Para compensar la escasez de verduras durante los largos y duros inviernos, los rusos han tenido que convertirse en maestros de las conservas. Uno de los encurtidos más populares en la mesa rusa son los tomates marinados. Antes se almacenaban en grandes cantidades para el invierno en imponentes barriles de madera, pero luego se extendió por todo el país otro recipiente: los tarros de cristal. A pesar de que hoy en día los tomates en escabeche están disponibles en las tiendas, muchas amas de casa rusas siguen preparándolos ellas mismas en otoño, para poder agasajar a sus seres queridos hasta el verano.
Lavar los tomates y las verduras.
Preparar la salmuera añadiendo al agua la sal, el azúcar, la guindilla y el cilantro. Llevar a ebullición y apagar el fuego.
Pinchar cada tomate en la base del tallo para que se impregne de la salmuera.
Picar el ajo. Coloque las verduras, los tomates y el ajo en un tarro esterilizado y llénelo hasta arriba.
Verter la salmuera caliente en el tarro y cerrarlo.
Espera a que se enfríe y mete el tarro en la nevera. Espera 24 horas y ya puedes disfrutar de estos tomates ligeramente salados.
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