Las casas móviles de los nómadas siberianos

Alexandra Terekhina and Alexander Volkovitskiy, yamalexpedition.ru
Los nómadas siberianos solían viajar distancias de hasta 600 km anuales. Para poder desplazarse necesitaban una vivienda transportable, que fuera fácil de llevar en la taiga o en la tundra, que pudiera colocarse en pocas horas utilizando los materiales que hubiera a mano y que resistiera temperaturas entre -50ºC y +40ºC.

Los nómadas siberianos solían viajar distancias de hasta 600 km anuales. Para poder desplazarse necesitaban una vivienda transportable, que fuera fácil de llevar en la taiga o en la tundra, que pudiera colocarse en pocas horas utilizando los materiales que hubiera a mano y que resistiera temperaturas entre -50ºC y +40ºC.

Tras la colonización de Siberia por parte de los rusos, una parte de la población indígena comenzó a a tener una vida sedentaria y en la época soviética muchos de ellos se mudaron a diferentes ciudades. Sin embargo, entre los descendientes de los pastores esteparios y los cazadores de la taiga hay algunos que se han mantenido fieles al estilo de vida tradicional, y en Siberia hay todavía algunas casas tradicionales.

Yurta de nómadas en Altái. Fuente: RIA Novosti/Alexander KryazhevYurta de nómadas en Altái. Fuente: RIA Novosti/Alexander Kryazhev

El progreso tecnológico también ha tenido su impacto así que a veces los jakasios utilizan yurtas de tela con un tubo de acero. Este tipo de yurta se vende en las tiendas de turistas locales mientras que las hechas con materiales naturales se venden en tiendas especializadas.

Las supersticiones nómadas

En ocasiones los nómadas tenían que abandonar los campamentos abruptamente. Por ejemplo, los tuvanos tenían una superstición: si un perro o un carnero saltaba a una yurta con forma de cúpula era una muestra de mala suerte. Si esto ocurría el cabeza de familia tenía que disparar al perro o cortar la pierna del carnero, que había tocado el techo de la yurta, y luego sacrificarlo. La familia tenía que abandonar la yurta inmediatamente y buscar otro campamento, independientemente de la estación que fuese.

 

Cena familiar en una yurta. Fuente: RIA Novosti/Alexander KryazhevCena familiar en una yurta. Fuente: RIA Novosti/Alexander Kryazhev

Los nómadas siberianos hacían sus casas tradicionales (chums, yarangas y yurtas) de piel animal, madera, pelo y lana. El armazón siempre era de madera. Durante las estaciones cálidas se cubría con cortezas mientras que en invierno se utilizaba piel. Los esquimales aislaban sus yarangas con piel de foca mientras que el armazón se hacía con las costillas y los huesos de las mandíbulas de una ballena. Los tuvanos cubrían sus yurtas con fieltro y unían todo con cuerdas hechas con pelo de caballo.

Se podían tardar entre dos y seis horas en montar una yurta y una hora en desmantelarla. Pesaba entre 250 y 350 kg, de modo que durante los desplazamientos, todas las partes se distribuían en difrentes fardos que cargaban los animales.

Los nómodas transmitían las técnicas más valiosas de la construcción de casas de generación en generación. A mediados del siglo XIX los nganasa, los dolgan y los nénets tomaron el chum-trineo de los campesinos rusos y comenzaron a usarlo como vivienda de invierno. Un armazón portable cubierto con piel de reno y que se desplaza por un grupo de renos.

Un grupo de pastores de renos cerca de su yaranga. Fuente: RIA Novosti/V.LagrangeUn grupo de pastores de renos cerca de su yaranga. Fuente: RIA Novosti/V.Lagrange

Actualmente los tuvanos tozhu viven en chums. Los tozhus son pastores de renos nómadas que cambian de campamento cada mes. Apenas utilizan tiendas para instalarse ya que estas se mojan cuando hacen un campamento, pero la corteza árbol y el alerce son impermeables. Si se hace un buen fuego por dentro del chum se convierte en un espacio muy acogedor y seco.

