El líder del ultranacionalista Partido Liberal Democrático de Rusia (LDPR), Vladímir Zhirinovski celebra la victoria de Donald Trump.
APLas elecciones estadounidenses han despertado entre los rusos tanto interés como Juegos Olímpicos de invierno en Sochi. Ni la operación militar en Siria, de la que se habla en la televisión nacional de forma ininterrumpida desde hace más de un año, ni laselecciones a la Duma del pasado septiembre, donde menos de la mitad del censo electoral ejerció su derecho al voto y la participación en Moscú fue la más baja desde principios de siglo.
Entonces, para los ciudadanos de Rusia, ¿son más importantes las elecciones en EE UU que las instituciones políticas de su propio país?
En agosto la campaña electoral en EE UU no interesaba a la mayoría de los rusos. No obstante, la descerebrada retórica de Donald Trump o los escándalos que rodearon a Hillary Clinton ayudaron a cambiar el curso de los acontecimientos, así como la realidad mostrada por televisión.
“Durante los últimos dos-tres años toda la propaganda de Rusia ha girado en torno a la política exterior. Los debates políticos y los telediarios siempre se han dedicado a los acontecimientos en Ucrania, en Siria y, por supuesto, en EE UU, el país que mueve los hilos y dirige al resto de países”, señala Leonid Byzov, investigador del Instituto de Sociología de la Academia Rusa de Ciencias. Todo esto tiene como objetivo, fundamentalmente, distraer la atención de los ciudadanos de la desfavorable situación económica, y en parte porque la ilusión de un “enemigo exterior” es un potente factor movilizador, opina el sociólogo.
Además, cambiar los ánimos de los rusos no es una tarea demasiado difícil, ni siquiera en pocos días. John F. Kennedy, que vivía en un país tan odiado como EE UU, de pronto se convirtió en el favorito de los ciudadanos de la URSS e incluso llegó a superar al presidente soviético, Nikita Jruschov, recuerda Byzov: “Su muerte fue una desgracia nacional. Casos como este, en el que el amor y el odio coexisten, se producen muy a menudo”.
Por ahora se desconoce cuánto durará el amor actual por Trump. No se descarta que muy pronto Donald Trump empiece a interesar a Rusia en un sentido diametralmente opuesto, como el “fin del experimento estadounidense”, opina Byzov.
Esta realidad televisiva convierte fácilmente la indiferencia en una profunda preocupación, y viceversa, señala el periodista de la emisora de radio Eco de Moscú Antón Orej. Lo mismo sucedió con Siria, cuando hace ya un año y medio el ciudadano medio de Rusia ignoraba por completo dónde se encuentra este país ni lo que sucede en él. “Ahora, sin embargo, todos hemos oído hablar de Alepo y nos tomamos los acontecimientos en Oriente Próximo como si fueran nuestros propios problemas. Del mismo modo, en algún momento cada día, en todos los canales y en todos los telediarios comenzaron a hablarnos sobre Trump y Hillary”, comenta el periodista.
Como resultado, un mes antes de las elecciones los rusos ya tenían a su favorito indiscutible: Trump gustaba a un 44 % de los rusos y Hillary solamente a un 7 %. ¿Estaban todos ellos al corriente de sus programas electorales? “No, simplemente de un día para otro comienzan a hablarnos de que ella es mala. Y Trump, después de todo, es un hombre”, opina Orej, en alusión al techo de cristal y al machismo.
La apuesta de Rusia por el multimillonario republicano se convirtió realmente en un axioma en el imaginario colectivo: “La victoria de Trump es la victoria de Rusia. Un intrépido Trump que se rebeló solo contra las élites estadounidenses: el establishment, los banqueros y los medios de comunicación, es decir, todos los organismos que en las noticias suelen hacer la vida imposible a Rusia.
Y si Trump por ahora se ha contenido en sus declaraciones sobre Rusia, aquí nadie le ha ocultado su simpatía. Cuando Trump ganó en las elecciones, la redactora jefa del canal de televisión Russia Today y de la agencia Russia Segodnia, Margarita Simonián, declaró que se trata de una señal de progreso en el mundo, y los diputados de la Duma Estatal comenzaron su asamblea con un sonoro aplauso por la elección del pueblo estadounidense.
Ningún país logrará atraer la atención de tantos rusos hacia sus elecciones. La razón es que para muchos ciudadanos rusos, EE UU es un país del que depende el resto del mundo, señala Byzov, y ni Gran Bretaña, ni Francia lograrán asumir ese papel. El futuro del actual presidente de Francia es extremadamente incierto, ya se sabe que las próximas elecciones las ganará el candidato de la oposición y entonces la propaganda rusa presentará al público al nuevo “mejor amigo de Rusia”, asegura Byzov.
TEST: Vladímir Zhirinovski, ¿el Donald Trump ruso?
Mucho antes de que Donald Trump comenzase a hacer declaraciones polémicas que saltan hasta los titulares estaba Vladímir Zhirinovski, un tiburón político ruso que fundó el LDPR, partido liberal demócrata que en realidad mantiene una postura nacionalista, y actual miembro de la Duma Estatal.
¿Quién de los dos es políticamente incorrecto? Haga este test para comprobar si es capaz de distinguir las declaraciones de uno y otro.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: