Rusia y China coordinan sus intereses estratégicos en 2015

AP
El alineamiento de la Unión Económica Euroasiática y la Ruta de la Seda, los esfuerzos conjuntos para establecer el Nuevo Banco de Desarrollo y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura y otros resultados de las relaciones entre Rusia-China en 2015.

Vladímir Putin y Xi Jinging se han reunido cinco veces en 2015, un año en el que ambos países han celebrado el 70º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial con grandes desfiles. Aunque el año se ha caracterizado por un descenso en el comercio bilateral, los dos países han logrado alinear sus intereses geopolíticos y estratégicos.

En mayo, los líderes de ambos estados mantuvieron conversaciones sobre el alineamiento del cinturón económico chino de la Ruta de la Seda con la Unión Económica Euroasiática. Aunque esto supuso una sorpresa para los observadores políticos, que dijeron que los dos proyectos eran incompatibles, los analistas rusos afirmaron que hay un amplio campo de actuación para integrarlos.

La Unión Económica Euroasiática

se puso en marcha el 1 de enero de 2015. Fundada por Rusia, Bielorrusia, Kazajistán incorporó a Armenia y Kirguistán posteriormente. Se trata de un acuerdo que busca la integración económica y para ello los mandatarios de estos países se comprometen a garantizar la libre circulación de mercancías, servicios, capitales y mano de obra en el espacio común.

El ambicioso proyecto de la Nueva Ruta de la Seda tiene tres grande ejes: unir India, Bangladesh, Mianmar y China; la parte occidental de China con la zona portuaria de Pakistán y la parte oriental del país asiático con otros países a través de rutas por mar. Los objetivos son estimular el desarrollo económico regional, crear infraestructuras para el transporte energético y potenciar la coordinación entre los países para luchar contra el extremismo religioso y el terrorismo.

“El desarrollo efectivo de las estructuras de la Unión Económica Euroasiática pasa por cooperar con el proyecto de la Ruta de la Seda, no por competir con él”, declaró a RBTH Dmitri Bedenkov, director del Departamento de Análisis de Russ-Invest.

Bancos que proporcionan alternativas

Un gran éxito de estos países fue la fundación en 2015 de dos bancos multilaterales: el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS (NDB) y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (AIIB).

El Nuevo Banco de Desarrollo busca “movilizar recursos para infraestructuras y proyectos de desarrollo sostenible en los BRICS y otras economías emergentes y países en desarrollo”, afirmaron los países en una declaración conjunta realizada en Brasil en julio del año pasado. La sede central está en Shanghái y tiene como objetivo reducir la dependencia de sus miembros del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.

El Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras es una iniciativa china donde los principales accionistas son el propio país asiático, India y Rusia. Cuenta con 41 miembros, entre los que están Alemania, Brasil o España y quedan fuera EE UU y Japón. Se considera una alternativa regional a los acuerdos de Bretton Woods, que aún rigen en Occidente. “Esperamos que el banco se convierta en un instrumento efectivo para el fortalecimiento de los vínculos transcontinentales y que contribuya a la integración euroasiática”, afirmó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso en una declaración previa al lanzamiento del banco a principios de año.

Cooperación dentro del G20

Rusia y China acordaron impulsar la cooperación en el marco del G-20 y ayudar a reformar el orden económico mundial. China asumió la presidencia del grupo de manos de Turquía y acogerá la cumbre de 2016.

“Estamos dispuestos a fortalecer la comunicación y la cooperación con Rusia durante la celebración en China de la cumbre del G-20”, dijo Xi jinping a Putin en una reunión suplementaria a la cumbre de de este año en Turquía.

Xi añadió que el objetivo de China es construir una economía mundial “más innovadora, más fuerte e inclusiva”, junto con los demás miembros del G-20. Durante la reunión en Turquía, Putin y Xi también discutieron los progresos en la integración del cinturón económico de la Ruta de la Seda y la Unión Económica Euroasiática.

“El hecho de que Pekín presida el G-20 es una gran oportunidad para China y Rusia de impulsar los programas para conceder a los países en desarrollo más poder de decisión en el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, aunque puedan desarrollar también instituciones alternativas”, explicó a RBTH Doris Tung, analista estratégica con base en Hong Kong.

Gran alianza euroasiática

Rusia ha sido este año la anfitriona de las cumbres de los BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO). Uno de los principales resultados de la reunión de la SCO fue la adopción de medidas para la aceptación formal de India y Pakistán como miembros de pleno derecho del grupo.

“La adhesión de India y Pakistán a la SCO ha sido un gran logro de la política exterior multilateral de China y Rusia”, valoró Tung. “Es el primer paso hacia una gran alianza euroasiática que suponga un contrapeso efectivo a los EE UU y sus aliados”, añadió.

Los diplomáticos indios y los analistas estratégicos se muestran más cautos sobre el rol de la SCO. “La idea de la SCO como una gran alianza euroasiática para la seguridad solo funcionará cuando se establezca algún mecanismo para una paz permanente entre India y Pakistán”, declaró un alto funcionario diplomático a RBTH, con la condición de mantener el anonimato.

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