El cosmonauta ruso Yuri Gagarin tenía dos tipos de remuneración: el salario “terrestre” que recibía como piloto militar y el salario “espacial”. Este último solo lo recibió una vez por aquellas horas que pasó en órbita. Además, aquel vuelo le fue compensado con “regalos”. Gagarin recibió un piso, un coche “Volga”, ropa, alfombras y muchas más cosas. La primera mujer que viajó al espacio, Valentina Tereshkova, también recibió un piso de parte del Estado. Aparte de esto, le regalaron vestidos, bolsos, medias, zapatos y otros accesorios.
Cosmonauta Mijaíl Kornienko. Fuente: Roscosmos
La tradición de pagar dos salarios por el trabajo realizado en la tierra y en el espacio se sigue manteniendo hasta ahora. Los cosmonautas rusos habitualmente son pilotos de prueba de aviones civiles y militares. Por su trabajo en la Tierra el Estado les paga entre 1.500 y 2.500 dólares. Además, tienen pagas extra por antigüedad, por la cantidad de condecoraciones concedidas y por el número de vuelos de prueba. Estas pagas constituyen entre un 40% y un 140% de su sueldo mensual. La estancia en el espacio se paga aparte y se estima en unos 25.000 dólares mensuales.
En comparación, los astronautas de la NASA ganan entre 66.000 y 155.000 dólares por el trabajo realizado en la Tierra. La cantidad depende de la cualificación de cada uno. El nivel del salario en órbita es más alto, pero la diferencia entre ambos salarios no es tan grande como en el caso de los cosmonautas rusos. El salario de los astronautas de la NASA en el espacio puede llegar a 170.000 dólares.
Fuente: Reuters
Los criterios más importantes a la hora de elegir a los cosmonautas son su compatibilidad psicológica y altura. Habitualmente se elige a cosmonautas bajitos. Cuanto más bajo es el cosmonauta, menos pesa y, por lo tanto, gasta menos combustible.
La preparación para el vuelo a la órbita lleva muy poco tiempo. En general, a los cosmonautas se les elige entre los pilotos de prueba. Estos siempre deben estar físicamente en forma: cuando prueban un nuevo avión militar, realizan ejercicios de alto pilotaje o se eyectan de un avión, someten su cuerpo a una sobrecarga física.
Fuente: Roscosmos
“Creo que en unos meses se puede preparar a una persona para el vuelo. Esto depende también del papel que va a hacer dentro del equipo y de las investigaciones se van a realizar en el espacio”, cuenta a RBTH el legendario cosmonauta ruso, Musa Manárov.
Fuente: RIA Novosti
Los cosmonautas rusos no siguen dietas preparatorias ni “orbitales”. Sin embargo, el tema de la alimentación en el espacio se toma muy en serio. Antes de enviar a una persona al espacio, los empleados del Centro de vuelos y los médicos averiguan sus preferencias alimentarias, preparan un menú equilibrado y después mandan este menú a los cocineros.
El Centro espacial ruso cuenta con una fábrica que se dedica exclusivamente a preparar comida para los cosmonautas. El menú es muy variado: del borsch tradicional hasta la barbacoa y los dulces. Hay platos obligatorios que el cosmonauta debe comer para que a su organismo no le falten las vitaminas ni minerales.
Fuente: Oleg Artemyev/Roscosmos
En órbita terrestre, las puestas del sol y el amanecer se producen cada hora y media- es decir, en 24 horas los cosmonautas amanecen 16 veces. Por eso los cosmonautas siguen la hora de la Tierra, en caso contrario, su reloj biológico podría empezar a fallar y los cosmonautas padecerían insomnios. Si hay algo, por cierto, que realmente alegra a los cosmonautas es la peculiaridad de la ingravidez que impide que uno ronque en el espacio.
Cosmonauta Pável Vinográdov. Fuente: RIA-Novosti
Hay muy pocos cosmonautas que hayan viajado a la órbita terrestre varias veces. La mayoría lo ha hecho solo una o dos. Muchos pilotos de prueba suben al espacio para cumplir una misión científica y técnica en concreto.
La edad “laboral” de los cosmonautas varía entre 32 y 38 años. Esta edad se considera ideal, pero hay muchos casos en que los cosmonautas han viajado al espacio a una edad más avanzada. En 2013 Pável Vinográdov celebró su 60º aniversario en el espacio. El norteamericano John Glenn realizó su último viaje al espacio a la edad de 77 años.
El tiempo que los cosmonautas pasan en la órbita también es una cuestión técnica: el ruso Valeri Poliakov, que pasó 438 días en la estación “Mir”, batió el récord mundial.
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