Sus extraordinarias capacidades de combate y su asombrosa durabilidad han hecho que el caza soviético MiG-21 sea uno de los mejores aviones del siglo pasado de su clase. También es el caza supersónico más grande de la historia, escribe 19FortyFive.
En la aviación de combate, donde la tecnología avanza más rápidamente y un avión de primera clase puede quedar obsoleto en cuestión de meses, el fenómeno del MiG-21 parece especialmente sorprendente. Entró en servicio en 1959, todavía se produce hoy en día y está en servicio en más de una docena de países, recuerda Rossíiskaia Gazeta.
Este avión ha combatido en Oriente Medio, África y el Sudeste Asiático. Los MiG tuvieron un éxito especial en la Fuerza Aérea de la India durante las guerras con Pakistán, donde los cazas indios derribaron gran cantidad de aviones pakistaníes y se utilizaron en operaciones de asalto. El MiG-21 también se distinguió en la guerra entre Irán e Irak.
Este caza había marcado los estándares para los aviones de combate que siguen actuales hasta el día de hoy: velocidad de más de dos Mach, buena maniobrabilidad y capacidad de utilizar misiles guiados aire-aire (por cierto, el MiG-21 fue anterior a ellos). Las primeras versiones del avión no tenían radar ya que en los años 50 este dispositivo no era fiable y la Fuerza Aérea Soviética prefería dirigir los cazas desde tierra. Los aviones modernos, por supuesto, tienen una electrónica potente, pero en general vuelan y maniobran más o menos igual que el famoso “balalaika”. Así es como los pilotos apodaron este avión por la forma característica de su ala triangular.
La enorme popularidad de los MiG en el extranjero se debe a que sus creadores comprenden las necesidades de las fuerzas aéreas de terceros países. Muchos de ellos quieren tener un avión barato, rápido y fácil de mantener, que pueda patrullar el cielo, derribar a los intrusos y, si es necesario, lanzar algunas bombas sobre el terreno. El MiG-21 cumple perfectamente con estos requisitos.
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