“Leche de luna”, los antibióticos naturales de las cuevas siberianas

Científicos hallan sustancias desconocidas hasta ahora

Científicos hallan sustancias desconocidas hasta ahora

Alamy/Legion Media
Científicos siberianos encuentran nuevas sustancias capaces de luchar contra bacterias que resisten los medicamentos actuales.

Un grupo de biólogos ha encontrado en la cueva Bolshaia Oreshnaia (a 130 km de la ciudad siberiana de Krasnoyarsk) una sustancia hasta ahora desconocida. Todavía no está claro qué es esta lívida sustancia que parece cuajada: si es el resultado de la actividad vital de microorganismos o una forma especial de piedra caliza.

Los científicos denominaron su hallazgo “leche de Luna”. Tiene propiedades peculiares, similares a las de la plastilina, pero lo más importante es que contiene un grupo de bacterias que producen antibióticos. 100 de los 120 compuestos eran hasta ahora desconocidos a la ciencia.

El hallazgo lo realizaron científicos del Instituto de Investigación de Biología de la Universidad Estatal de Irkutsk.

Todo empezó con los crustáceos

Los científicos siberianos buscan antibióticos naturales desde 2013. “Empezamos con los crustáceos de las aguas profundas del lago Baikal,  ya que consideramos que las bacterias fomentan la sostenibilidad en la lucha contra parásitos y microorganismos patógenos”, afirma Denís Aksiónov-Gribánov, del Instituto de Investigación de Biología.

“Luego empezamos a estudiar distintos hábitats extremos donde hay bacterias: remotas partes de cuevas, especies de invertebrados subterráneos y otros organismos que llevan millones de años evolucionando en condiciones de aislamiento total o parcial, que no se enfrentan al medio ambiente cambiado por el ser humano.”

En la cueva Bolsháia Oreshnaia, de 58 kilómetros de longitud, los científicos se interesaron por lo que crecía en las paredes. Buscaron bacterias en esas sustancias e identificaron varias cepas activas. “¡No nos falló la intuición! — dice Aksiónov-Gribánov. — Luego seleccionamos especímenes de 'leche de Luna' en otras cuevas. Ahora tenemos cinco cepas de distintas cuevas y cada colección es única.”

Cuevas: territorios sin explorar

¿Por qué las cuevas en Siberia son ricas en prometedoras bacterias? “Son territorios inexplorados del planeta — explica el profesor Maxim Timoféiev, director del Instituto de Biología. — Podemos compararlas con enormes 'latas de conserva' que recopilaron información a lo largo de millones de años sobre procesos geológicos que ocurren en la Tierra, lo que incluye el clima, animales ya extinguidos y plantas”.

Por ejemplo, las cuevas de la estepa de Tazherán aparecieron hace unos 25-30 millones de años, cuando el lago Baikal empezaba a formarse.

Timoféiev explica que las cuevas son el medio donde viven organismos únicos que se adaptan a unas condiciones de total aislamiento del mundo exterior; sin luz y a menudo a bajas temperaturas. En las cuevas de Siberia la temperatura es de unos 2-4ºC.

“Cada año resulta más difícil encontrar lugares en los que no haya habido intervención humana. En este sentido, las cuevas siguen siendo enormes lugares de investigación subterránea, pero la información contenida solo estará 'disponible' para los especialistas. Para llegar allí es necesario un equipo y una preparación especiales. Para los turistas es un lugar demasiado peligroso”, afirma Timoféiev.

De las bacterias a los medicamentos

Según los científicos, los compuestos extraídos de la “leche de Luna” son activos contra las bacterias y los hongos, que causan la candidiasis, un tipo de infección en la piel u otras membranas del cuerpo.

“También inhiben la actividad del e.coli, que resiste a antibióticos como la kanamicina y la ampicilina — explica Aksiónov-Gribánov. — Al mismo tiempo, el nuevo compuesto no suprime el crecimiento de hongos benéficos, lo que aumenta las posibilidades de éxito en los ensayos preclínicos y clínicos, porque el compuesto que suprime el crecimiento de 'todo' también será tóxico para el ser humano.”

Aunque los científicos creen que todavía faltan unos diez-doce años para que puede patentarse como un medicamento. Un tiempo que suele ser normal en este tipo de procesos.

“Hay una regulación muy estricta en la creación de productos farmacéuticos. Además, los ensayos de nuevos medicamentos cuestan más de un millón de dólares”, afirma Timoféiev.

Texto basado en  un artículo publicado originalmente en Ogoniok.

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