Además de los lugares para turistas, la capital cultural de Rusia ofrece gran cantidad de lugares para disfrutar alejado de los turistas.
Ruslan Shamukov.Casi siempre hace mal tiempo en San Petersburgo. Si no nieva, llueve o hay un viento helador. No es fácil escoger la mejor temporada para ir. Aunque está claro que hay más posibilidades de disfrutar de los rayos de sol en julio y agosto.
Si se le pregunta a un residente local con quién identifican la ciudad es muy probable que la respuesta sea algo como: "Nuestra ciudad es Pedro el Grande, Pushkin y Dante, Mijaíl Boyarski, el club de fútbol Zenit y Putin".
Muchos de los habitantes locales prefieren volar a Moscú antes que tomar el tren o ir el automóvil.
Algunas pistas para viajeros:
• Hay muchas opciones para alojarse, desde el prestigioso y caro Grand Hotel Europa, situado en el centro, cerca de la estación de ferrocarril hasta pequeñas pensiones. Hay gran cantidad de opciones en y alrededor de la Nevski Prospekt.
• No es el mejor lugar para hacer compras. La selección de tiendas y marcas es muy similar a la de cualquier capital europea, pero no se pueden comparar los precios. Los residentes prefieren ir al vecino Helsinki a pasar el fin de semana para comprar objetos de decoración para la casa o ropa.
• Las noches blancas, cuando la noche entera es un ocaso perpetuo, duran aproximadamente desde finales de mayo hasta principios de julio. En este momento hay grandes posibilidades de diversión en la "noche" petersburguesa, que cuenta con un amplio programa cultural. A pesar de la cantidad de turistas, ¡es un gran momento para visitar la ciudad! Cuando pasees por las noche, asegúrate de mirar el horario en el que elevan los puentes para no perderte una fiesta en el otro lado del río.
• Tomar un taxi desde el aeropuerto al centro es una opción cómoda. El precio hasta el centro es de no más de 1.000 rublos (alrededor de 15 dólares). Un viaje en taxi dentro de la ciudad cuesta alrededor de 400 rublos (unos 6 dólares).
• El Literaturnoe Café en el 5 de la calle Maika es un lugar excelente para desayunar.
• El Restaurante Biblioteka, 20 Nevski Prospekt, tiene cinco pisos y cuenta con un patio interior. Es un lugar recomendable y muy querido por los locales.
• Para divertirse por la tarde, la Plaza Konyushennaya, es un buen lugar para empezar. Hay multitud de restaurantes de diferentes tipos, así como bares y clubes.
• A los petersburgueses les gusta el karaoke ZimaLeto. Tiene una magnífica veranda de verano, una clientela alegre y gente que baila y canta. No es un lugar barato pero la diversión está casi asegurada.
• Si el tiempo lo permite, merece la pena disfrutar de la vista panorámica de la catedral de Kazán. Hay que reservar una mesa por adelantado. El ventanal del restaurante Mansard también tiene una vista sobre la catedral de Isaac.
• Los viernes por la noche es posible ir a bailar salsa a la isla Vasilievski. No es necesario ir con pareja, lo más importante es ir con ganas.
• El autobús turístico, que para cerca de la catedral de Isaac o en la Plaza del Palacio, no es una mala opción para un rápido tour por la ciudad.
• Prepara tu viaje: compra billetes para el Teatro Mariinski y el Mijailovski con tiempo. Asómate por el bufet del Mijailovski, que pertenece a la mayor cadena de restaurantes de la ciudad, Ginza Project.
• En el número 36 de la calle Radishcheva se encuentra el Trappist, con una de las cartas de cerveza más amplias. Hay opciones de todo el mundo. El Brugge es otra buena alternativa.
• Paradise, en la Plaza Konyushennaya, es un bar de moda entre los petersburgueses. La cocina es exquisita y cuenta con buena música. No es extraño encontrarse con algún famoso.
• Si ya has ido a Peterhof y al Parque Pushkin, el mejor lugar para dar un paseo en verano quizá sea el parque de la isla Elaguin. Es posible alquilar equipamiento para hacer deporte, escuchar la orquesta de viento que toca durante casi todo el año o simplemente descansar en la verde hierba.
• No dejes de visitar el Museo Ruso, un lugar que cuenta con grandes cuadros y muy visitado por los locales. El mayor museo no estatal de arte moderno en Rusia se llama Erata, que cuenta también con una amplia colección de proyectos de autor.
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