Expertos consideran que es posible que así sea.
ReutersEn el dosier sobre Trump preparado supuestamente por un antiguo agente de los servicios de inteligencia británicos, y adjunto al reciente informe de los servicios especiales estadounidenses para el presidente Obama, se indica que el gobierno ruso prestó ayuda a Trump durante unos años.
En el documento también se afirma que los servicios de inteligencia rusos tienen en su poder información comprometedora sobre el presidente electo, obtenida en 2013. Se trata de “actos sexuales” con prostitutas en una habitación de un hotel de lujo de Moscú en el que el Servicio Federal de Seguridad (FSB) instaló micrófonos y cámaras de vigilancia.
A pesar de la multitud de comunicados asegurando que el informe es una farsa, su contenido se debate ampliamente en los medios de comunicación.
Los expertos rusos entrevistados por RBTH aseguran que, independientemente de que los servicios especiales rusos tengan cualquier tipo de información sobre Trump, la publicación del dosier es un paso político de la administración del presidente Obama antes de abandonar la Casa Blanca. Este paso está dirigido a sembrar dudas en el nuevo líder de EE UU sobre las intenciones de Moscú, declara a RBTH Alexander Mijáilov, antiguo agente del Servicio Federal Antidrogas y del Servicio Federal de Seguridad.
Los expertos subrayan que la propia aparición de la información sobre la existencia del dosier es absurda, porque los servicios de inteligencia conservan este tipo de información en el más estricto secreto. “Esta información sirve para relaciones de confianza, si existe se utiliza solo en los casos en los que sea necesario, y anunciar que se encuentra en nuestro poder es absurdo”, explica Mijáilov.
Al mismo tiempo no descarta que los servicios de inteligencia de Rusia puedan tener algún material sobre Trump, pero la cuestión sobre si se trata de información comprometedora o no sigue en el aire. La recopilación de información comprometida no es un fin en sí mismo para los servicios de inteligencia en su trabajo rutinario, sino solamente una parte. Esta información puede utilizarse durante el llamado “alumbrado” de una persona de interés para el gobierno del país. Los servicios de inteligencia rusos llaman “alumbrado” a la recopilación de información sobre personas con las que el gobierno ruso colabora de un modo u otro. Se recopila información sobre el temperamento de una persona, sus simpatías y antipatías, sus lados fuertes y débiles, etc.
La información se obtiene tanto a partir de fuentes abiertas como mediante los métodos de espionaje típicos de los servicios de inteligencia. Se suele recurrir a las escuchas de conversaciones telefónicas, aunque este método no es universal. En primer lugar, una persona que pueda resultar de interés para los servicios secretos podría no utilizar teléfono móvil y, de usarlo, es poco probable que discuta sus asuntos más importantes por teléfono. No hay que olvidar que en el caso de personas del nivel de Trump este tipo de canales de comunicación suelen ser cerrados y no son tan fáciles de sabotear, como suele mostrarse en el cine y en la televisión.
No es ningún secreto el hecho de que los servicios secretos cuentan también con la ayuda de hackers para obtener información importante. Todos los países influyentes del mundo desarrollan este ámbito de trabajo de sus servicios de inteligencia.
Los servicios especiales tampoco rechazan el uso de las llamadas “trampas de miel”, que consisten en seducir a la persona en cuestión para que colabore.
Según recuerda en una entrevista para RBTH el exagente de los servicios especiales soviéticos e historiador de los servicios de inteligencia Valeri Malevani, en su momento la URSS, la RDA y EE UU tenían unidades especiales que preparaban a agentes mujeres para resolver este tipo de tareas.
En ocasiones obtenían resultados excelentes, como ocurrió en el caso de Margarita Vorontsova-Koniónkova, que logró conseguir para la URSS secretos del proyecto nuclear de EE UU. Sin embargo, Malevani no cree que estos métodos se utilizaran con Trump cuando este visitó Moscú en 2013. Según el experto, Trump cuenta con un servicio de protección muy eficaz que examina cuidadosamente a quienes se acercan al empresario y que sigue de cerca a los sujetos sospechosos.
Al mismo tiempo, señala que ningún servicio de protección puede garantizar que nada será grabado. “Es prácticamente imposible preverlo todo y algunas grabaciones de conversaciones […] podrían haber caído en manos de los agentes de los servicios de inteligencia rusos”, opina.
Según Mijáilov, los eventos mencionados en el dosier pudieron tener lugar perfectamente. Todo ello sucedió antes de la campaña electoral y Trump es una de esas personas increíblemente ricas que no consideran que tengan que rendir cuentas ante nadie y que, por tanto, se salen de todas las convenciones sociales en su comportamiento.
Anteriormente, cuando se publicó el informe de la CIA, el FBI y la NSA sobre la supesta vinculación de Rusia en los ciberataques, el Kremlin declaró que estaba “realmente cansado” y negó cualquier vinculación.
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