Frente a ti, en lo alto de las montañas, se alzan las ruinas de una antigua ciudad. Pero no estás en los Andes peruanos, sino en el Cáucaso ruso, concretamente en Daguestán. Se trata de Gamsutl, un pueblo fantasma cuyos orígenes se remontan a varios milenios. Hasta hace un siglo, se podían encontrar aquí tiendas y un hospital, y una carretera capaz de transportar coches conducía al pueblo, a pesar de su altitud de casi 1.500 metros. Sin embargo, hacia la década de 1950, como consecuencia de los cambios sociales y el mayor atractivo de las ciudades, la población, que llegó a alcanzar los 3.000 habitantes, empezó a abandonar Gamsutl. En 2002, sólo vivían aquí 12 personas, y en 2015 falleció Abduljalil Abduljalilov, el último residente. Hoy, sin embargo, este lugar desierto se ha convertido en una popular atracción turística, por lo que la vida aquí no ha desaparecido del todo.
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