Moscú ha aceptado reestructurar la deuda ucraniana de 3.000 millones de dólares durante los próximo tres años. Putin habló de esta opción en la rueda de prensa celebrada tras la cumbre del G20 el pasado fin de semana. El mandatario ruso señaló que Moscú ofrecía mejores condiciones que las exigidas por el FMI. “Aunque nos pidieron posponer el pago hasta el año que viene, yo anuncié nuestra disposición a aceptar una reestructuración aún mayor: estamos dispuestos a no recibir ningún pago este año, 1.000 millones el año que viene, otros 1000 en 2017 y los últimos 1.000 millones en 2018”, declaró.
“La intención de Rusia con esta inesperada oferta no es otra que garantizar la devolución del dinero en el futuro, así como evitar poner a Ucrania en una situación difícil”, aclaró el presidente ruso. “Y EE UU, la UE o el FMI, por su parte, deberían ofrecer las garantías correspondientes”.
Ucrania había insistido en varias ocasiones en que Rusia aceptara la reestructuración en las mismas condiciones que el resto de los acreedores. Así, el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, anunció el 13 de noviembre que su país introduciría una moratoria al pago de la deuda si Moscú no aceptaba las condiciones propuestas.
El origen de dicha deuda es el crédito en tres tramos de 15.000 millones de dólares concedido a Ucrania en noviembre de 2013 y del que solo pudo recibir el primer tramo de 3.000 millones, tras lo cual comenzaron los disturbios en el país y se produjo el cambio de gobierno, lo que llevó a Rusia a cancelar los siguientes pagos. De conformidad con el acuerdo firmado, Ucrania debía devolver el crédito en diciembre de este año.
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