Cómo era el primer submarino nuclear soviético

El submarino Leninski Komsomol

El submarino Leninski Komsomol

Dominio público
Este monstruo submarino se botó en 1955 y fue el primero en romper pedazos de hielo del Ártico de 2,5 metros.

La Guerra Fría comenzó justo después del final de la Segunda Guerra Mundial y dividió el mundo en dos bloques opuestos. Cada una de las superpotencias luchaba por crear las armas más potentes de la historia para, en caso de guerra real, poder eliminar a su enemigo de la faz de la tierra.

A veces los rusos eran los primeros en conseguir algo y otras, los estadounidenses. Vamos a presentar un caso en el que los soviéticos tuvieron que ir a la zaga de EE UU.

Por qué la Unión Soviética decidió crear su propio submarino nuclear

En 1945 EE UU demostró abiertamente al mundo entero el poder destructivo de las nuevas armas nucleares. Sin embargo, el lanzamiento de bombas nucleares por vía aérea (como ocurrió durante el bombardeo de Japón) conllevaba mucho riesgo.

De modo que la única forma de lanzar armas nucleares en ese momento era un submarino, que podía acercarse secreta e imperceptiblemente a la costa del enemigo y asestar un golpe decisivo.

El primer submarino nuclear estadounidense se creó en una atmósfera de extremo secreto. La decisión de construirlo se tomó en 1951, y el 14 de junio de 1952 tuvo lugar la puesta en marcha de esta embarcación, que recibió el nombre de Nautilus. Al mismo tiempo, la URSS, se trataba de “poner al día”.

En su diseño, el sumergible soviético era muy diferente del Nautilus. En el submarino norteamericano se repetían casi por completo los contornos exteriores del casco de los submarinos diesel-eléctricos convencionales, la principal diferencia era la presencia de una central nuclear. Al mismo tiempo, el barco soviético K-3 tenía originalmente una arquitectura completamente diferente. El barco se botó en Severodvinsk el 24 de septiembre de 1955.

El casco del submarino soviético fue creado sin el uso de los diseños clásicos de cascos de submarinos diesel-eléctricos, ya que se creó casi desde cero. Se puso énfasis en la calidad del curso subacuático del submarino. Por ello, el submarino nuclear soviético K-3 resultó ser más rápido que el Nautilus. Durante las pruebas llegó a una velocidad de 28 nudos sin que los reactores alcanzaran su máxima capacidad. Inicialmente el barco fue diseñado para atacar las bases navales costeras de un probable enemigo con un único torpedo termonuclear (T-15) de gran calibre (diámetro de 1,5 metros). El proyecto se abandonó debido al evidente fracaso técnico de este planteamiento y al hecho de que era un barco de “un solo uso”, lo que carecía de sentido desde el punto de vista militar, además de su alto coste. En el nuevo proyecto del K-3 se hizo hincapié en el uso de armas de torpedo tradicionales con la posibilidad de utilizar torpedos con ojivas nucleares.

Para aumentar el sigilo acústico de la embarcación, se utilizaron mecanismos con un nivel reducido de características de ruido-vibración, se amortizó el equipo principal del submarino y se utilizaron revestimientos especiales para amortiguar las vibraciones. El casco de la embarcación se recubrió con un revestimiento especial anti-hidráulico, y también se instalaron hélices de bajo nivel de ruido. Todo ello tuvo un efecto positivo en la visibilidad de la embarcación. Cuando el K-3 se movía a media velocidad en la profundidad del periscopio, el sumergible hacía menos ruido que los submarinos diesel-eléctricos de los proyectos 611 y 613.

El diseño de la embarcación era significativamente diferente al de los submarinos anteriores, no solo con la planta motriz, sino también con los contornos del casco. Inicialmente, incluía una serie de soluciones bastante dudosas: el submarino no tenía dispositivos de amarre (se suponía que se utilizaba un remolcador especial para realizar maniobras en la base), no llevaba armas defensivas, no tenía generadores diesel de emergencia ni anclas.

Testigos posteriores dijeron que el interior del barco era como una obra de arte. Cada habitación estaba pintada de su propio color, utilizando colores brillantes que resultaban agradables al ojo humano. Uno de los mamparos del barco estaba hecho en forma de imagen de un prado de verano con abedules, el otro - en forma de un enorme espejo. Todo el mobiliario del barco se fabricó por encargo especial a partir de maderas preciosas y podía utilizarse en situaciones de emergencia. Por ejemplo, una gran mesa del comedor podía transformarse fácilmente en un quirófano.

En julio de 1962 la tripulación del submarino nuclear soviético Leninski Komsomol repitió la hazaña de los estadounidenses, que en 1958 en su submarino nuclear USS Nautilus realizaron un exitoso viaje al Polo Norte. Por primera vez en la historia de la armada rusa, el barco hizo un largo viaje bajo el hielo del océano Ártico y cruzó dos veces el punto del Polo Norte.

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