7 asombrosos museos rusos de arquitectura de madera al aire libre (Fotos)

Malyi Koreli es uno de los lugares más visitados de la región de Arcángel.

Malyi Koreli es uno de los lugares más visitados de la región de Arcángel.

Vladímir Trefílov/Sputnik
Después de visitar estos parques-museos te convertirás en un auténtico experto en obras maestras de la arquitectura rusa de madera.

La mayoría de los museos de arquitectura de madera aparecieron en Rusia en los años 1950-1970. La Unión Soviética, tras recuperarse y reconstruirse después de la II Guerra Mundial, consiguió controlar las cuentas necesarias para la conservación de los monumentos culturales y la arquitectura. Durante aquellos años, miles de iglesias y otros edificios antiguos fueron restaurados y puestos bajo supervisión. Incluidos los de madera. Así, en algunos pueblos se consiguieron conservar iglesias, casas y molinos de hasta 500 años de antigüedad.

1. Isla de Kizhí, Carelia

Kizhí es la isla-museo etnográfico más famosa y visitada de Rusia. Está situada no lejos de la ciudad de Petrozavodsk, en una isla del lago Onega. El museo, fundado en 1966, está incluido en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

La parte central de la isla-museo es el Kizhí Pogost, compuesto por la Iglesia de la Transfiguración de principios del siglo XVIII -un edificio de madera de 37 metros de altura con 23 cúpulas-, la Iglesia de la Intercesión con un iconostasio parcialmente conservado y un campanario del siglo XIX. Otros edificios de madera de exposición se trajeron de pueblos abandonados de distintas regiones de Carelia. Hay casas de los pomor, graneros vepsios y cruces de culto de Carelia.

Página web del museo

2. Vitoslávlitsi, región de Nóvgorod

Hasta el siglo XVI, Veliki Nóvgorod poseía vastas tierras hasta el mar Blanco y rivalizaba con Moscú. Se puede ver arquitectura monumental de las tierras de Nóvgorod literalmente a sólo varios kilómetros de la ciudad, en el emplazamiento de la antigua aldea Vitoslávlitsi, que existió del siglo XII al XVIII.

El museo al aire libre se fundó en 1964 y se asemeja a una antigua aldea rusa. Izbas (casas de troncos eslavas) y dependencias forman calles por las que pasean los visitantes. Las principales atracciones son: la Iglesia de madera de la Natividad de la Virgen María, de 1531, y, cerca de ella, la pequeña Iglesia de la Dormición, de 1599. Fueron traídas aquí desde pueblos lejanos y medio abandonados y luego restauradas en Vitoslávlitsi, literalmente salvadas de la destrucción.

Página web del museo

3. Malie Koreli, Región de Arcángel

Colosales molinos de viento de madera de varias alturas humanas son el “plato fuerte” del museo de Malie Koreli. Aquí se reúne la mayor cantidad de molinos de viento de madera rusos y todos ellos fueron llevados allí desde los pueblos de la región de Arcángel. El conjunto etnográfico fue creado en 1964. El espacio de su interior está separado en sectores: Mesenski, Pinezhski, Dvinskói y Kargopolsko-Onezhski, donde se exponen izbas campesinas, banias, pozos e iglesias de estas regiones. Caminando de un sector a otro, se pueden apreciar claramente las diferencias en la construcción de las casas.

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4. Parque Kolómenskoye, Moscú

Uno de los parques más grandes de Moscú cuenta también con un museo de arquitectura de madera, donde se exponen sorprendentes edificios del Norte de Rusia. En 1933, la iglesia barbacana del siglo XVII del monasterio Nikolo-Korelski fue llevada allí desde la región de Arcángel, siendo el único edificio de madera del monasterio. En aquellos tiempos, muchas iglesias fueron destruidas (lee más sobre esto aquí), pero los arquitectos consiguieron salvar esta torre.

También hay una torre de 1580 de la fortaleza de Sumski Ostrog, traída del territorio del Pomorie de Carelia. Antes se alzaba en un pueblo muy antiguo de Sumski Posad (hablamos de él en nuestro artículo sobre los pomor), donde albergaba una guarnición militar local. Por cierto, es la única torre militar del norte de Rusia que se ha conservado hasta nuestros días.

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5. Museo de arquitectura de madera en Súzdal, región de Vladímir

La ciudad de Súzdal es un museo en sí mismo que sin duda hay que visitar. En las afueras de la ciudad, en un lugar muy pintoresco, se creó a mediados de la década de 1960 un verdadero pueblo a partir de los edificios traídos de los pueblos abandonados de la región. Se pueden ver iglesias de madera de varios pisos de mediados del siglo XVIII, hechas, según los historiadores, sin un solo clavo. Está hecho con tanta habilidad que, desde la distancia, las gradas parecen de metal. Pero no, son de madera.

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6. Jojlovka, Territorio de Perm

¿Has oído alguna vez la expresión “Pérmico de orejas saladas”? El territorio de Perm es históricamente el mayor centro de producción de sal del país; hace varios siglos, la vida de muchos habitantes de estas tierras estaba ligada a ella. Por supuesto, antes las salinas también eran de madera, y están reunidas en un museo cerca del pueblo de Jojlovka, a unos 40 kilómetros de Perm. Allí se pueden ver una torre de salmuera, una cámara de ebullición y antiguos graneros. Y, por supuesto, las casas de las personas que se dedicaron a la producción de sal hasta principios del siglo XX.

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7. Taltsi, región de Irkutsk

Fortalezas del tipo ostrog de madera, empalizadas, cobertizos son gran parte de la historia del desarrollo de Siberia que cobra vida en el museo de Taltsi, a 40 kilómetros de la ciudad de Irkutsk. Se fundó en 1969, cuando la mayor parte del pueblo se inundó debido a la construcción de la central hidroeléctrica de Irkutsk y los edificios únicos se trasladaron colina arriba para su conservación. Más tarde, el museo adquirió edificios de aldeas siberianas nacionales: se puede ver cómo vivían los tofalar, los evenki y los buriatos en tiempos pasados.

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