El conflicto de Donbás al borde de recrudecerse

Ria Novosti/Vera Kostamo
Con el telón de fondo del incremento de las hostilidades en el este de Ucrania y las conversaciones de paz encalladas, las partes enfrentadas han empezado a alertar de la amenaza del fracaso del proceso de Minsk. Los expertos rusos consideran que es pronto para enterrar el proceso de negociaciones pero al mismo tiempo admiten que la situación actual en Donbás es complicada.

Llegan noticias del este de Ucrania sobre el incremento de la tensión y sobre nuevos brotes de hostilidades. Las partes del conflicto se acusan mutuamente de violar el régimen de alto el fuego y de disparar contra localidades. La noche del 9 al 10 de agosto estallaron combates en la línea de delimitación en la zona del pueblo Starognatovka.

El líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Alexander Zajárchenko, ya había declarado el 7 de agosto que “hay una serie de indicios indirectos que dan a entender que es posible una nueva espiral de hostilidades”. Los representantes de la República Popular de Donetsk y de la República Popular de Lugansk dicen que los acuerdos de Minsk no se cumplen e instan a celebrar una nueva cumbre de jefes de estado del llamado Cuarteto de Normandía.

Las autoridades ucranianas, por su parte, acusan a los rebeldes y a Moscú de intentar frustrar el proceso negociador, mientras que el Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia insta a Kíev al diálogo directo con Lugansk y Donetsk.

Las negociaciones continúan

Sin embargo, los expertos rusos consideran que todavía es pronto para poner cruz y raya a los acuerdos de paz y que el proceso negociador continúa. “Los acuerdos de Minsk están totalmente vivos. Cuando dicen que no se cumplen o que en general son imposibles de cumplir se olvida lo más importante, que es que en primer lugar se trata de un acuerdo de alto el fuego. A pesar de que se abre fuego desde las dos partes, (...) desde enero no hay grandes operaciones militares ni víctimas. Mientras no las haya esto significa que los acuerdos de Minsk funcionan”, explicó a RBTH el presidente del fondo Centro de tecnologías políticas. Borís Makárenko.

¿Quién es el culpable del incremento de la tensión?

Las opiniones de los analistas divergen sobre cuál es la causa del estancamiento del proceso de paz. Makárenko considera que la falta de confianza entre los principales participantes en el proceso de Minsk obstaculiza las conversaciones de paz. De todas formas, este experto destaca que “cada una de las partes de los acuerdos de Minsk tiene algún reproche justo que hacer  a las otras partes”.

Sin embargo, no todos los observadores de Rusia son partidarios de dividir la responsabilidad por el no cumplimiento de los Acuerdos de Minsk en partes iguales entre las partes implicadas. Muchos consideran que la principal culpa recae sobre las autoridades de Kiev. El politólogo Serguéi Mijéyev cree que es precisamente Kiev quien bloquea  la realización de los acuerdos en su parte política. “Si se cumplen los acuerdos de Minsk plenamente, hay que integrar realmente Donbás, pero no en las condiciones de los radicales, si no en las condiciones de un compromiso serio y de la reforma constitucional”, declaró el experto, destacando que las autoridades ucranianas actuales no son capaces de hacerlo.

Según Andréi Súzdaltsev, vicedecano de la facultad de economía y política mundial Escuela Superior de Economía, Kiev imita el cumplimiento de los acuerdos de Minsk en su parte política con el fin de que haya algo que puedan mostrar a Occidente. “Al modo de ver de Kiev el proceso de Minsk representa la capitulación del sur este (de Ucrania). Inicialmente se plantea la cuestión sobre el cumplimiento del último punto del acuerdo, la retirada de las tropas ucranianas a la frontera ucraniano-rusa con el objetivo de cortar la conexión entre las regiones rebeldes y Rusia”, destaca este analista refiriéndose a que Ucrania no tiene intención de cumplir el resto de puntos de los acuerdos.

Acuerdos de Minsk

Los acuerdos de Minsk, firmados con la intermediación de Rusia, Alemania y Francia (el formato de Normandía menos Ucrania) en la capital bielorrusa el 11-12 de febrero de 2015, establecen el cese del fuego en el este de Ucrania y el cumplimiento de toda una serie de condiciones que tienen que desembocar en una regulación política del conflicto. En el documento se habla también de la necesidad de reforzar por medio de la legislación el estatus especial de una serie de regiones del este de Ucrania, la aplicación por parte de las autoridades ucranianas de la amnistía, la organización de elecciones en las zonas no controladas por Kiev, la realización de la reforma constitucional con el objetivo de llevar a cabo la descentralización del poder y el traspaso del control de la frontera entre Donbás y la Federación de Rusia a las autoridades ucranianas.

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