Región de Leningrado
Para ver los géiseres, basta con comprar un billete del tren de alta velocidad Sapsán, que va de Moscú a San Petersburgo. Todo esto parece un auténtico milagro, que burbujea y brilla al sol. La historia es como sigue: a lo largo del río Paritsa perforaron pozos, buscando nuevas fuentes de abastecimiento de agua para San Petersburgo. Luego simplemente se olvidaron de ellos. Pero el agua se las arregló para que se acordaran de ella: en la zona del pueblo de Korpikovo surgieron seis manantiales. Existe otra versión de su origen, relacionada con los almacenamientos subterráneos de gas, que supuestamente hacen brotar el agua. Sin embargo, a la vista de los géiseres brotando en medio del bosque, todas las teorías pasan a un segundo plano: tienen un aspecto muy espectacular. Por cierto, algunos tienen nombre: Plañido, Fuente, Bebé.
Territorio de Transbaikal
El campo de géiseres local fue descubierto a principios de los años 80: los indígenas locales, los evenki, contaban que en las montañas de Udokán hay pozos con agua curativa, y en algunos lugares brota una fuente de debajo de la tierra. El géiser Kalarski se encuentra no lejos del volcán Chepe, en la cuenca del río Eimnaj. Es bastante pequeño, y el agua aquí no sale hirviendo, sino casi a temperatura ambiente, entre 13ºC y 19ºC, dependiendo de la zona donde brota el manantial. Este lugar también destaca por una bañera de travertino de medio metro de profundidad, donde el agua se calienta hasta 18ºC, así como un cono bajo, de donde sale el agua burbujeante.
Región de Nizhni Nóvgorod
El géiser Tatinetski no es fácil de encontrar, sobre todo en invierno. Se encuentra en el valle del arroyo de la Fuente Nizina, entre los pueblos de Slopinets y Tatinets. No se puede llegar en coche: hay que seguir un camino sinuoso. Entre los árboles cubiertos de nieve, de repente se puede ver el "ala" helada del géiser congelado, en cuya cima brota el agua. Este fenómeno no es sin la participación del hombre: hace muchos años, los lugareños decidieron entubar varios manantiales, y surgió el inusual géiser. Cuanto más duro es el invierno, más se eleva, y puede alcanzar los cinco metros.
Región de Múrmansk
Al ver los géiseres turquesa por primera vez se puede pensar que se está en Narnia. Pero no: se trata del valle del lago Malii Vudiavr, cerca de Kirovsk. De los pozos brota agua increíblemente pura que, al congelarse con las heladas, se convierte en bloques de hielo azul de formas extrañas.
Bashkiria
Otra "entrada" a Narnia se encuentra en la orilla del río Ai. En los años 60 buscaban aquí mineral de bauxita y dieron con un manantial artesiano. Cuando hace calor brota 5,5 metros hacia arriba, y en invierno se convierte en una escultura de hielo creada por la naturaleza. Se dice que los temerarios que pasen bajo los chorros de la fuente cumplirán un deseo acariciado. Pero no son muchos: el agua aquí está hirviendo.
Buriatia
Cerca del pueblo de Sujaia, en un bosque de pinos, hay un manantial de radón Zagza. Antaño había aquí un pantano: el característico olor a sulfuro de hidrógeno hacía pensar que había petróleo escondido en algún lugar del espesor de la roca. Pero cuando se perforó un pozo, brotó una fuente de agua caliente y gas a la altura de 278,2 metros. La temperatura del agua del manantial de Zagza es de 50-52ºC. Ayuda en las enfermedades del sistema nervioso. El baño puede combinarse con la meditación con vistas al Baikal.
Región de Cheliábinsk
En el parque nacional Ziuratkul, a 20 km de Satka, hay una fuente. Las aguas de un manantial artesiano se elevan hasta una altura de siete metros. Fue descubierta por accidente en 1976. Los geólogos buscaban mineral de hierro y encontraron agua. En invierno, la fuente presenta un aspecto impresionante: su corriente se congela a una altura de 14 metros, convirtiéndose en una montaña de hielo.
Región de Sverdlovsk
Cuenta la leyenda que los caballos de Kadim Jan eran los que más resistían. Su secreto residía en un manantial especial: los caballos eran llevados al cálido Cayo Kodinski para abrevar. A finales de la década de 1940, en el pueblo de Kodinka, cerca de Kamensk-Uralski, incluso se quiso construir un sanatorio, pero la idea se desvaneció rápidamente. Pero el propio manantial sigue existiendo hoy en día: el agua, calentada hasta 17,5-18ºC, se abre paso entre las rocas.
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