigos con una media sonrisa en la boca, pensando para tus adentros: “esto es lo que en Rusia llaman "tomar una copa".
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