Rusia y EE UU mantienen una paridad cuantitativa en materia de armas estratégicas, a pesar de tener estructuras diferentes. Sin embargo, los dirigentes estadounidenses están muy preocupados porque van por detrás de Rusia en el campo de los sistemas avanzados de defensa antimisiles. Esto es así porque han subestimado el potencial militar ruso y han gastado demasiado en conflictos armados (principalmente en Afganistán e Irak), que consumieron unos 100.000 millones de dólares anuales. Tras la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán y la importante reducción en Irak, la situación está empezando a cambiar. En el presupuesto de defensa de Estados Unidos para 2022 se destinarán importantes fondos al desarrollo de nuevas armas, incluidas las estratégicas.
Nuevos desarrollos de Rusia
Los ingenieros rusos han creado el sistema de misiles estratégicos RS-28 Sarmat. Este lanzador de misiles estacionario basado en un silo con un misil balístico intercontinental pesado de combustible líquido sustituirá al sistema de misiles Voevoda de la era soviética, que todavía está en servicio en las Fuerzas de Misiles Estratégicos (SMF) del país.
Una de las principales características del Sarmat es su capacidad para atacar el territorio enemigo a lo largo de una trayectoria suborbital a través del Polo Sur. Si, por ejemplo, EE UU fuera el objetivo, esto permitiría un ataque desde el Golfo de México, donde los estadounidenses no tienen desplegados sistemas de defensa antimisiles. Hay que tener en cuenta que las primeras unidades de producción del sistema Sarmat entrarán en servicio en 2022 en la división de misiles estratégicos, situada en la ciudad de Uzhur, en el territorio de Krasnoyarsk. Esto descartará de forma efectiva cualquier intento de interceptación por parte de EE UU durante la fase de vuelo activo más vulnerable del misil intercontinental.
Por su parte, el arma crucial para las Fuerzas Nucleares Estratégicas de Rusia que tienen base en el mar es el sistema multipropósito oceánico Poseidón, que se basa en vehículos submarinos sin tripulación de propulsión nuclear. Su capacidad prácticamente ilimitada de permanecer bajo el agua permite a estos vehículos destruir portaviones y grupos de ataque naval enemigos en cualquier dirección, así como atacar instalaciones de infraestructura costera a distancia intercontinental. Armados con una ojiva termonuclear, son capaces de alcanzar una velocidad de 200 km/h. En la actualidad, los vehículos de este tipo son transportados por el submarino nuclear de uso especial K-329 Belgorod.
Por su parte, las Fuerzas de Misiles Estratégicos aéreas están desarrollando el misil de crucero sigiloso Burevestnik, de bajo vuelo y con una autonomía casi ilimitada. También estará equipado con una ojiva termonuclear. Y aunque su velocidad es subsónica, el misil de crucero será capaz de evadir la interceptación de los sistemas enemigos de última generación, tanto de defensa de misiles como de defensa aérea.
Estos desarrollos rusos no tienen equivalentes en ningún lugar del mundo. De ahí que el Pentágono y la Casa Blanca hayan sido objeto de duras críticas a nivel interno. Sin embargo, EE UU no podrá corregir rápidamente este desequilibrio en las fuerzas nucleares con Rusia, ya que la construcción de estos sistemas requiere no sólo importantes recursos financieros, sino también tiempo.
Paridad cuantitativa
Una comparación del estado actual de las fuerzas nucleares estratégicas rusas y estadounidenses muestra que, en general, se mantiene la paridad cuantitativa, como se refleja en el tratado New START ampliado, firmado en 2010 en Praga.
Sin embargo, Washington apuesta principalmente por el componente naval de sus Fuerzas de Misiles Estratégicos, teniendo una superioridad significativa en el número de submarinos estratégicos de propulsión nuclear portadores de misiles (SSBN) y de misiles balísticos lanzados desde submarinos (SLBM) instalados en ellos. En concreto, el SSBN de clase Ohio lleva 24 SLBM a bordo, mientras que el SSBN ruso de clase Boréi está equipado con 16. Moscú, por su parte, depende de sus SMF, ya que cuenta con sistemas de misiles terrestres tanto fijos (basados en silos) como móviles. EE UU carece de estos últimos.
Rusia ha acusado a EE UU de sobrepasar el límite máximo del tratado en cuanto a vectores estratégicos desplegados y no desplegados. El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso cree que, en mayo de 2021, este exceso ascendía a 56 lanzadores de SLBM Trident-II y 41 bombarderos pesados B-52N. Estados Unidos afirma que estas armas no son aptas para el combate.
Según datos oficiales, Rusia tiene 768 lanzadores de ICBM y SLBM desplegados y no desplegados y bombarderos pesados (estratégicos). Mientras que EE UU cuenta con 800 (el límite máximo). Sin embargo, la cifra de EE UU no tiene en cuenta las armas anteriores, lo que sugiere que los estadounidenses pueden haber superado el límite máximo de 101 vectores estratégicos. Mientras tanto, las partes están cumpliendo sus obligaciones en cuanto a los portaviones desplegados: Rusia tiene 517, EE UU 651 (el tratado establece un límite de 700).
Se están cumpliendo los términos del tratado respecto a las ojivas nucleares en los ICBM y SLBM desplegados (Rusia 1.456, EE UU 1.357). El tratado pone un límite a cada país de 1.550 ojivas estratégicas desplegadas y atribuye una ojiva desplegada por bombardero pesado desplegado, independientemente del número de ojivas que lleve cada bombardero.
Vladímir Evséiev es el director del Departamento de Integración Euroasiática y de Desarrollo de la Organización de Cooperación de Shangái en el Instituto CIS.
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