China propone una nueva “ruta de la seda” que incluye a Rusia

Fuente: AP

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Recientemente, el Gobierno chino ha invitado a India a participar en su iniciativa para unir la antigua red de vías en la enorme región de Eurasia con un nuevo conjunto de rutas. También Rusia ha sido invitada a ser parte del proyecto, que el aparato estatal chino está esforzándose en llevar a cabo.

Hace algunas semanas, un grupo de periodistas entre los que se incluían varios rusos, empezó a explorar la Ruta de la Seda en la provincia de Gansu, al noroeste de China, uno de los centros del comercio en la Antigüedad. India aún no ha decidido si se unirá o no a la iniciativa china. Por una parte, existe cierto optimismo, ya que el proyecto podría potenciar el desarrollo económico de la región; por otra, se percibe como una amenaza a los intereses de los países participantes más débiles.

El proyecto tiene tres partes: unir India, Bangladesh, Mianmar y China; unir la parte occidental de China con la zona portuaria de Pakistán a través de la cadena montañosa de Karakoram, con posibles extensiones más al oeste; unir la parte oriental de China con otros países a través de rutas por mar.

Estas vías estarán conectadas a la antigua red de transporte conocida como “ruta de la seda”. Los beneficios se apreciarán en tres sectores: estimulará el desarrollo económico regional; ayudará al desarrollo de infraestructuras para el transporte energético; potenciará la coordinación entre los países participantes para luchar contra el extremismo religioso y el terrorismo. Otros beneficios incluyen la promoción del turismo y la protección medioambiental.

Una vez que esta iniciativa concrete más su forma, posibilitará que India tenga acceso a Rusia a través de Asia Central. También ayudará a que la idea de un pasillo norte-sur desde Rusia hasta India avance en la buena dirección.

Esta ambiciosa iniciativa china parece positiva, ya que planea conectar todos los países de la región euroasiática, incluyendo áreas de difícil acceso. La invitación de China a India para que se una al proyecto debe ser sopesada cuidadosamente por los líderes indios, pero no necesariamente con un espíritu negativo. Esta propuesta de China puede considerarse conjuntamente con el anterior ofrecimiento a India de desempeñar un papel más importante en entes como el APEC (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico) o la Organización de Cooperación de Shanghái.

La preocupación de India por un hipotético cerco de China no es por completo carente de sentido. China mantiene una estrecha amistad con el rival de India, Pakistán, y es uno de sus principales proveedores de armas. Pakistán también participará en el proyecto. El análisis estratégico en India estima que China está desarrollando un plan para rodear India.

Con la adhesión de Rusia al proyecto, la iniciativa será mucho más inclusiva. Tanto India como China mantienen relaciones cordiales con Rusia. Wang Gengnian, el director general de la radio estatal Radio China Internacional, en declaraciones emitidas en ocasión de la exploración de la Ruta de la Seda por parte de los periodistas internacionales, expresó su esperanza de que “este viaje ayude a fortalecer las relaciones entre la provincia de Gansu y las regiones rusas”.

La inclusión de Rusia en la iniciativa moderará las reticencias de India sobre las intenciones chinas. Su participación en el proyecto posibilitará que reciba financiación de agencias como el recientemente fundado Nuevo Banco del Desarrollo BRICS. La desconfianza hacia la política china no existe solo en India, sino también en otros lugares, como Asia Central; Rusia podría intervenir en el nuevo plan para actuar como moderador de las políticas de China en la región.

La crisis ucraniana ha hecho que las conexiones de Rusia con Europa se debiliten. El Gobierno ruso podría estar interesado en revitalizar los vínculos al sur, con Asia Central y el Cáucaso, hasta India y China.

En este sentido, la antigua red de carreteras, algunas de las cuales pertenecen a la ruta de la seda, podría ser útil. La unión de las antiguas rutas con las nuevas, con la colaboración de India y Rusia, podría beneficiar a ambos países. La iniciativa también unirá los países de Asia Central, convirtiéndolos en lugar de paso entre norte, sur y este y facilitando así su desarrollo. Ya existen redes de transporte, como el oleoducto Siberia Este-Océano Pacífico, que atraviesa Asia Central, pero la unión de las vías existentes con una nueva red en el espacio exsoviético abrirá nuevas perspectivas de desarrollo económico e integración regional. India y China, por una parte, y China, Rusia y Asia Central por otra comparten miles de kilómetros de frontera y esta proximidad geográfica puede ser cultivada para el beneficio conjunto.

Esta amplia red viaria en la gran región euroasiática que promueve el nuevo plan podría también incrementar la coordinación entre las organizaciones regionales. La Unión Económica Euroasiática, liderada por Rusia, se puede beneficiar también de esta iniciativa económica al trabajar conjuntamente con otras entidades como la Organización para la Cooperación Económica, la ASARC (Asociación Sudasiática para la Cooperación Regional), ANSA (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) o la BIMSTEC (Iniciativa de la Bahía de Bengala para la Cooperación Multisectorial Técnica y Económica). Estas organizaciones se pueden unir para promover los intereses regionales y nacionales en el marco de la cooperación y el beneficio mutuos.

El mes pasado, durante la cumbre de ministros de Asuntos Exteriores en la Organización de Cooperación de Shanghái, el representante ruso, Serguéi Lavrov, y el chino, Wang Yi, se reunieron separadamente y enfatizaron la importancia de mantener una comunicación estratégica y coordinación en áreas de interés conjunto, incluyendo el comercio y la energía. La iniciativa china de conectar las antiguas y las nuevas redes de rutas, desde esta perspectiva, puede preconizar sustanciosos beneficios económicos para la gran región euroasiática.

Sin embargo, debe reinar la cautela contra el posible dominio de una única potencia en la implementación de una nueva idea. Para que la iniciativa sea un juego justo, China tiene que ser clara sobre sus objetivos y expectativas y comunicarlos a otros participantes, incluyendo India y Rusia. Se debe definir claramente el papel de cada país; sería demasiado pedir que China e India resuelvan sus diferencias bilaterales por el éxito del proyecto, pero por lo menos podrían asegurarse mutuamente de que no habrá escaladas de tensión para no perjudicar los respectivos intereses. Rusia puede trabajar también para afianzar la amistad entre los dos rivales, para que la iniciativa sea un éxito.

Dr. Debidatta Aurobinda Mahapatra es un analista indio. Está especializado en ámbitos como conflictos, terrorismo, paz y desarrollo, el sur de Asia y aspectos estratégicos de la política euroasiática.

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