‘Cheburek’: aprende a cocinar el aperitivo favorito de los soviéticos

Cocina
VASILISA MALINKA
Este plato es originario de los tártaros de Crimea pero conquistó a los soviéticos. Hoy sigue siendo un clásico de la comida rápida en Rusia.

Durante la época soviética el cheburek fue muy popular, sobre todo después de 1989, cuando se emitió un decreto que permitía a los tártaros de Crimea establecerse libremente en cualquier lugar de la URSS. Ellos llevaron consigo su delicia favorita: una empanada frita rellena de carne picada sazonada o finamente picada, y frita en aceite vegetal o grasa animal (según la receta tradicional).

A medida que los chebureki ganaban popularidad, empezaron a aparecer cada vez más lugares que los vendían, con interminables colas de gente esperando su querida empanadilla. Lo que pasa con los chebureki es que, incluso en su encarnación más elegante, es barato y extremadamente sabroso. Por lo tanto, se podría decir que los lugares de donde se sirven son como espacios donde se borran los límites de la desigualdad socioeconómica.

Para algunas personas un cheburek es comida rápida, para otras se trata de una delicia gourmet. Podrías tanto ir con una cita a comer chebureki como con tus amigos cuando quedas para tomar vodka.

El único “problema” es que son incómodos de comer y a menudo existe el riesgo de que las manos, la ropa y la cara queden ahogadas en aceite. De hecho, comer bien un cheburek se considera todo un arte, porque el caldo es casi la parte más valiosa y sabrosa.

Mi padre probó su primer cheburek cuando tenía seis años. Sus padres vivieron en Argelia durante mucho tiempo, donde mi abuelo trabajaba como perforador de pozos de agua. Una vez le enviaron como regalo a mi papá una camisa blanca y una corbata azul pequeña con un diminuto emblema. Mi bisabuela le dejó ponérselas para su primer viaje al cheburéchnaia (lugar donde venden los chebureki). Pero tan pronto como mi padre empezó a comerlo, la corbata se llenó de grasa, lo que provocó el enfado de mi padre y su abuela. No hemos olvidado esta historia y la pequeña corbata sigue existiendo para recordarnos ese precioso momento de la infancia de mi padre con los chebureki.

Ingredientes:

Elaboración:

Mezcla la harina y la sal en un tazón. Añade la cucharada de aceite a la taza de agua. Luego añade la harina y la sal. Mezcla todos los ingredientes y forma una bola con la masa. Envuelve la masa en un film de plástico y deja reposar en la nevera de 30 minutos a una hora.

Corta la cebolla en dados y mezcla con la carne picada. Añade la sal, el comino en polvo y la pimienta negra molida. Mezclar muy bien...

Una vez reposada la masa, sácala de la nevera y amasa sobre una superficie enharinada hasta que esté suave y no se pegue a las palmas de las manos. Divide la masa en dos partes y extiéndela hasta que tenga 2-3 mm de grosor.

Corta grandes círculos de la masa y coloca la mezcla del relleno en una mitad. Unta los bordes de la masa con un poco de agua y dobla la otra mitad de la masa sobre el relleno. Empuja el exceso de aire hacia afuera y pega los bordes. Luego rízalos con un tenedor.

Calienta una sartén ancha con aceite a unos 180°C. Cuando el aceite esté listo, fríe las chebureki crudas durante aproximadamente 2 minutos, volteándolas hasta la mitad. Si el aceite está demasiado caliente, la masa se quemará demasiado rápido, dejando el relleno sin cocinar, así que fríe a fuego medio.

Deje que se enfríen un poco antes de consumir, si eres capaz de resistir la tentación de comerte una.

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