En Jakasia, Tuvá y Chukotka los pueblos indígenas continúan pastoreando ganado, cazando y pescando de modo que se desplazan de un lugar a otro con sus animales. Los pastores de Tuvan y Jakasia solo utilizan yurtas en verano mientras que los de Chutoka utilizan yarangas durante todo el año. En invierno se instala una cubierta de pelo de reno en la yaranga. Sirve para preservar el calor y son tan eficaces que la gente está bastante cómoda incluso medio desnuda.

Dónde encontrar yurtas modernas

En Altái las yurtas son habitualmente atracciones turístias o restaurantes de verano. Solo se coloca una yurta con un interior tradicional para visitar durante el festival conocido como El Oyin.

 

Visitanto un nómada

Familia de pastores de renos en su yaranga. Fuente: RIA Novosti/Serguéi GunéievFamilia de pastores de renos en su yaranga. Fuente: RIA Novosti/Serguéi Gunéiev

Un chum, una yaranga y una yurta son muy similares en su interior. El fuego está en el medio. La habitación se divide en las secciones masculina y femenina. La parte femenina alberga los utensilios para cocinar mientras que la del hombre cuenta con armas, sillas de montar, bridas y lazos. La localización de la parte masculina y femenina varía según los pueblos. En un chum es habitual encontrar la parte femenina a la derecha, mientras que en una yurta suele estar a la derecha.

Las suaves pieles de reno cubren en suelo del chum y suelen ser el principal elemento de decoración. En la yaranga el toldo crea una cálida habitación con una especie de cúpula mientras que el resto es un espacio frío, utilizado para almacenar la ropa, la piel de reno y los barriles de pepinillos. En las yurtas las paredes están cubiertas de baldas para platos y comida, un altar y baúles. El suelo de arena se cumbre con pieles sin curtir. Cada miembro de la familia y los invitados tienen su lugar en la yurta, en el que no es posible colocarse sin pedir permiso.

¿Por qué tener una yurta en tu apartamento?

Durante la época soviética a los miembros de los pueblos indígenas se les hacía difícil habituarse a las ciudades así que continuaron viéndolo como un espacio natural como el que tenían en la estepa o la taiga. Por eso algunos tuvanos instalaban yurtas dentro de sus propios apartamentos.

 

Dos en uno: fabricando una yurta con una tienda de campaña

Chicas chukchi cerca de su chum. Fuente: RIA Novosti/Serguéi GunéievChicas chukchi cerca de su chum. Fuente: RIA Novosti/Serguéi Gunéiev

El avance tecnológico ha tenido su impacto sobre las moradas de los nómadas. Los jacasios utilizan ahora yurtas de tela con armazones de acero, que pueden comprarse en las tiendas de turistas. Al contrario que los pastores de renos de Chukotka, los pescadores, los cazadores y los pastores locales aprecian este híbrido de tienda de campaña y yurta. Los chukchis prefieren los materiales naturales. El polyester, el hule y la piel sintética se rompen con el tiempo helado, además no protege de las temperaturas extremas y pueden tener un olor acre.

Se pueden encargar yurtas de materiales naturales en algunas regiones de Rusia con pueblos indígenas así como en la parte europea de Rusia. El precio varía, desde los 615 dólares hasta los 3.200, dependiendo del tamaño.

Dónde visitar auténticas casas de nómadas siberianas

Para poder ver algunas auténticas casas siberianas no hay que viajar a 5.000-6.000 km de Moscú. En el parque Ethnomir y en la granja de camellos de Kochevnik hay yurtas y chums. En Krasnoyarsk y en Omsk también es posible familiarizarse con las ceremonias tradicionales de té de los nómadas en el café Tea Yurt. En las capitales de Jakasia y Tuvá, Abakán y Kizil, respectivamente, se pueden encontrar yurtas que son como museos.

 

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