Las dificultades para alcanzar un acuerdo de paz en Ucrania

Rusia espera que se puedan mandar tropas de paz y que se reconozcan los últimos avances de los separatistas . Fuente: Reuters

Rusia espera que se puedan mandar tropas de paz y que se reconozcan los últimos avances de los separatistas . Fuente: Reuters

El 11 de febrero se celebrara en Minsk un encuentro de los llamados “cuatro de Normandía”: los líderes de Rusia, Alemania, Francia y Ucrania. Tras este encuentro podría acordarse una nueva versión del plan de regulación del conflicto en Donbass, pero para ello las partes deberán resolver en primer lugar una serie de disputas.

“La prolongada preparación para las negociaciones del día de ayer demuestra que ya se ha alcanzado un acuerdo para los principios básicos y que ahora se están negociando los detalles”, comenta a RBTH el profesor del departamento de Teoría Política del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú, Kirill Koktysh. No obstante, todavía quedan bastantes problemas y ambigüedades: quedan por resolver cuestiones de especial importancia.

El primer problema está relacionado con el deseo de los sublevados de conseguir que se reconozca la nueva realidad tras la última operación militar. “Moscú intentará consolidar las recientes victorias militares de los sublevados y acordar un nuevo acuerdo, en el mejor de los casos, la transferencia de todo el territorio de las regiones de Donetsk y Lugansk a manos de los sublevados”, aclara a RBTH el director adjunto del Centro de Investigación Integral e Internacional de la Escuela Superior de Economía, Dmitri Súslov. Según el experto, es poco probable que se consiga el máximo objetivo, pero el nuevo acuerdo seguramente podría llegar, pese a la postura de Kiev.

En este contexto, la postura de Rusia en las negociaciones se ha reforzado considerablemente después de que la agrupación de las tropas ucranianas en el distrito Debáltsevo resultara rodeada por los separatistas. Si el proceso de negociaciones se interrumpe, las tropas cercadas podrían ser exterminadas.

El nuevo acuerdo podría volverse permanente si las partes acuerdan la entrada de pacificadores en esta zona. Según Dmitri Súslov, Moscú intervendrá a favor de que el contingente de paz propuesto por París y Berlín se forme bajo la égida de la ONU o de la OSCE y que no incluya a representantes de los países de la OTAN. 

La descentralización es inevitable

Un segundo conjunto de problemas es la cuestión de la federalización (en Ucrania y en los países de Occidente prefieren llamar a este proceso “descentralización”). “Rusia insistirá en que Kiev ha asumido la responsabilidad de llevar a cabo una reforma política y de garantizar no sólo la autonomía de las regiones orientales de Ucrania, sino también la posibilidad de que estas participen en el gobierno del país”, opina Dmitri Súslov.

Sin embargo, aunque Poroshenko se muestra de acuerdo, conseguir la federalización no será tarea fácil. “Es necesario un referéndum, y hasta ahora parece claro que la mayor parte de la población, en las condiciones actuales, rechazará la idea. Esto, por su parte, podría suponer una nueva ola de acciones militares”, comenta Kirill Koktysh.

Otro factor de gran importancia es que Washington se ha mostrado contrario a la descentralización, ya que, según Dmitri Súslov, los estadounidenses están interesados en mantener la influencia occidental sobre todo el territorio de Ucrania.

Poroshenko por ahora no necesita la paz

Según Kirill Koktysh, otro problema es que a día de hoy Petró Poroshenko es un “participante independiente con capacidades limitadas”. “En primer lugar, depende de Occidente. En segundo lugar, el presidente depende del agresivo ambiente ultrarradical que reina en el país. Un cambio en esta situación implicaría su inmediato derrocamiento por parte de los batallones voluntarios o del tándem Yatseniuk-Turchínov”, continúa el politólogo ruso especialista en el espacio postsoviético Andréi Epifántsev.

“La resolución definitiva no será posible hasta que cambie la distribución de fuerzas en Kiev y Ucrania esté preparada para el compromiso y la reforma política. No obstante, es posible que para ello sea necesario pasar por el derramamiento de sangre y por privaciones económicas”, aclara Dmitri Súslov.

La voluntad de Kiev de conseguir detener la guerra civil próximamente provoca dudas entre los expertos rusos: todo parece indicar que las autoridades ucranianas cuentan con tomarse la revancha y han multiplicado por seis sus compras de armamento para el año 2015. Según Kirill Koktysh, el éxito en las negociaciones en Minsk no supondrá la regulación definitiva, sino que apenas permitirá “detener la guerra durante unos dos meses”.

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