La operación Anádir es el nombre en código de una operación secreta del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas soviéticas para desplegar de forma encubierta unidades de combate del ejército armadas con armas atómicas (incluidas bombas atómicas aéreas), misiles balísticos de medio alcance (Luna), misiles tácticos Sopka y misiles de crucero de primera línea con cabezas nucleares, en Cuba en 1962.
Se sabe que siete submarinos de ataque de la Armada de la URSS, armados con misiles y torpedos con cabezas nucleares, garantizaron la seguridad del transporte marítimo de tropas y suministros militares soviéticos en el Atlántico. La operación fue diseñada por el mariscal Iván Bagramián, el coronel general Semión Ivanov y el teniente general Anatoli Gribkov. Se realizó en respuesta a un intento de intervención militar en Cuba por parte de EE UU, y provocó el enfrentamiento político, diplomático y militar más fuerte entre la URSS y EE UU que se conoce como la crisis de los misiles de Cuba.
“La operación Anádir es una operación de desembarco única. Tal vez, incluso, a destajo. Una enorme cantidad de personas y equipos militares fue trasladada silenciosamente a otra parte del planeta. Lo más impotante eran los misiles. EE UU se dio cuenta de lo ocurrido cuando la agrupación ya estaba en Cuba. Sí, entonces retiramos los misiles. Pero la condición para iniciar la operación fue la retirada de los misiles estadounidenses PGM-19 Júpiter de Turquía. EE UU retiró los misiles y sigue sin desplegar nada parecido en Turquía. Esa es la lección”, recordó Alexéi Begunov, capitán de primera clase retirado y antiguo asesor militar en Cuba, en una conversación con Gazeta.ru.
Como resultado de la Operación Anádir, la 51ª división de misiles armada con lanzamisiles R-12 y R-14 fue trasladada a Cuba. Los primeros podían alcanzar hasta un tercio del territorio estadounidense, incluyendo Filadelfia, el alcance de los segundos era más largo aún: podrían potencialmente golpear todo el territorio de EE UU y parte de Canadá. La cobertura de los misiles y las unidades técnicas era responsabilidad de una gran fuerza terrestre.
Tras la resolución de la Crisis de los Misiles de Cuba, se retiraron de Cuba los misiles con armamento nuclear y parte del personal militar. Algunas armas fueron entregadas al ejército cubano. Entre ellas, había más de 100 tanques, equipos de defensa aérea y naval. Se contrataron asesores militares soviéticos para entrenar a los cubanos.
El contingente militar soviético total, que incluía unidades de las fuerzas de misiles, terrestres, aéreas y navales, ascendía a más de 50.000 hombres en 1962.
“Se realizaron regularmente ejercicios militares de diferentes niveles con los homólogos cubanos. El Ejército de Cuba y las unidades de la Defensa Nacional se hicieron notablemente más fuertes, incluso a expensas de nuestro equipo militar. Los soldados soviéticos también ayudaron a los cubanos durante las tormentas e inundaciones; muchos de nuestros soldados enterrados en el monumento de El Chico, cerca de La Habana, murieron en 1963, salvando a los civiles de los elementos”, declaró a Gazeta.ru el general de división retirado Mijaíl Makaruk, antiguo agregado militar de la embajada soviética en Cuba.
Posteriormente, a partir de 1963, comenzaron a reducir y retirar de forma planificada las tropas soviéticas, y solo unos 11.000 militares permanecieron en Cuba. En 1979 se decidió crear el 12º centro de formación sobre la base de la agrupación, que dejó de existir en 1993. Al mismo tiempo, los propios cubanos estaban en contra de los recortes.
“La decisión de convertir la agrupación en un centro de formación no fue fácil, principalmente por razones políticas, - recuerda el general Mijaíl Makaruk. - La parte cubana no fue informada inicialmente. La Habana oficial se opuso categóricamente. Nuestro embajador de entonces, Vitali Vorotnikov, tuvo que esforzarse para conseguir que los cubanos lo aceptaran”.
Los asesores militares soviéticos entrenaron a los soldados y oficiales cubanos para las operaciones en África, entre otras cosas. “En 1975, Cuba envió 25.000 militares a Angola. Todos fueron entrenados en nuestro centro antes de ser enviados”, dijo el capitán de primer rango Alexéi Begunov.
Cómo la URSS espiaba a EE UU desde Cuba
Casi inmediatamente después de la llegada de las tropas soviéticas a Cuba, comenzó la construcción del Centro Radioelectrónico (REC, por sus siglas en ruso) en Lourdes. Entró en servicio en 1967 y funcionó hasta 2002.
Según Gazeta.ru, no era una estación independiente, sino una conexión permanente de las Fuerzas Armadas de la URSS y luego de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa, y siempre estaba en alerta máxima.
“La tecnología ha cambiado mucho ahora, ha mejorado. Pero en los años 70 y 80, la proximidad a EE UU permitió recibir una gran cantidad de información. Era posible interceptar los mensajes de los satélites e interferirlos si se deseaba. La base de la NASA y la Fuerza Espacial estadounidense en Cabo Cañaveral se encontraba a menos de 1.000 km. Para el REC, esta base era un ‘libro abierto’, veían todo lo que había que ver”, dijo Borís Majánkov, coronel retirado y antiguo asesor militar en Cuba.
Los veteranos que sirvieron en Cuba señalan que la presencia militar en la isla proporcionó al ejército soviético una experiencia única.
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