En el paseo martítimo de Petrozavodsk (1.000 km al norte de Moscú) se tiene la sensación de que se está en otra época. Las velas se elevan al viento y la boca de pequeños cañones apunta hacia el lago y los turistas. En este lugar se encuentra un centro marítimo único, llamado “Odisea Polar” y que es el primer astillero de la antigua URSS en el que un grupo de amantes de la navegación llevan 30 años reproduciendo barcos de vela de los siglos XVII-XIX.
En 1978, el ingeniero Víktor Dmitriev de Petrozavodsk — capital de Carelia, situada en el noreste de Rusia — se hizo una barca de madera y realizó con varios amigos el trayecto hasta San Petersburgo. Tras contar con varios nombres el barco acabó llamándose “Odisea Polar”.
Al principio la navegación se realizaba por el Mar Blanco. La experiencia adquirida durante este viaje hizo que Dmitriev se interesara por la de sus predecesores, los pomori, que siglos antes también cubrían esa ruta. Esta etnia rusa vive a orillas del Mar Blanco y son descendientes de los antiguos habitantes de Nóvgorod y llegaron a Carelia hace unos mil años, donde aprendieron a construir barcos de madera.
Dmitriev había adquirido algo de experiencia surcando las intempestivas aguas septentrionales y quería hacerlo en un barco de madera, pero la antigua tradición de la construcción de los koch (así llaman a los barcos de madera) se había perdido.
Tras estudiar la cultura pomori durante años, en el astillero de Petrozavodsk se construyó en 1987 un nuevo koch llamado “Pomor”. Fue todo un hito ya que supuso la construcción del primer barco de vela privado en la URSS, que además se construyó también en un astillero también privado.
Poco a poco esta afición se fue convirtiendo en algo más serio. Se fundó el club marítimo “Odisea Polar” en Petrozavodsk con Dmitriev como presidente. En 1989 se construyeron tres barcos de madera más: “Vera” (Fe), “Nadezhda” (Esperanza) y “Liubov” (Amor). Comenzaron su peregrinación con un sacerdote ortodoxo a bordo y llegaron hasta Israel, lo que supuso cruzar el Telón de Acero. En 1991 en el koch “Pomor” llegó hasta EE UU.
Las dificultades no asustan a estos intrépidos navegantes y en 30 años se han construido más de 40 barcos de vela con madera. Hay copias exactas de barcos de Pedro I, del drakar de los vikingos noruegos, barcas cosacas y algunos para películas. El más conocido es, probablemente, “Santo Nicolás”, una copia exacta de la barca mercantil de los pomori. Desde la creación del “Santo Nicolás”, la celebración del día de la ciudad se conmemora con fantásticos paseos a bordo de este barco y se recuerda a Pedro I, fundador de Petrozavodsk.
“Odisea Polar” también es un centro educativo donde los jóvenes de Carelia adquieren habilidades para diferentes oficios relacionados con el trabajo de la madera y la navegación a vela. El encargado del centro es el hijo de Dmitriev. Víktor, a pesar de contar con más de 70 años, sigue teniendo numerosas ideas y está seguro de que a la construcción de barcos de madera en Rusia le aguarda un gran futuro.
Consulte aquí los precios de los barcos (en rublos)
El Sedov echa anclas en América Latina
El velero Sedov, construido en Alemania en 1921, el segundo más largo del mundo, pretende repetir la ruta que realizaron Adam Johann e Iván Kruzenshtern. El barco navegará por tres océanos y visitará 21 países.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: