La gente de la Rusia moderna está acostumbrada a que el kisel sea una bebida dulce a base de frutas, bayas y maicena, que recuerda más a la gelatina. Sin embargo, antiguamente este plato se preparaba con cereales molidos, que se dejaban agriar. De ahí el nombre: ‘kisel’, derivado de ‘kisli’, que quiere decir ‘agrio’.
Sin embargo, había un tipo de kisel que no tenía por qué agriarse. Era la kisel de guisantes. Este kisel simplemente se enfriaba hasta que estaba completamente sólido, se cortaba en trozos y se servía con aceite de cáñamo o un caldo de carne.
En los siglos XVIII y XIX era incluso un plato callejero muy común, lo que no es de extrañar: fácil de preparar, barato y nutritivo, el kisel de guisantes ayudaba a los comerciantes callejeros (cocheros, cargadores, etc.) a saciarse rápidamente y sobrevivir a una dura jornada de trabajo.
Como se sabe, los guisantes son una excelente fuente de proteínas, que son el principal material de construcción del organismo, por lo que todos los defensores de un estilo de vida saludable deberían tomar nota de este plato.
Ingredientes:
- guisantes - 1 taza
- agua - 2,5 tazas
- sal - al gusto
- aceite de cáñamo o caldo de carne
Preparación:
Triturar los guisantes hasta darles una consistencia de harina.
Verter la harina de guisantes en una cacerola de paredes gruesas y añadir el agua en porciones.
Mezclar con cuidado para que no queden grumos.
Llevar a ebullición sin dejar de remover. Cocer la kisel a fuego lento durante unos 20 o 30 minutos hasta que espese.
Añadir sal al kisel terminado.
Dejar enfriar a temperatura ambiente y refrigerar durante 12 horas para que cuaje por completo.
Sacar del recipiente y cortar en trozos. ¡Priatnovo apetita!
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