Un autogiro (del griego autos - auto y gyros - redondo, rotación) es una nave más pesada que el aire cuya sustentación es generada por una hélice de carga que gira libremente bajo la acción de una corriente de aire entrante que fluye a través del disco de la hélice de carga, mientras que el empuje es generado por el sistema de propulsión. De este modo, se reducen las velocidades de despegue y aterrizaje, la aceleración y la sobrecarga.
El autogiro fue inventado en 1920 por el ingeniero español Juan de la Cierva. En los primeros ejemplos tuvo que superar muchas dificultades y fracasos. No fue hasta 1928 cuando consiguió un éxito tangible. En los años siguientes, se inició la construcción de autogiros en varios países, los primeros de los cuales eran copias de las máquinas de Cierva.
En los tipos de autogiro originales, la hélice principal se accionaba manualmente antes del despegue mediante un giro o desde una hélice de arrastre, y el número de revoluciones aumentaba durante el rodaje y el despegue. Posteriormente, se instalaron accionamientos especiales en el rotor principal del motor del autogiro.
En la URSS, el primer autogiro KASKR-1 fue construido en 1929 por los ingenieros N.I Kamov y N.K Skrzhinski. Después, durante esa década se crearon 15 tipos y modificaciones de autogiros, que fueron construidos en su mayoría en TsAGI por los mismos ingenieros que trabajaban en los helicópteros.
El autogiro KASKR-1
Con empuje de una hélice de tiro y una componente horizontal de empuje del rotor principal, recibía un movimiento de avance y pasa a un modo de ganancia de altitud.
El KASKR-1 "Ingeniero Rojo" apareció en el otoño de 1929. Externamente era similar al primer Cierva C-8 Mk-III. Utilizó el fuselaje del avión U-1 con aletas de cola. Se utilizó un motor M-2 de 120 CV. La hélice principal, que giraba libremente, estaba montada en una pirámide de cuatro lados. Las palas de la hélice tenían juntas verticales y horizontales y estaban conectadas entre sí por cables con pesos para amortiguar las vibraciones en el plano de rotación. No tenían topes en la parte inferior y se sostenían horizontalmente en reposo sobre suspensiones con amortiguación de cuerda de goma en la parte superior.
Según describe la web Aviastaer.org con este primer autogiro de la URSS, sus autores tuvieron que enfrentarse a muchas dificultades y sorpresas y a costa de muchos esfuerzos, éxitos y fracasos para ganar experiencia.
Durante la primera puesta en marcha del motor, el rotor comenzó a acelerar (como estaba previsto), pero al alcanzar cierta velocidad la trayectoria de las palas cambió repentinamente y la aleta de cola sufrió graves daños. El rotor también. Después de esta experiencia, todos los siguientes autogiros soviéticos tenían aletas de cola bajas pero largas.
Cuando el KASKR-1 fue reparado y comenzaron las pruebas de rodaje, el autogiro ligero sufrió las fuerzas de reacción del rotor. La tendencia a girar sobre el lado de babor se compensaba con 8 kg de peso bajo el ala de estribor. El equipo tardó en aprender a compensar la resistencia asimétrica del rotor.
Tras algunos fallos (y reparaciones), llegó el momento de realizar el primer despegue. Se realizaron tres vuelos entre 15 y 20 metros de altitud.
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