¿Por qué Rusia no quiere entrar en la OPEP?

De izquierda a derecha: ministro de Energía de Arabia Saudí Khalid A. Al-Falih, ministro de Energía de Rusia Alexander Novak Alexander, Subsecretario de Hidrocarburos de México Aldo Flores y el Secretario General de la OPEP Mohammed Barkindo durante una rueda de prensa en Houston, Texas, el 7 de marzo, 2017.

De izquierda a derecha: ministro de Energía de Arabia Saudí Khalid A. Al-Falih, ministro de Energía de Rusia Alexander Novak Alexander, Subsecretario de Hidrocarburos de México Aldo Flores y el Secretario General de la OPEP Mohammed Barkindo durante una rueda de prensa en Houston, Texas, el 7 de marzo, 2017.

Reuters
Rusia no contempla la posibilidad de entrar en la OPEP, declaraba el ministro de energía Alexander Nóvak en la conferencia de energía CERAWeek celebrada en la ciudad estadounidense de Houston a principios de marzo.

“Actualmente no contemplamos la posibilidad de que Rusia entre en la OPEP, aunque nuestra relación con los países exportadores de petróleo ha demostrado que la cooperación es algo necesario y adecuado”, señalaba el ministro de Energía Alexander Nóvak. Anteriormente, Nóvak había declarado en repetidas ocasiones que las posibilidades de la OPEP de influir en el mercado son limitadas.

Los últimos meses de 2016 la coordinación de las negociaciones entre Rusia y otros países exportadores de petróleo se llevó a cabo gracias a los agudos esfuerzos de Rusia en materia de política exterior.

El 30 de noviembre, los miembros de la OPEP tomaron la decisión de reducir la extracción de petróleo a partir de principios de 2017 en 1,2 millones de barriles al día. Otros 11 países, incluida Rusia, se comprometieron a rebajar la producción de petróleo en 558.000 barriles al día, de los cuales 300.000 barriles al día corresponden a Rusia.

“La OPEP y Rusia no tienen confianza mutua, somos competidores, no socios”, comenta el editor de Thomson Reuters responsable de mercados petroleros, Gleb Gorodiankin. Para Rusia es difícil confiar en la OPEP debido a la diferencia de sus objetivos y a las contradicciones existentes dentro del cartel, opina el experto.

“Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Irán y Catar no están sobrecargados por deudas demasiado significativas y apuestan en la OPEP por incrementar su presencia en el mercado, mientras que los países pobres que forman parte del grupo (Angola, Nigeria, Venezuela y Kurdistán), están interesados en subir los precios para poder salir adelante”, señala Gorodiankin.

La OPEP, sin respuestas ante el petróleo de esquisto

El cartel petrolero no podrá seguir garantizando las restricciones a la extracción. Hasta el momento estas medidas han provocado una subida de la inversión en el petróleo de esquisto en EE UU.

Los países miembros de la OPEP siguen de cerca la subida de la extracción del petróleo de esquisto y partiendo de estas valoraciones tomarán la decisión de ampliar el acuerdo sobre limitar la extracción a finales del próximo mes.

La Administración de Información Energética de Estados Unidos prevé una subida de la extracción de petróleo en EE UU hasta los 10 millones de barriles al día (un 10 % del volumen actual), muy próximamente, superando el máximo nivel, registrado en 1970.

Las empresas que explotan reservas de petróleo de esquisto están robando cuota de mercado a la OPEP, que redujo la extracción a principios de año esperando contribuir a la subida de los precios del petróleo.

Según el economista jefe del grupo de compañías BP en Rusia y la CEI, Vladímir Drebentsov, la OPEP no tiene una buena respuesta para el mercado hasta que se agoten los recursos de la extracción de petróleo de esquisto en EE UU.

“Si los precios no hubieran subido en su momento hasta los 120-140 dólares el barril, habríamos estado muchos años más sin oír hablar de los yacimientos de petróleo de esquisto en EE UU. Ahora es tarde, la revolución ha llegado, no hay vuelta atrás, es algo inevitable”, asegura Drebentsov.

Paísesque no cumplen

Según el analista de Citi Futures Tim Evans, el mercado petrolero actualmente es similar a una casa de cartón que puede venirse abajo por culpa de cualquier noticia negativa. Por ejemplo, Irán, que forma parte de la OPEP, según el acuerdo para la estabilización del mercado puede extraer hasta 3,8 millones de barriles al día. No obstante, el país está incrementando la exportación: vende el petróleo procedente de sus reservas acumuladas durante años de sanciones y a principios de 2017 había reducido su volumen de los 29,6 millones de barriles a los 16,4 millones de barriles.

Irak también está incrementando la extracción. El primer ministro del país, Haider al-Abadi, ha denunciado una subida de la extracción en Kurdistán. En diciembre el suministro de petróleo desde los yacimientos controlados por los kurdos a Turquía alcanzó los 587.000 barriles al día, una cifra que supera en más del doble la cuota de 250.000 barriles al día a la que se había comprometido el país. Además, según The Wall Street Journal, en enero Irak se proponía incrementar en un 7 % la exportación a través de la terminal en Basora hasta los 3,53 millones de barriles al día. También planea suministrar volúmenes adicionales de petróleo a India y China.

Otro factor desestabilizador: Libia se propone duplicar la producción de petróleo en 2017. El país está aumentando la extracción en su mayor yacimiento, el de El Sharara, y ha retomado la exportación desde la terminal de Az Zawiya. A principios de enero, el país alcanzó una extracción diaria de 700.000 barriles (el índice medio del pasado mes de diciembre fue de 630.000 barriles al día).

La Organización de países exportadores de petróleo (OPEP) es una organización con sede en Viena fundada en 1960. Está integrado por 13 países productores y exportadores de petróleo, ubicados en América, Asía y África, los cuales agrupan una población de alrededor de 554 millones de personas y cuyo principal producto de exportación es el petróleo. Los países miembros son: Angola, Arabia Saudí, Argelia, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Irak, Kuwait, Nigeria, Qatar, Irán, Libia y Venezuela. 

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