La niña que vio a Gagarin por primera vez

Recuerdos del primer viaje espacial.

Recuerdos del primer viaje espacial.

Alexander Mokletsov/RIA Novosti
La mañana del 12 de abril de 1961, un cohete llevó la nave Vostok hasta el espacio. Yuri Gagarin se convertía en el primer cosmonauta de la historia. ¿Cómo recuerdan aquel histórico suceso los que lo vivieron?

Anatoli Solodujin trabajaba en el cosmódromo de Baikonur

"Tanto para mí como para mis colegas, el 12 de abril de 1961 y los eventos relacionados con todo ello, son los recuerdos más intensos de nuestras vidas", escribe.

"Estábamos helados por las altas expectativas y con mucha tensión. Podíamos oír el zumbido de los equipos en el suelo. Las luces multicolores se encendían y apagaban en las pantallas. Estábamos a punto de un ataque de nervios. Entonces el comandante Kirillov comenzó a dar órdenes.

'¡Botón de inicio!'

Entonces el operador del panel central de control de cohetes, Chekunov, giró el botón y encendió el lanzador de cohetes automático. Después se oyó una breve orden: '¡Lanzamiento! ¡Despegue!'

"Ya hemos despegado", grita Chekunov a las 9:07 horas de Moscú.

Caen los agarres de la instalación. El búnker tiembla por la fuerza de los motores y el ruido es ensordecedor.

'Po-yé-ja-liiii!', (Vamos), podíamos oír la voz de Gagarin a través de los altavoces.

Cuando salimos del búnker nuestras caras se enfrentaron a la luminosidad del sol de abril y nuestros oídos se llenaban del ensordecedor estruendo del cohete que llevaba al primer hombre al espacio. El cohete ascendía lentamente. Luego aceleró. Es así como el 12 de abril de 1961, nuestro planera vio el amanecer de la era espacial.

Estábamos encantados, mirábamos hacia arriba y seguíamos con nuestra mirada cómo Gagarin desaparecía en el cielo. Todo el mundo tenía lágrimas en los ojos, eran de alegría".

"Vi un monstruo naranja"

TASSTASS

Rumia Nursakova, una niña de cinco años, y su abuela fueron las primeras personas en encontrarse con Yuri Gagarin después de que aterrizase en Engels. Vivían en el pueblo y ese día estaban plantando patatas.

"Me retorcía para mirar hacia arriba. Vi dos puntos rojos, pero mi abuela regañó y me dijo que continuara plantando patatas. Después vi un montón de cuerdas en el suelo de donde surgió un monstruo naranja que venía hacia nosotras.

Le dije a mi abuela: 'No querías mirar al cielo y ahora viene hacia aquí'. Cuando lo vio, agarró mi mano y comenzó a rezar. Yo, obviamente, tenía miedo y la abracé.

Después nos dimos la vuelta y corrimos hacia el lugar donde había aterrizado, cerca de nuestra casa. En ese momento gritó: 'Madre, espera. Soy ruso'. Mi abuela se paró y él vino hacia nosotras. Ella le ayudó a quitarse el caso y se podía ver su cara, estaba sonriendo.

Mi abuela le preguntó: '¿De dónde eres, quién eres?' No sabíamos nada sobre el vuelo. En casa no teníamos ni radio ni luz. Nos dijo que de la nave. Mi abuela estaba muy sorprendida y preguntó dónde estaba la nave, ya que no había nada de agua alrededor. 'Yo, del cielo', respondió el cosmonauta.

Entonces me quedé detrás guardando las patatas porque un ternero había corrido hasta el cubo y había empezado a comérselas. En ese momento las patatas eran más importante que Gagarin. En ese momento mi abuela fue a mirar la nave. Tenía mucho miedo y empecé a llorar".

"Era como el 9 de mayo"

Yuri Gagarin y Valentina Tereshkova. TASSYuri Gagarin y Valentina Tereshkova. TASS

Alexander Rakitski fue ingeniero de construcción. En 1961 iba a la escuela el Leningrado. Para él, el vuelo de Gagarin es uno de los "grandes recuerdos del pueblo ruso".

"12 de abril de 1961. La escuela nº 216 de Leningrado, en la avenida Vladímir. Éramos alumnos de primer curso y estábamos en la tercera clase. La profesora, Tatiana Ivánova, estaba diciendo algo mientras no parábamos quietos en nuestros pupitres. Un chico estaba poniendo caras, haciendo el tonto, como siempre. Nos empezamos a reír y echaron al chico de clase.

De repente, cinco o seis minutos después entró volando a clase, gritanado que el cosmonauta había aterrizado. Lo volvieron a echar de clase. Pocos minutos después llegó el director de la escuela y nos dijo que la URSS había enviado al espacio al primer cosmonauta de la historia, Yuri Gagarin, y que ese día se suspendían las clases.

Fuimos a la avenida Vladímir y de allí a Nevski. El lugar estaba como la manifestación del 1 de mayo. Alegría y la gente cantando y bailando. Mi padre me dijo que era como la tarde del 9 de mayo de 1945 (el día de la Victoria en la Segunda Guerra Mundial).

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