El puerto de Dudinka es único. Es el puerto marítimo internacional más septentrional de nuestro país. Es a la vez un puerto marítimo y fluvial, que recibe y expide mercancías tanto por el río Yeniséi (a través de Igarka y Krasnoyarsk) como por la Ruta Marítima del Norte (tiene conexiones con Múrmansk, Arcángel a través del mar de Kara y, más al este, con Asia).
Las obras del puerto de Dudinka hicieron posible la aparición de un centro industrial nórdico como Norilsk. Para que una gran ciudad industrial creciera en medio de la tundra forestal, se necesitaban materiales de construcción, combustible y materias primas. Todo esto se suministraba a través del puerto de Dudinka, que entonces era un pequeño asentamiento a orillas del río Yeniséi.
Los prisioneros de Norillag (Centro Correccional de Trabajo de Norilsk) empezaron a construir el puerto en 1935, pero en los años 50, tras el cierre del campo de trabajo, jóvenes especialistas de todo el país empezaron a venir a Dudinka, igual que a Norilsk. Ahora 20 mil personas viven en Dudinka, y el trabajo de una de cada diez personas está relacionado con el puerto. Hemos conseguido visitar este interesante lugar.
Cómo funciona el puerto de Dudinka
La temporada de navegación por el río Yeniséi es muy corta, de mediados de junio a principios de octubre.
Durante este tiempo, además de buques marítimos, el puerto también recibe embarcaciones fluviales procedentes de Krasnoyarsk (que se encuentra a unos 2.000 kilómetros por mar), que traen alimentos frescos y productos necesarios para Dudinka y Norilsk. En cuanto comienza a funcionar la ruta, enseguida aparecen en las calles tiendas con frutas y verduras, y los precios de los productos alimenticios en los comercios se reducen notablemente. Barcos de pasajeros y grandes cruceros llegan a Dudinka por el Yeniséi.
Y cuando el Yeniséi está bloqueado por el hielo, Dudinka recibe y envía únicamente buques de clase hielo que recorren la Ruta Marítima del Norte. En estos buques transportan los productos metalúrgicos de Norilsk y traen el combustible y las materias primas necesarias para el funcionamiento de las fábricas.
El puerto funciona todos los días, salvo un par de semanas al año. Al fin y al cabo, es el único puerto del mundo que se inunda durante las aguas altas. La deriva del hielo comienza en el Yeniséi a finales de mayo. Su aspecto es impresionante: enormes bloques de hielo corriendo por el agua. La gente viene de todas partes para ver este acontecimiento.
Pero los trabajadores del puerto no tienen tiempo para admirar su belleza.
El puerto deja de recibir y enviar carga durante las aguas altas, y los trabajadores transportan las grúas a aparcamientos especiales, donde esperan a acabe este periodo.
Por qué el invierno es mejor que el verano para el puerto
Más de 50 barcos llegan a Dudinka durante la temporada de navegación. El día que estuvimos allí, 11 barcos esperaban para descargar, lo que supone 1-2 días de trabajo, según nos explicaron.
Incluso nos han dejado subir al buque que transporta contenedores de Nornickel (de la séptima clase de rompehielos) y hablar con su capitán.
“Nuestro buque no teme el hielo, ni el de 2 metros de altura. Pero no vamos en línea recta, buscamos grietas por las que sea más fácil pasar”, nos dijo el capitán Andréi Shlapak. “Y es que en el río Yeniséi en invierno puede haber un ‘pack de hielo’, es decir, hielo de varios años, que a su vez también puede moverse”.
Para reducir el tiempo y el coste del transporte, se recurre periódicamente a un rompehielos de propulsión nuclear. Abre “canales” por los que el barco sale al mar. Por supuesto, estos se bloquean durante una nevada, por eso los marineros prefieren trabajar cuando hace mucho frío pero no nieva. “Cuando nos incorporamos entre el hielo flotante, seguimos navegando por nuestra cuenta”, dice el capitán.
Andréi añade que a menudo hay tormentas en los mares del norte, especialmente peligrosas en la segunda quincena de septiembre, cuando a los temporales se añade la glaciación. “Entonces sí que esperamos el hielo, porque en hielo el barco no se mece”, comparte.
