El término ‘coche deportivo soviético’ se escucha raramente, pero es bastante aplicable al extraño coupé ‘Sport-900’, que llegó a producirse en pequeños lotes de 1963 a 1969 en la Fábrica de Carrocerías de Moscú, hoy conocida como Fábrica Moscovita de Automóviles Especializados.
Como explican en Quto, el segundo nombre de la máquina era la abreviatura KD, detrás de la cual se encontraba el director de la empresa Kuzmá Durnov, que ayudó en todo lo posible a la realización del proyecto.
El desarrollo del coche se llevó a lo largo de la década de 1960, y se construyeron 6 prototipos (con pequeñas diferencias entre ellos. Así, los últimos coches tenían una disposición Coupe 2 + 2, con los asientos traseros muy pequeños e incómodos. El KD-900 resultó ser bastante en el estilo de los análogos occidentales de la época como el Volkswagen Karmann Ghia o el Renault Caravelle (Florida).
El coche tenía una carrocería de fibra de vidrio. Bajo el capó, un motor de cuatro cilindros ligeramente mejorado con un desplazamiento de 887 cm³ y 23 CV, más tarde aumentó a 27 CV colocado en la parte trasera. El peso del coche era de sólo 500 kg, bastante bajo para un coche de 3,7 m de longitud, que permitía una velocidad máxima de 120 km/h. El gran tamaño del motor Zaporozhets en altura obligó a los diseñadores a dar a la carrocería una pronunciada forma de cuña, con el morro bajo y la parte trasera alta, lo que también resultaba ventajoso desde el punto de vista aerodinámico, ya que reducía la resistencia al aire y disminuía la deriva con viento cruzado. Debido a las limitadas posibilidades, el interior estaba acabado de forma espartana.
A pesar de las cualidades del Sport-900, no despertó el interés ni la aprobación de las autoridades soviéticas.
Los 6 prototipos fabricados pasaron a manos de propietarios privados sufriendo distintos destinos.
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