La mirada más dulce a la época soviética, a través de los envoltorios de dulces

Además del relleno, los dulces rusos tienen otra cosa especial, los envoltorios, que se llaman ‘fántiki’. Suelen estar inspirados en obras de arte, la literatura, la arquitectura y la historia. Si se observan con detenimiento, es posible ver muestras del espíritu de la época en la que surgieron.

En 1851 el empresario alemán, Theodore Ferdinand von Einem, fundó la fábrica de dulces más antigua de Rusia, que llevaba su propio nombre, Einem. Después de la Revolución de 1917 se nacionalizó y pasó a llamarse Octubre Rojo, una marca que causó furor entre los niños soviéticos por sus coloridos envoltorios. Quizá el nombre de Amapola roja tenga origen en el ballet homónimo presentado en el Teatro Bolshói en 1927. Fue el primer ballet soviético moderno de un tema revolucionario.

En el siglo XIX los mejores artistas, como Vasnetsov y Vrúbel, eran los encargados de confeccionar los envoltorios de los dulces. A principios de la era soviética, lo hicieron artistas de vanguardia como Kandinsky o RódchenkoCaperucita Roja es obra del artista e historiador de la iglesia, Mijaíl Gubonin.

Mishka patituerto es un claro ejemplo de cómo se utilizó el arte para realizar estos envoltorios. El nombre en ruso (Mishka kosolapi) recuerda a un gracioso verso para niños, mientras que el dibujo es una reproducción de la obra Mañana en un bosque de pinos, de los pintores Iván Shishkin y Konstantín Savitski, realizada en 1889.

Los dulces y chocolates de Octubre Rojo eran muy caros y difíciles de encontrar para un niño soviético normal. Por eso los pequeños jugaban con los envoltorios, que se llamaban fántiki, como si fueran cromos. El juego consistía en tratar de girar el papel dándole un golpe seco con la palma en forma convexa. En este dibujo de 1955 se ve un gallo basado en la versión de Alexéi Tolstói de un cuento popular.

Los envoltorios de Octubre Rojo mostraban diferentes eventos de la historia soviética. Había series dedicadas a pilotos, a los Juegos Olímpicos o a la exploración espacial. Stolíchnie significa que son los chocolates de la capital. Estaban rellenos de vodka y tenían reproducciones de las “siete hermanas de Stalin”, los rascacielos construidos en Moscú durante aquel periodo.

Tras la caída de la URSS, la fábrica Octubre Rojo se privatizó y en 2002 se unió al holding Confecciones Unidas, que agrupa gran cantidad de marcas. Las luces de Moscú, muestra otro edificio de la época estalinista en una noche llena de luces.

Zamoskvorechie es un producto de la marca Rot Front y toma su nombre de uno de los distritos más antiguos de Moscú, donde tradicionalmente vivían los comerciantes. En el envoltorio se ven algunas obras destacadas de la arquitectura.

Bélochka (Ardilla) es otra marca de la confitería Babáievski. Fabricó muchas otras marcas de praliné del mercado ruso. En Rusia es habitual llamar a los dulces con nombres de animales.

Un ejemplo clásico es Korovka (Vaquita). Se trata de un dulce de toffee creado originalmente en Polonia y posteriormente distribuido en la URSS y en otras partes del mundo.

A veces los dulces tienen un aire nostálgico, que no solo representa la belleza del folclore, sino que también persiguen una sutil estrategia comercial. Un hombre hace una reverencia a una mujer sobre  un fondo rosa. ¿Qué le estará diciendo? “¿Me das el mío?”. 

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