La mayoría de las veces, el buque 'Norilsk Nickel' va a Múrmansk y Arcángel, pero también hace viajes a China, porque la Ruta Marítima Septentrional es la ruta más corta de Europa a Asia. “Resulta que en verano se puede ir de aquí a China en sólo dos semanas”, afirma el capitán. Está claro que durante el periodo glacial el plazo aumenta.
De media, la tripulación pasa cinco días en el mar y trabaja por turnos de dos meses, cambiándose con otra tripulación.
El interior del buque resulta ser bastante espacioso, moderno e incluso acogedor a su manera. Hay una sala de recreo con sofá, TV y ping-pong, un pequeño gimnasio y una sauna.
Pero lo que más nos impresionó en nuestra visita fue la abundancia de macetas con flores cultivadas por los marineros. El capitán dijo que mucha gente del barco es aficionada a cuidar flores, y que él intenta regarlas a tiempo.
Capital de Taimir
A diferencia de Norilsk, Dudinka es un asentamiento antiguo. Fue fundada en 1667 como lugar de invernada por Iván Sorokin, un fusilero (es decir, militar) de la ciudad comercial de Mangazeya, cuando él y un pequeño destacamento fueron allí a recaudar impuestos (yasak).
En la actualidad, Dudinka es el centro administrativo del distrito Taimirski Dolgano-Nenetski de la región de Krasnoyarsk. El distrito es enorme, su superficie supera la de cualquier país europeo, pero en la península de Taimir sólo viven 30 mil personas, de las cuales dos tercios viven en Dudinka (Norilsk se considera un distrito aparte). Otros asentamientos son Jatanga, Dikson y Karaúl, dispersos a cientos de kilómetros de distancia.
Cuando uno se encuentra en Dudinka, no le parece que es una ciudad de provincias, sino, más bien, una capital, porque aquí está todo. Tiendas, un cine, puntos de entrega de las tiendas online e incluso una pista de hielo, la única del mundo que se encuentra más allá del círculo polar ártico. La ciudad acoge competiciones internacionales de curling.
En Dudinka, a pesar de su rica historia, no se conservan casas antiguas. La mayoría de los barrios residenciales tienen casas de hormigón soviéticas colocadas sobre pilotes fijados en el permafrost.
Para animar a la gente durante el largo invierno, los edificios se pintan de colores vivos.
Cuando hace buen tiempo, los lugareños salen a la Plaza de los Aviadores, donde se expone un An-24 que hace 20 años transportaba personas a Krasnoyarsk, Játanga y Dikson.
Además de los rusos, que constituyen más de la mitad de los habitantes de Taimir, hay representantes de cinco pueblos septentrionales: dolganos, nenets, nganasans, evenkos y enets. Dudinka tiene un periódico semanal llamado Taimir, que publica noticias no sólo en ruso, sino también en estas lenguas nórdicas.
Además, hay un museo local de tradiciones locales, uno de los más grandes e interesantes del Ártico. Aquí se exponen 90 mil diferentes objetos.
Hay objetos domésticos que ayudaron a los antepasados de los modernos habitantes de Taimir a sobrevivir en esta dura tierra, y panderetas y máscaras de rituales chamánicos.
Una de las plantas del museo está dedicada a la historia soviética de Taimir y a los científicos polares. Aquí también se puede ver el mamut Zhenia, que tiene unos 45.000 años. Los científicos han encontrado en él huellas de herramientas hechas por manos humanas. Esto significa que la gente vivió en el Ártico mucho antes de lo que nos podemos imaginar.
De Dudinka a Norilsk hay 90 kilómetros a través de tundra forestal, pantanos y permafrost. Ninguna de las dos ciudades está conectada por tierra con otras regiones de Rusia. Pero sí están conectadas entre sí por un ferrocarril, uno de los más septentrionales del mundo. Se construyó en 1937, y hasta finales de los años 90 los trenes de cercanías recorrían estas vías. Hoy el ferrocarril sólo se utiliza para el transporte de mercancías. Hablaremos de ello en el próximo artículo.
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