1. Viajar al Polo Norte desde Múrmansk
Fuente: Lori / Legion Media
Moscú y San Petersburgo pueden parecer frías, pero no son nada en comparación con la Tierra de Francisco José, un distante archipiélago en el océano Ártico. La Tierra de Francisco José fue en tiempos el punto donde se embarcaban los exploradores del Polo Norte y donde muchos de esos espíritus valientes encontraron su fin. Hoy en día, es el puerto donde hacen escala los barcos rusos que viajan al Polo.
Muchas de las naves que se dirigen al Polo Norte parten de Múrmansk, la ciudad ártica más grande del mundo y uno de los mejores lugares en Rusia para contemplar la aurora boreal. Quark Expeditions organiza expediciones de 14 días (25.000 dólares) en un rompehielos desde Múrmarsk hasta el Polo Norte. Por el camino verás osos polares y pájaros árticos, harás excursiones por la Tierra de Francisco José y montarás en globo aerostático sobre el Polo Norte. Los tours deben reservarse con bastante antelación.
2. Autoestop
Fuente: PhotoXpress
En 2008, Mckenzie Funk recorrió Rusia en autoestop, desde Vladivostok a Moscú, con el fin de escribir un artículo para National Geographic.
El autoestop tiene mala reputación, pero es uno de los mejores modos de ver un país. En lugar de contemplar cómo el paisaje se aleja flotando a través de una ventanilla de tren, el autoestop permite que los viajeros conozcan a nativos, que pueden enseñarles sobre el lugar en cuestión mucho más de lo que se aprende en un tour guiado.
Si estás pensando en hacer autoestop, consigue un buen mapa de carreteras y utiliza el sentido común. Recuerda, si cuando un conductor para te da una mala impresión, no tienes por qué subirte a su coche.
Varios clubes de autoestop en Rusia celebran reuniones didácticas sobre este tipo de viajes. El club The Academy of Free Travel, de Moscú, ha patrocinado viajes en autoestop por Rusia, África y Oriente Próximo.
3. Tras las huellas de los tigres salvajes
Fuente: Lori / Legion Media
En 1902 el explorador ruso Vladímir Arséniev trazó los mapas de la parte septentrional de la región de Vladivostok, en el Lejano Este de Rusia junto con Dersu Uzala, un cazador nativo. Durante sus caminatas, Arséniev avistó frecuentemente tigres siberianos y escribió sobre ellos en sus memorias.
En la actualidad, solo quedan unos 350-400 ejemplares en libertad, principalmente en las montañas que un día recorrió Arséniev. La Wildlife Conservation Society ha liderado campañas contra la caza furtiva y ahora la población de tigre muestra signos de recuperación.
Atrás han quedado los días en los que Arseniev triscaba por bosques llenos de tigres, pero Responsible Travel organiza un Safari de tigres (4.000 dólares) donde los viajeros emprenden caminatas por la taiga con guías locales y buscan tigres salvajes. Durante el tour también existe la oportunidad de ver osos, ciervos o incluso el leopardo de Amur, el felino en mayor peligro de extinción del mundo.
4. Ciclismo sobre hielo a través del lago Baikal
Fuente: Lori / Legion Media
El lago Baikal, en Siberia, es el lago más grande, más profundo y más antiguo del mundo. El Baikal es un lugar excelente para tumbarse en la playa en verano, pero los aventureros de verdad lo visitan durante el invierno. En 2010 un equipo EE UU y Venezuela completó la primera circumnavegación invernal alrededor del Baikal en bicicleta, pedaleando alrededor del lago durante 36 días. Los fuertes vientos mantienen al Baikal libre de nieve y crean las condiciones ideales para el ciclismo invernal, en bicis con neumáticos especiales.
La agencia Baikal Adventure, con base en Irkutsk, organiza en invierno viajes de cuatro días en bicicleta por la costa occidental del Baikal, con acampadas durante el camino. Los ciclistas también pueden alquilar bicis a Jack Sheremetoff, propietario del Baikaler hostel, en Irkutsk. Jack emprende un tour de invierno cada año en marzo e invita a los viajeros a unirse de manera gratuita, siempre que traigan su propio equipo. Para más información, se puede escribir a info@baikaler.com.
5. Conducir por la “Carretera de huesos”
Fuente: alamy / legion media
Atravesar la autovía federal M-56 en el Lejano Este de Rusia es una de las últimas grandes aventuras del mundo. Conocida como “Carretera de huesos” por los miles de prisioneros del gulag que murieron durante su construcción, este camino de tierra empieza en Yakutsk, una de las ciudades más frías del mundo, y recorre 2.000 kilómetros de taiga y permafrost hasta la ciudad de Magadán, en el Pacífico.
Los actores británicos Ewan McGregor y Charley Boorman trataron de cruzar la M-56 en su Vuelta al mundo en moto 2004, pero las crecidas de los ríos y la ausencia de puentes pusieron fin a su aventura. Los camioneros hacen el viaje en invierno, cuando el permafrost se solidifica y los ríos se congelan.
DVS-Tour, en Magadán, organiza viajes por la “Carretera de huesos” o ayuda a aventureros de todo el mundo a llevar sus coches o motos de vuelta a los EE UU. En Yakutsk, también Nord Stream ofrece excursiones por la M-56 (3.500-4.000 dólares, 6-8 días).
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