Hasta finales del siglo XIX aquí había un campo de tiro de artillería. En la URSS la isla estaba cerrada: aquí había instalaciones de régimen: un puerto y una planta de reparación naval.
Hasta 1983 sólo se podía llegar a tierra firme desde aquí nadando. Hoy se puede llegar a la isla por carretera subterránea a través del túnel Kanonerski.
Merece la pena viajar hasta aquí por las impactantes vistas urbanas. En 2016, el ambiente ya de por sí industrial se vio complementado por una autopista que cruza la isla a 50 metros del suelo, justo por encima de las casas. En algunas de ellas, las ventanas se abren vacías.
En la isla viven unas 5.000 personas. Hay guarderías, escuelas, parques e incluso una playa.
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