5 razones para ver el puente levadizo más impresionante de San Petersburgo

El Puente de la Trinidad durante la fiesta en San Peterburgo.

El Puente de la Trinidad durante la fiesta en San Peterburgo.

Legion Media
“Ver París y morir”, dicen los rusos cuando hablan de su sueño más dulce. Pero puede haber algo mejor: ver cómo se abren los puentes levadizos sobre el río Nevá y luego darse una vuelta por San Petersburgo. Uno de los símbolos más reconocidos de la ciudad, el Puente de la Trinidad (Troitski Most, en ruso), celebra su 120º aniversario.

1. Más de 200 años de la historia

El Puente de la Trinidad conecta la Plaza de Suvórov y el Muelle del Palacio con la Plaza de la Trinidad, no lejos de la Fortaleza de San Pedro y San Pablo.

Vistas al Puente de la Trinidad en San Petersburgo. Una postal antigua. Fuente: Legion MediaVistas al Puente de la Trinidad en San Petersburgo. Una postal antigua. Fuente: Legion Media

El primer puente de la ciudad se construyó cerca de este lugar en 1803. Originalmente era un puente de pontón temporal, por el que pasaba un coche de caballos que llevaba a la gente a los Jardines de Verano. Unas dos décadas más tarde se construyó el primer puente permanente, pero llevaba hasta la Plaza de Suvórov, que se encuentra a unos 100 metros al oeste de los Jardines de Verano. En 1903 el Puente de la Trinidad fue abierto al público.

2. Cambios de nombre

El puente levantado en 1803 se llamaba el Puente Voskresenski y después de la reconstrucción de 1827 fue rebautizado con el nombre de Suvórovski en honor al gran general ruso. En 1903 recibió el nombre de la Trinidad en honor a la cercana Catedral de la Trinidad construida en 1931.

Después de la Revolución de 1917, los soviéticos le cambiaron el nombre por el Puente de la Igualdad. En 1934, tras el asesinato del jefe del Partido Comunista de Leningrado, Serguéi Kírov, el puente recibió el nuevo nombre (el Puente de Kírov) en su honor y lo mantuvo hasta 1991, cuando se desintegró la URSS. Ese año lo rebautizaron como Puente de la Trinidad.

El Puente de la Trinidad durante la celebración de la festividad “Velas Escarlatas” en San Petersburgo. Fuente: Legion MediaEl Puente de la Trinidad durante la celebración de la festividad “Velas Escarlatas” en San Petersburgo. Fuente: Legion Media

3. Eiffel también estuvo aquí

A finales del siglo XIX las autoridades de la ciudad decidieron construir un gran puente y organizaron un concurso. Aunque el primer premio se lo llevó la compañía de Gustave Eiffel, los ingenieros fueron seleccionados de otra empresa francesa, Batignolles. Según el acuerdo, solo podían usar materiales rusos y contratar a trabajadores del país.

Los arquitectos de San Petersburgo también participaron activamente en la construcción y la Academia de Bellas Artes creó una comisión para supervisar las obras. Los diseñadores franceses prepararon elementos decorativos del estilo art nouveau, rejillas y farolas. El puente también estaba decorado con dos columnas rostrales.

La columna rostral del Puente de la Trinidad. Fuente: Legion MediaLa columna rostral del Puente de la Trinidad. Fuente: Legion Media

4. Nicolás II aprieta el botón

La construcción del Puente de la Trinidad comenzó el 12 de agosto de 1897 en presencia del emperador Nicolás II y el presidente francés Félix Faure. Justo un año antes, Nicolás II inauguró el Puente Alejandro III en París, que estaba dedicado a su padre.

La finalización de los trabajos de construcción se retrasó debido a problemas técnicos. Finalmente el puente se inauguró en 1903, coincidiendo con la celebración del 200º aniversario de San Petersburgo. Hay una foto del archivo que muestra al alcalde de la ciudad entregando al Emperador un botón. Luego el Emperador lo presionó para que el puente se levantase.

El alcalde de San Petersburgo P. Leliánov entrega al Nicolás II un dispositivo con un botón, el 16 de mayo del 1903. Fuente: Foto de archivoEl alcalde de San Petersburgo P. Leliánov entrega al Nicolás II un dispositivo con un botón, el 16 de mayo del 1903. Fuente: Foto de archivo

5. Masiva reconstrucción en la época soviética

En 1965 el puente fue cerrado para la reconstrucción. Los ingenieros soviéticos pasaron dos años modernizando y reconstruyendo el puente para acomodar la navegación de los barcos modernos. Se instaló un nuevo mecanismo de elevación y se cambió el sistema de dobles intervalos a uno único. El puente se volvió a abrir en 1967.

Por cierto, antes de 1965, cuando fue construido el puente de Alexander Nevski (de 905 metros de longitud), el Puente de la Trinidad (de 582 metros) se consideraba el más largo de la ciudad.

Vistas al Puente de la Trinidad en San Petersburgo. Fuente: Legion MediaVistas al Puente de la Trinidad en San Petersburgo. Fuente: Legion Media

La leyenda local dice que en algún momento en los años 1930 el gran aviador soviético, Valeri Chkálov, voló en su avión justo por debajo del Puente de la Trinidad. Nadie sabe cuándo exactamente ocurrió esto, pero la leyenda persiste, y especialmente la viuda de Chkálov insiste en que esto sucedió.

 

Elena Bobrova, guía de San Petersburgo, dice:

"Siempre recomiendo a los turistas ver la elevación del Puente de la Trinidad. Primero, porque cada visitante de San Petersburgo debe al menos una vez ver la elevación de los puentes. Además, este puente es tan elegante…Mientras hay multitud de gente alrededor del Puente del Palacio y la mayoría de otros puentes de la ciudad se abren por el medio, el Puente de la Trinidad se levanta justo delante de sus ojos, si usted se encuentra en el Muelle del Palacio. Otro lugar obligatorio para los turistas es la llama eterna en en el Campo de Marte (Mársovo Pole, en ruso)."

 

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