10 curiosidades no evidentes de Moscú

Reportero móvil/Agencia Moskva
Un puente para un millón, pájaros de fuego de cuento de hadas, estación Mir a tamaño real: te contamos qué puedes ver en la capital fuera de las rutas turísticas obligatorias.

1. Hospedería Sávvinskoie

Este bellísimo edificio de estilo modernista ruso está escondido a plena vista, en el patio de una casa de la calle Tverskaia. Fue construido a principios del siglo XX según un diseño de Iván Kuznetsov. Revestido con azulejos de cerámica de Abrámtsevo con imágenes de pájaros de fuego y extrañas flores y frutas, parece un enorme edificio de un cuento de hadas. Antaño hubo aquí una hospedería, es decir, una delegación del monasterio Sávvino-Storzhevski. A principios del siglo pasado se demolieron los antiguos edificios y en su lugar se construyó una casa rentable. En aquella época era el edificio más grande del barrio, pero a finales de la década de 1930 fue "escondido". Durante la reconstrucción de Tverskaia, la calle principal de Moscú, la casa fue desplazada 50 metros y en su lugar se construyó otra.

2. Pabellón Cosmos

Uno de los pabellones más bellos del parque VDNJ está dedicado a la historia y el futuro de la industria espacial. Fue construido a finales de la década de 1930 según un diseño de Viktor Andréiev, Nadezhda Bíkova e Iván Taranov. Y tras la Segunda Guerra Mundial añadieron una sala con una majestuosa cúpula de cristal. Aquí se pueden ver más de cien muestras de equipos espaciales y de vuelo, incluida una maqueta a tamaño real de la estación orbital Mir y el vehículo de lanzamiento N-1, y en el cine en 5D los visitantes pueden aprender cómo en diferentes épocas la gente soñaba con conquistar el universo.    

3. Acueducto Rostókinski

El pintoresco puente, que pasa a 15 metros de altura, se llamaba antiguamente "del millón". Y había una razón para ello: en la construcción del sistema de abastecimiento de agua de Mitishch se gastaron más de un millón de rublos. Fue bajo el reinado de Catalina la Grande. De este sistema de abastecimiento de agua sólo se conserva el acueducto, alrededor del cual se ha trazado un pintoresco parque. Por él pasa un tramo de la ruta de peregrinación a la Lavra de la Trinidad-Sergio.

4. Parque japonés de Kúrkino

Casas tradicionales, pagodas, leones, samuráis a caballo... ¿dónde está, en Tokio? Pues no, ¡en Kúrkino! Hace unos años se inauguró en este barrio moscovita un parque de estilo japonés y, al mismo tiempo, una feria donde tomar un tentempié y comprar productos agrícolas. Aunque las compras no entren en tus planes, merece la pena pasarse por los pabellones para ver los cuidados bonsáis y los alegres gatitos que agitan sus patitas desde los puestos para atraer la buena suerte.

5. La parada de tranvía más antigua de Moscú

A finales del siglo XIX, un tranvía de vapor circulaba desde Butírskaia Zastava hasta la Academia Agrícola Petrovskaia. Los pasajeros esperaban su viaje en pulcros pabellones diseñados por el arquitecto Franz Kognovitsky. Uno de ellos sigue existiendo hoy en día: la parada de tranvía de Krasnostudéncheski Proezd está considerada la más antigua de Moscú. Hace unos años fue restaurada. Mientras se espera el tranvía, se pueden admirar sus vistas o tomar un café en una pequeña cafetería local.

6. Casa Narkomfin

Una casa de ensueño, una casa-experimento. Este singular proyecto constructivista, creado a finales de la década de 1920 por Moses Guinzburg, Ignatius Milinis y Serguéi Prójorov, fue concebido como una casa para el nuevo pueblo soviético, que no debía distraerse de la construcción de un futuro brillante. En el edificio destinado a los empleados del Comisariado del Pueblo de Finanzas, además de pisos celulares de dos niveles, se diseñaron edificios separados para cantinas, una guardería y lavandería y un garaje. En 2020, la Casa del Comisariado del Pueblo de Finanzas fue renovada: hoy es un edificio residencial y al mismo tiempo un monumento a los sueños de la comuna del futuro. Aquí se organizan visitas guiadas y el espacio expositivo del Museo de Arte Contemporáneo Garaje está abierto al público.

7. Submarino en el Parque Sévernoe Túshino

Uno de los objetos más insólitos del embalse de Jimki es el submarino diésel B-396. En los años 1980-1990 formaba parte de la Flota del Norte y patrullaba las fronteras en el mar de Barents. Tras su retirada del servicio, el submarino fue entregado al Museo de la Marina: desde hace veinte años se encuentra en el parque Sévernoe Túshino, y se puede acceder a su interior.

8. Central hidroeléctrica Siromiátnicheski

¿De dónde viene una villa mediterránea a Moscú? ¿Y un templo griego? Aunque, si te fijas bien, en lugar de cariátides y divinidades se ven figuras de obreros. No es un trampantojo sino que es así como son realmente los edificios de la central hidroeléctrica de Siromiátnicheski, que fueron construidos según el diseño de Gueorgui Golts. En la década de 1930, se pretendía hacer navegable el río Yauza construyendo un sistema de esclusas y conectándolo al río Lijoborka y al embalse de Jimki. Finalmente se abandonó la idea, pero se construyó una esclusa. La central hidroeléctrica está rodeada por un manzanar, un pequeño parque que se esconde no lejos del centro de diseño Artplay.

9. Gostini Dvor

En las inmediaciones del Kremlin se alza el imponente edificio del Gostini Dvor, donde se ejerce el comercio desde el siglo XVI. Fue reconstruido varias veces según los diseños de los famosos arquitectos Giacomo Quarenghi y Osip Bove, y a principios del siglo XIX Karl Guippius lo reconstruyó parcialmente en estilo clásico. Hay que venir aquí por el ambiente inusual: el impresionante espacio está cubierto con una cúpula de cristal, a través de la cual penetra la luz del sol. Incluso puede parecer que no está en Moscú, sino en algún lugar del Grand Palais de París. O en un enorme salón de baile al que están a punto de llegar los invitados.

10. Estación de metro Komsomólskaia

Esta estación se considera una de las "puertas" de Moscú: está situada en la plaza de las tres estaciones de ferrocarril. Además, es la más "elegante" de la red de metro de la capital. Su opulenta decoración está dedicada a la victoria en la Gran Guerra Patria. Está decorada con mosaicos de Pável Korin con imágenes de Alexánder Nevski, Dmitri Donskói, Mijaíl Kutúzov, Alexánder Suvórov, Kuzmá Minin y Dmitri Pozharski, soldados soviéticos en el Reichstag. Mármol, granito, muchas arañas de bronce, columnas: todo crea un ambiente solemne y festivo.  

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