Tarta de ajedrez soviética: un jaque mate en cualquier fiesta de té (Receta)

Cocina
YULIA MULINO
Has oído bien: tarta de ajedrez, no de queso. No es de extrañar que, siendo uno de los líderes del popular y antiguo juego de mesa, Rusia también haya dado a luz al ‘pastel de ajedrez’.

En la época soviética el juego del ajedrez se hizo muy popular. El país se enorgullecía de las victorias de sus compatriotas en torneos internacionales, mientras que en casa los adultos jugaban en los parques y los niños se apuntaban con entusiasmo a los clubes de ajedrez. Durante el periodo de mayor popularidad del ajedrez, en la década de 1960, nació la deliciosa tarta de ajedrez, que se hizo muy apreciada.

Esta tarta era originalmente una barra rectangular con un espectacular corte en forma de tablero de ajedrez. Se podía comprar en panaderías y supermercados. Pero las amas de casa también intentaban hacerla ellas mismas. Con el tiempo, desapareció de las tiendas. Hoy en día, es difícil de encontrar, por eso es tan importante que la receta y las técnicas de cocción se hayan conservado de forma segura y ahora podamos hacerlo en casa.

Aunque el postre parece complicado, es bastante sencillo de hacer. La base se compone de capas de bizcocho desmenuzadas. El método clásico es glasearlas con mermelada de manzana. Pero se puede sustituir por cualquier mermelada de sabor ácido. Yo elegí mermelada de albaricoque, que es bastante suave y de sabor neutro. El pastel sale denso pero esponjoso. El dulzor de los pasteles de vainilla y chocolate se compensa con el relleno afrutado.

Existen diversas variantes de la tarta de ajedrez. A veces se unta con leche condensada hervida o cuajada y crema de vainilla. Una variante clásica se espolvorea con bizcochos desmenuzados y frutos secos. En ocasiones, se aplica al pastel un glaseado de chocolate. Algunas personas incluso hacen figuras de ajedrez de mazapán para decorarlo.

Yo he optado por una decoración otoñal de temporada con frutos secos, que he utilizado para espolvorear, y physalis de mi jardín.

Ingredientes para 12 raciones (2 tartas):

Preparación:

Todos los ingredientes deben estar a temperatura ambiente. Batir la mantequilla con el azúcar y el azúcar de vainilla durante cinco minutos. La masa debe aumentar de volumen y aligerarse.

Añadir los huevos de uno en uno. Remover bien la mezcla.

Añadir la harina con la levadura en polvo y la sal, y mezclar hasta obtener una consistencia suave.

Dividir la masa en dos partes iguales. Añadir 25 g de harina a una parte y mezclar bien. Añadir 25 g de cacao en polvo a la otra mitad.

Esto es suficiente para una bandeja de horno. Yo dividí la bandeja en dos partes con papel de hornear para poder hacer dos cortezas a la vez. Aplastar la masa y hornear durante 20 minutos en un horno precalentado a 180°C.

Dejar enfriar los pasteles.

Pincelar una tarta con mermelada y cubrirlo con el otro.

Abrirla, pincelar la parte superior de la primera mitad y cubrirla con la segunda.

Colocar una prensa encima y dejar reposar durante 4 horas para que las cuatro capas se peguen.

Cortar los 4 pasteles unidos en tiras iguales. Yo he utilizado una regla y he medido tiras de 2 cm.

Dar la vuelta a las tiras de forma escalonada, extendiendo la mermelada sobre ellas.

Pincelar los bordes con mermelada.

Desmenuza el resto de los bordes de los pasteles y empieza a espolvorear. También añadí nueces y avellanas.

Espolvorear el pastel por todos los lados, decorar con las nueces y dejar en la nevera otras 4 horas.

 Servir con té o café. ¡Que lo disfrutes!

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