Cada ruso, e incluso muchos extranjeros, están familiarizados con un popular postre líquido llamado kissel. Por lo general, se elabora a partir de frutas y bayas y tiene un suave sabor agridulce.
Todo el mundo parece estar seguro de que el kissel es una antigua delicia que ya disfrutaban los rusos medievales, pero eso no es del todo cierto. De hecho, estos postres de frutas y bayas fuero novedades en eel siglo XIX, una moda culinaria importante en las casas de los nobles líderes de Rusia.
Sin embargo, sí hay una conexión con el menú medieval: el kissel era un plato antiguo similar a la gelatina, y se menciona por primera vez en el siglo X en las Crónicas Lavréntievski, uno de los más antiguos e importantes documentos históricos rusos. Y no era un postre, sino una comida sustanciosa.
Según Vladímir Giliarovski, el famoso escritor y periodista de la era zarista de Moscú, el kissel de guisantes era una comida tremendamente apreciada entre los cocheros de Moscú, y era vendido en las calles por los vendedores ambulantes. Durante la cuaresma se solía añadir a este plato mantequilla derretida, o aceite vegetal.
Los guisantes han crecido mucho en Rusia, pero fueron traídos aquí de la región mediterránea. Incluso llegaron a la lengua rusa con un proverbio que la gente usaba cuando quería enfatizar que algo era hace muy viejo: "Eso fue en los días del Zar Goroj" ("Zar Guisante").
Los guisantes se mencionan incluso en "La Pravda Yaroslava", una famosa colección del siglo X-XI de antiguas leyes rusas, junto con otras plantas comunes como el trigo, el centeno, la avena y el mijo.
El almidón es un ingrediente esencial para hacer el kissel correctamente, y que se puede encontrar en cereales y legumbres. Los guisantes contienen de un 30 por ciento a un 60 por ciento de almidón, dependiendo del tipo. Además, era barato y sabroso, así que el kissel de guisante pronto se hizo popular.
En el pasado, el kissel del guisante se preparaba de una manera bastante simple: los guisantes eran cubiertos con agua y dejados en una estufa tradicional por un día o dos. El agua caliente lavaba el almidón hacia fuera, después la mezcla se pasaba por el tamiz y era hervida abajo la estufa hasta espesarse. Hoy en día, el proceso es mucho más fácil y más rápido.
Este plato recuerda a la papilla de guisantes, sólo que su cuerpo es más homogéneo y suave.
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