En Rusia, incluso en los pequeños comercios, se pueden comprar cartones de leche de larga duración, así como leche entera fresca en botellas, que pueden conservarse en el frigorífico sólo unos días después de abiertas. Por regla general, la leche de vaca rusa contiene entre un 0,1 y un 6% de grasa. También se puede encontrar leche sin lactosa, muy popular en el país, así como leche de soja, coco, almendras y arroz. Toda la leche de las tiendas está pasteurizada, pero en algunos mercados se puede comprar leche cruda.
Además de leche de vaca, las granjas lecheras del país también producen leche de cabra. Y en la región de Kostromá, se puede disfrutar de leche de alce.
La leche ‘cocida’ es una bebida tradicional eslava. Es de color beige, tiene un sabor suave y se conserva más tiempo que la leche normal. Esta bebida láctea se prepara calentando la leche durante mucho tiempo sin que llegue a hervir. Antiguamente, se hervía en ollas de barro y luego se metía en un horno para que se enfriara hasta la mañana siguiente.
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