Сергей Прокудин-Горский; Legion Media
Serguéi Prokudin-Gorski; Legion MediaLa antigua ciudad de los Urales, a orillas del río Kama, celebra su 300º aniversario. Su historia comenzó con la construcción de la Planta de Fundición de Cobre Yegoshíjinski el 15 de mayo de 1723. Sólo funcionó 60 años debido al agotamiento de las reservas de mineral, pero el pueblo de los trabajadores que se desarrolló en torno a esa planta se convirtió en el punto de partida de toda la ciudad. A mediados del siglo XIX había 20.000 personas en Perm, mientras que hoy son más de un millón.
En la primera mitad del siglo XIX Perm ya era un importante nudo de transporte. No sólo se transportaban productos metálicos y de hierro a la parte europea del Imperio ruso a lo largo de los ríos de los Urales, Chúsovaia y Kama. La principal mercancía era la sal, que se extraía en grandes cantidades en la provincia de Perm (incluso los nombres de las ciudades apuntan a sus raíces “salineras” - Usolie y Solikamsk).
En 1899 se inauguró en Perm el primer puente ferroviario de los Urales sobre el río Kama. Gracias a sus 840 m también era el más grande. En aquella época el ferrocarril iba de Perm a Kotlas en la región de Arсángel (¡casi 900 km!). Los ojos del puente se reconstruyeron en la década de 1920 (a causa de la Guerra Civil) y durante las reparaciones de finales de la década de 1980. El puente sigue en funcionamiento hoy en día.
Una de las principales empresas creadoras de ciudad en Perm es la Fábrica de Motovílija, construida en 1736. Aquí se puso en marcha el primer horno a cielo abierto de la región, también se producía artillería para las tropas del Imperio ruso.
Durante los años soviéticos las fábricas Motovílinjiskiye se dedicaban no sólo a la producción de artillería (una cuarta parte de todos los sistemas de artillería del Ejército Rojo durante la Gran Guerra Patria se fabricaba aquí), sino también a la ingeniería para la agricultura, y además fabrican equipos petroleros (en Perm hay una gran refinería de petróleo).
Durante la Segunda Guerra Mundial, más de 120 empresas industriales fueron evacuadas a Perm (y a la región de Perm) y fue uno de los centros industriales clave de la URSS.
A pesar de ello, Perm también ha sido históricamente la capital cultural de los Urales.
El Teatro de Ópera y Ballet de Perm, fundado en la década de 1870, lleva el nombre del compositor Piotr Chaikovski. Es el único teatro de Rusia que ha representado sus 10 óperas y 3 ballets. Durante la Gran Guerra Patria, los artistas del Teatro Mariinski evacuados a Perm actuaron allí. Y hoy se pueden ver aquí las obras clásicas imperecederas.
Las casas con historia están literalmente a cada paso. Esta casa señorial de la calle Monastirska fue construida en la década de 1880 en estilo clasicista y es en la actualidad el museo de historia local. En el salón de esta casa se celebran a menudo veladas musicales.
La Galería de Arte de Perm se encuentra en la Catedral de la Transfiguración del Salvador, de mediados del siglo XVIII. El templo fue convertido en un espacio de exposiciones en 1922, cuando los bolcheviques empezaron a combatir las manifestaciones religiosas. En la Galería de Arte se pueden ver singulares esculturas de madera que representan a santos ortodoxos.
En 1940, Perm pasó a llamarse Mólotov. El cambio se hizo para conmemorar el 50º aniversario de Viacheslav Mólotov, presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo de la URSS. El nombre histórico fue devuelto a la ciudad en 1957 a raíz de la polémica entre Mólotov y Jrushchov.
Pero quizá la ruta preferida para pasear de residentes locales y turistas siga siendo invariablemente el malecón de Kama. Se extiende a lo largo de unos 4 km. Hay tres bajadas: cerca de la estación fluvial, cerca de la plaza Sobórnaia y cerca del puente comunal. Los callejones para pasear están situados a diferentes niveles. Y el principal punto fotográfico hoy es un enorme cartel “La felicidad no está lejos”, que apareció aquí en 2009. Por cierto, la playa del río Dviná, en Arcángel, tiene una “respuesta”: “La felicidad no está más allá de los mares” (es un dicho ruso que afirma que la felicidad siempre está cerca de nosotros mismos). Pero esa es otra historia.
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