Todo lo que tienes que saber para cruzar Rusia en bicicleta

Legion Media
Una aventura como esta es un reto maravilloso y que puede cambiar tu vida, pero siempre hay que tener en cuenta los riesgos a los que uno se enfrenta.

Si te gusta recorrer largas distancias en bicicleta y te encanta explorar nuevas tierras, la inmensidad de Rusia es perfecta para satisfacer tu pasión. Los entusiastas de la bicicleta que ya han recorrido el país en viajes de más de 1.000 km recuerdan la experiencia como inolvidable. “Vale la pena admirar la belleza de Rusia”, declaró Maxim Kitáiev, que recorrió la distancia entre Moscú y Vladivostok (10.492 km) en 118 días el año pasado.

Pero ten cuidado y evalúa los riesgos antes de salir a la carretera. Incluso si estás bastante familiarizado con los viajes de una semana sobre dos ruedas: Rusia puede ser un desafío extremo.

1. El tráfico es una locura

Las carreteras principales son la única manera de llegar de una gran ciudad a otra y a menudo están llenas de grandes camiones y coches que van muy rápido. “No siempre se puede encontrar suficiente espacio en la carretera, así que siempre es un riesgo. Los coches pasaban cerca de mí todos los días”, afirma Kitáiev. “Según mi experiencia, Rusia es el país más peligroso para viajar en bicicleta, en términos de tráfico”.

Desafortunadamente, los accidentes mortales lo confirman. En 2014, Ron McGarty, un viajero en bicicleta de Boston, fue atropellado y aplastado por un camionero ebrio en la región de Ivánovo (324 km al noreste de Moscú). 

Aquellos cuyo viaje a Rusia no fue mortífero confirman el peligro. “Mientras viajaba de Sarátov a Samara (482 km), la carretera era muy estrecha y estaba llena de camiones. Tenía que conducir cerca del borde y todo el rato los camioneros me pitaban para que me moviera”, recuerda Iván Mladenovic, de Serbia. Así que, ten mucho cuidado en la carretera.

2. Las distancias son realmente largas

“En Serbia, las distancias entre ciudades y pueblos son pequeñas, pero en Rusia se necesitan varios cientos de kilómetros para llegar de una a otra. En Kalmukia (sur de Rusia), recorrí 380 km sin ver un solo lugar habitado”, dice Mladenovic, que viajó por Chechenia, Rusia central y Siberia en su camino a China (12.000 km en cuatro meses).

Todos los viajeros en bicicleta están de acuerdo: mientras cruzas largas distancias en Rusia, nunca se puede esperar que vaya a haber una oportunidad para pasar una noche en la cama. Aunque el viaje esté perfectamente planificado, siempre hay algo que no funciona: una rueda que se pincha, un cuadro que se rompe y te encuentras en medio de la nada a medianoche. Por lo tanto, una tienda de campaña y una bombona de gas son imprescindibles, incluso si no planeas acampar.

3. La ropa de abrigo es necesaria hasta en verano

Obviamente, si no eres un suicida, la mejor época para ir en bicicleta a Rusia es de mayo a septiembre. Además, siempre tienes que comprobar las condiciones meteorológicas y no sobreestimar tu inmunidad al frío. De lo contrario, puedes repetir el error del español Andrés Abian Pajares, que intentó ir de Magadán al lago Baikal (5.000 km) en su bicicleta a mediados de diciembre y casi se congeló en -50ºC. Afortunadamente, unos lugareños le salvaron la vida. Aquí te contamos más de su aventura.

Incluso si estás montando en verano, recuerda llevar algo de ropa cálida, porque las noches pueden ser sorprendentemente frías. Se necesitan especialmente calcetines de invierno y ropa interior térmica, explica Kitáiev: “Vas cuesta arriba, todo sudoroso, y luego te enfrentas al viento al bajar. Es fácil resfriarse”.

4. Un remolque para bicicletas puede salvar tu vida y tu bicicleta

Kitáiev da un consejo: coloca un remolque en la bicicleta, aunque sea más pesado. Obviamente ayuda a poder llevar más cosas, pero hay otras razones menos obvias. En primer lugar, si los remolques tienen faros, aumenta la posibilidad de que te vean en la carretera. “Gracias a la luz de mi remolque era más seguro para mí viajar de noche”, dice Kitáiev.

En segundo lugar, el remolque hace que la bicicleta sea más pesada y difícil de robar. Desafortunadamente, esto ocurre a veces: por ejemplo, cuando el aventurero francés Luc Commonode viajaba por Siberia en 2002, un local le robó la bicicleta directamente de su tienda de campaña. Así que recuerda: los remolques siempre son útiles.

5. Es arriesgado desviarse de las carreteras principales

“A veces era difícil, yendo de Moscú a Perm (1.445 km)”, recordó Commonode en su viaje de 2016. “La carretera principal es grande, ruidosa, hay muchos descensos y ascensos y la superficie de la carretera no es tan buena”. Sin embargo, tuvo que permanecer en la carretera principal, con desvíos cortos, como la mayoría de los viajeros.

¿Por qué? En primer lugar, las carreteras sin pavimentar suelen ser aún peores en términos de superficie, lo que ralentiza la marcha. En segundo lugar, como recuerda Kitáiev, “si estás lejos de las grandes ciudades y hay grandes bosques alrededor, puedes encontrar, digamos, un oso a pocos kilómetros de la carretera principal”. Así que es mejor seguir por el gran camino.

6. Hay numerosos cafés junto a la carretera (pero siempre lleva algo de comida)

La mayoría de los viajeros en bicicleta cuentan que incluso en las regiones menos pobladas de Rusia se puede encontrar un café o un restaurante aproximadamente cada 50-75 km. Sin embargo, como ya hemos dicho, nunca se sabe lo que puede pasar, por lo que llevar suministros no te perjudicará. No hay necesidad de comprar todo el supermercado, por supuesto, pero algunos productos enlatados y chocolatinas serán una buena opción. Y agua, por supuesto. Hay que mantenerse hidratado en todo momento.

7. Los rusos siempre ayudan a un viajero

Si llegas a un pueblo o a una ciudad, lo más probable es que estés bien porque los rusos son hospitalarios, especialmente con los viajeros cansados que pasan horas en la carretera en sus alocados viajes. No estamos fanfarroneando: todas las personas que han hecho ciclismo en Rusia lo citan entre sus impresiones más destacadas. Aunque no seas ruso y no hables la lengua con fluidez, los lugareños intentarán ayudarte a reparar una bicicleta rota, a alimentarte o incluso a alojarte.

“La gente es generalmente amable, siempre ayuda”, comentó Kitáiev. “Limítate a sonreír y explicar tu situación”. Iván Mladenovic está de acuerdo: “Todos los que decidan montar en bicicleta en Rusia deberían dejar en casa sus miedos y estereotipos. Los rusos son maravillosos”.

Ya te hemos contado las aventuras de varias personas que se han lanzado sin complejos a la inmensidad de Rusia. Aquí te contamos el ejemplo de un argentino.

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