A los rusos les encantan algunos productos con olor fuerte, pensemos en su adoración por la cebolla, el eneldo (más sobre el tema aquí) y el ajo.
Según antiguos escritos, el ajo ya era importante en el país eslavo en el siglo XIII. La gente lo utilizaba para protegerse del mal, mientras que los antiguos curanderos y médicos rusos a menudo lo recomendaban para el insomnio, la angina de pecho, el reumatismo y otras enfermedades, ¡incluso la malaria! Incluso durante mucho tiempo se usó como sustituto de la penicilina (hasta su invención) y se consideró eficaz contra las llagas y heridas como antiséptico.
En nuestros días, se mantiene la creencia acerca de las propiedades medicinales del ajo. Algunas familias todavía hacen que sus hijos usen pequeños collares de ajo para protegerse del resfriado. En cuanto a los platos a base de ajo, nunca han desaparecido. Dicho esto, es normal encontrarse con platos con ajo marinado en Rusia. Marinarlo con remolacha, por ejemplo, es muy popular y eso es lo que le da un tono rosado brillante. Se puede servir como entrante. Por cierto, los más pequeños también estarán encantados de probarlo, dado su curioso color.
Pelar los ajos, asegurándose de que los dientes quedan intactos y enteros.
Lavar y enjuagar el ajo, después escaldarlo durante 3 minutos, antes de ponerlo en agua helada para que se enfríe rápidamente.
Lavar las remolachas, pelarlas y cortarlas en cubos.
Poner los ajos y las remolachas en un tarro.
Hervir las especias, el azúcar y la sal durante 5 minutos, añadir el vinagre cuando esté listo.
Verter el contenido de la olla en el tarro con los ajos y las remolachas, enroscar la tapa y colocar en un lugar oscuro para enfriar. Cuando se enfríe, colocar en la nevera. El exótico color aparecerá en tres-cuatro semanas y el ajo estará listo para su consumo.
8 sencillos platos soviéticos que puedes hacer ahora mismo.
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