Un tanque japonés 97 Chi-Ha derribado en la batalla de Shumshu, durante la invasión soviética de Shumshu en las islas Kuriles.
Phil DeFer (Flickr.com)En vísperas de la visita de Vladímir Putin a Japón, los medios de comunicación japoneses han informado que Tokio descartaría el despliegue de bases militares estadounidenses en las islas Kuriles del Sur si estas se transfieren a Japón.
Citando a fuentes anónimas, el Asahi Shimbun revelaba el 14 de diciembre que el secretario general del Consejo de Seguridad Nacional de Japón ha informado a Rusia de este posible escenario durante sus negociaciones con el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev.
El despliegue de bases militares de EE UU en las islas Kuriles del Sur supondría una amenaza real a las posibilidades de defensa de Rusia, según los expertos militares rusos. Incluso en el caso de que Rusia obtuviera garantías de Tokio para excluir esta posibilidad, la pérdida de algunas de las islas Kuriles atenta contra los intereses principales de Rusia, añaden los expertos.
La postura oficial de Moscú es que Rusia no cederá ningún territorio a Japón. El presidente Vladímir Putin ha declarado esta opinión en repetidas ocasiones.
Gracias a su ubicación única, las islas Kuriles ofrecen a Rusia la posibilidad de controlar por completo el tráfico marítimo hacia el océano Pacífico desde el mar de Ojotsk, comenta a RBTH Iván Konoválov, director del departamento de política y economía militares del Centro de Estudios Estratégicos.
Dado que Rusia tiene submarinos nucleares estratégicos en Kamchatka, la transferencia de algunas islas del archipiélago no afectaría al acceso de la Armada rusa hacia el océano Pacífico, declara Dmitri Safónov, observador del periódico Izvestia.
Sin embargo, la potencial transferencia de las islas podría dar lugar a ciertos problemas para los buques militares con base en Vladivostok. “En el peor de los casos, Japón podría prohibir el paso a los buques de guerra a través de estos estrechos” — comenta a RBTH Maxim Starchak, investigador del Centro de Política Internacional y de Defensa de la Universidad de Queens, Ontario, Canadá. “Por supuesto, la situación no sería crítica. Existen otros puertos. Pero todo ello requeriría cambios importantes en la navegación y una mayor inversión en infraestructura. Evidentemente, el sector militar ruso quiere evitar esto”.
Según Starchak, si las islas se entregan a Japón, el Ministerio de Defensa de Rusia deberá hacer frente a nuevas responsabilidades relacionadas con las normas de paso de buques por los estrechos.
“El cierre de los estrechos no aislaría a Rusia del océano por completo, pero el cambio de leyes sería demasiado complejo y costoso desde el punto de vista económico” — añade Starchak.
Uno de los problemas principales que podría conllevar la posible transferencia de las islas sería la extrema proximidad de las infraestructuras militares rusa y japonesa.
“La distancia entre las islas se calcula en pocos kilómetros. Por lo tanto, si se transfieren las islas y Japón instala su infraestructura militar en ellas, el alcance entre ambos países será muy corto” — declara Starchak.
Rusia no empezó a desarrollar su infraestructura militar en las islas Kuriles hasta la década del año 2000. Ahora dispone de un contingente militar de varios millares de personas en las islas.
En noviembre de 2016 Rusia desplegó sistemas de misiles costeros Bastión y Ball en las islas de Kunashir e Iturup. Los expertos interpretaron este gesto como la reafirmación de la intención de Moscú de no devolver las islas a Japón.
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