Cómo se consiguió la victoria en Stalingrado y así el triunfo aliado en la Segunda Guerra Mundial

Sputnik
El 2 de febrero terminó la batalla de Stalingrado, momento tras el cual cambió el devenir de la guerra. Ese largo periodo que duró prácticamente un año, desde enero de 1943 a enero de 1944 y que finalizó con el levantamiento del sitio de Leningrado, supuso un cambio de rumbo radical. Stalingrado fue el primer paso, el punto de inflexión. Russia Beyond cuenta cómo fue posible la victoria de Stalingrado.

1. Para el verano de 1942 el mando soviético tenía claro que la Unión Soviética tendría que depender únicamente de sí misma. Pero esto también significaba que no se podía "derrochar" y que había que concentrar todas las fuerzas en la preparación de un golpe decisivo sobre el frente oriental. 

2. La creación de tropas y de equipos de reserva exigía que las fábricas se transportaran en trenes militares. La evacuación de la industria desde las regiones del frente fue un hecho sin precedentes en la historia. 

En junio de 1941 se creó el Consejo de Evacuación. Pero precisamente ese verano y en otoño de 1942 se finalizó la segunda etapa de la evacuación, que se convirtió en una página aparte de la historia de la guerra. 

Por ejemplo, para transportar la fábrica Zaporozhstal desde Dniepropetrovsk hasta Magnitogorsk (2.200 kilómetros) hicieron falta 8.000 vagones. La fábrica Kirov de Leningrado y la fábrica de tractores de Cheliábinsk (2.500 kilómetros) se fundieron en una sola unidad de fabricación de tanques. Se desplazaron cientos de empresas y 11 millones de personas hacia oriente.

La economía soviética superó en conjunto el potencial de Alemania. La producción bruta de la URSS pasó de los 39.000 millones de rublos a los 48.000 entre 1942 y 1940. En 1942 la industria de tanques de la URSS fabricó casi 25.000 unidades. Hitler simplemente no podía creer estas cifras. 

3. Todo esto permitió que durante el verano y el otoño de 1942 se pudiera reorganizar y equipar al Ejército Rojo, crear tropas y material bélico de reserva. Sin embargo para asegurar este proceso y reunir todas las fuerzas, los ejércitos soviéticos tuvieron que mantenerse en una defensa estratégica temporal. En la primavera de 1942 ni el ejército alemán ni el soviético llevaron a cabo acciones militares ni iniciaron grandes operaciones militares. 

4. Errores y aciertos estratégicos. Tanto los mandos militares soviéticos como los alemanes cometieron errores y tuvieron aciertos estratégicos. El principal error de cálculo del mando soviético fue concentrar la mayor parte de sus tropas en el frente de Moscú. 

Stalin no esperaba un ataque alemán en el frente suroeste. Al mismo tiempo el error de Hitler fue dividir el contingente Sur en dos grupos: A y B. La intención era salir hacia el Volga, cerrar esa arteria por la que recibían petróleo y bienes las regiones centrales del país y al mismo tiempo tomar las regiones productoras de petróleo del Cáucaso. 

La batalla de Stalingrado está directamente relacionada en cuanto a estrategia con la batalla por el Cáucaso. Pero finalmente lo que sucedió es que las tropas alemanas no pudieron conquistar el Cáucaso ni Stalingrado. 

5. El plan de la operación de ataque de Stalingrado se estaba debatiendo ya en septiembre. “En aquella época”, escribe el mariscal Vasilevski, “se estaba terminando la creación y entrenamiento de las reservas estratégicas, en buena parte formadas por divisiones y unidades de tanques mecanizadas, armadas en la mayoría de los casos con tanques medios y pesados. Se crearon reservas de pertrechos y tecnología militar de todo tipo”. 

Para el otoño de 1942 el mando soviético había diseñado el plan de operaciones Urán, la contraofensiva sobre Stalingrado. Para noviembre se concentró un gran número de soldados y armamento sobre la ciudad, el Ejército Rojo superaba en proporción de dos y tres a uno en el frente de los grandes ataques. Para cuando comenzó la contraofensiva se habían transportado 160.000 soldados, 10.000 caballos, 430 tanques, 6.000 piezas de artillería y otras 14.000 unidades mecanizadas. En total en las operaciones de ataque participaron más de un millón de soldados, 1.500 tanques, 11.500 morteros, 1.400 katiusha y otras unidades. 

6. Todo el transporte de material se realizó en secreto, únicamente de noche. El resultado fue que el despliegue masivo de las tropas soviéticas se realizó sin que el enemigo se diera cuenta. Los servicios secretos alemanes no sabían de los preparativos de la operación. El mando de la Wehrmacht no esperaba una contraofensiva y sus tranquilizadores pronósticos se veían confirmados por la información errónea de los servicios de reconocimiento. 

7. A diferencia del Ejército Rojo que había desplegado sus reservas hacia Stalingrado, para noviembre el Ejército alemán sufría grandes problemas de abastecimiento, que supuestamente iba a ser sobre todo aéreo. Sin embargo, para garantizar la capacidad militar de 300.000 soldados, era necesario llevar a Stalingrado 350 toneladas de carga cada día.

Esto era imposible por muchas razones: el Ejército Rojo bombardeaba los aeropuertos alemanes y las condiciones meteorológicas eran malas. También desempeñó un papel importante la resistencia de la población local.

8. El principal ataque del Ejército Rojo iba dirigido contra el tercer y cuarto ejército rumano y el octavo italiano, que estaban armados peor que las unidades alemanas. Las divisiones estaban comandadas por oficiales de la Luftwaffe, que no eran expertos en operaciones en tierra. 

Además, cada uno tenía que defender un enorme territorio (alrededor de 200 kilómetros) y el frente estaba poco reforzado.

Pero lo más importante era que la moral estaba por los suelos: los soldados rumanos e italianos no sabían por qué luchaban y por qué iban a morir en una estepa extraña. Su retirada se parecía más a una huida. 

9. Un invierno gélido. Al igual que en la Guerra Patria de 1812, donde la helada fue la causante de la destrucción del ejército de Napoleón, en la batalla de Stalingrado ayudó a derrotar a los alemanes. 

10. La valentía de los defensores y habitantes de ciudad. A pesar de que los alemanes habían ocupado el centro de la ciudad, el resto de Stalingrado no se rindió. Los combates tuvieron lugar en las calles de la ciudad. Todo este tiempo en las ruinas continuó la vida, la población civil se quedó en la ciudad. 

La batalla de Stalingrado y el sitio de Leningrado, son dos páginas de la Segunda Guerra Mundial en las que el heroico y trágico comportamiento de los habitantes de las dos ciudades tuvo una especial importancia. 

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